Acompañantes terapéuticos: un sostén que la ley ignora
Los profesionales demandan un encuadre legal que regule la actividad que desempeñan en el campo sanitario. Su rol como auxiliares de la salud, es fundamental a la hora de establecer el trabajo interdisciplinario que requiere un paciente cualquiera sea la edad o la patología que atraviese. La tarea, en primera persona.
La herramienta principal que constituye la primera función de un acompañante terapéutico, es la contención. Cualquiera sea el momento en que se halle un paciente, el acompañante se ofrece como sostén, auxiliando a quien requiere de su servicio ante la imposibilidad de delimitarse a sí mismo. Escucha y ampara a una persona en su desvalimiento, su angustia, sus miedos, su desesperanza, e incluso en aquellos momentos de mayor equilibrio.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailSu tarea se basa en una estrategia terapéutica para ayudar a mantener la continuidad en los tratamientos, sean ambulatorios o no, mediante la dedicación hacia un paciente y muchas veces a su familia. Además, favorece el desarrollo de la iniciativa y la voluntad, y motoriza la realización de actividades de la vida cotidiana que la persona no realiza por sí misma.
Es un “referente”, incluyéndose como tercero, que opera en el vínculo como un organizador psíquico que ayuda a regular a quien padece una problemática.
Desde hace varios años, los acompañantes terapéuticos de la provincia de Buenos Aires intentan salir de la informalidad y reclaman que el proyecto de ley que busca regular esta actividad, llegue al recinto de la Cámara de Diputados
En 2018, los trabajadores sanitarios consiguieron que las diferentes fuerzas políticas consensúen un texto que logró el aval en las Comisiones de Salud y de Colegios Profesionales. Sin embargo, no llegó a tratarse y sorteó nuevamente el camino de las comisiones.
Entre los puntos más relevantes, la iniciativa solicita la jerarquización como trabajadores de la Salud, de la Salud Mental Comunitaria y los Derechos Humanos. Propone además, que se mantengan en funciones quienes viene ejerciendo la profesión pero no cuentan con los títulos habilitantes que requiere la normativa.
En estos momentos, el proyecto se encuentra dentro de la Comisión de Legislación General, atado a distintas modificaciones de algunos puntos de la normativa y temen que de no ser girado al recinto, pierda estado parlamentario.
Bajo este contexto, días atrás y en representación del Foro de Acompañantes Terapéuticos Tandilenses referentes sectoriales mantuvieron un encuentro con el presidente del Concejo Deliberante, Juan Pablo Frolik y solicitaron la Banca XXI a fin de visibilizar la problemática que atraviesan.
También asistieron a una reunieron con el concejal por la UCR Cambiemos Alejo Alguacil y en dicha oportunidad, se labró un documento interno en que el integrante del cuerpo legislativo dejo expresa la voluntad del municipio en el acompañamiento del reclamo.
El campo de acción
Para conocer la tarea de aquellos que se desempeñan como acompañantes terapéuticos, El Eco Multimedios dialogó con Nahuel Ríos, quien hace casi una década trabaja de manera interdisciplinaria en este campo de la salud.
-En líneas generales, ¿cómo surge la figura del acompañante terapéutico?
-Bajo esta concepción y desde mediado del siglo pasado cuando se inició el proceso de desmanicomialización (sacar a las personas de los manicomios) quien desarrollaba esta tarea era denominado “amigo capacitado”, ya que era visto como alguien que en la práctica, auspiciaba de persona de confianza, que velaba por la seguridad del paciente con ciertos cuidados y que debía a su vez ejercer una especie de poder de policía que lo habilitaba a contar al psicólogo o al psiquiatra qué comportamiento tenía determinada persona. Con el avance de estas especialidades, el concepto fue cambiando y la actividad se ha ido profesionalizando. Hoy el acompañamiento terapéutico no se concibe de manera aislada sino que detrás de cada caso hay un equipo interdisciplinario que se encarga de llevar adelante el tratamiento una vez que el diagnóstico lo requiere y como auxiliares, formamos parte de ese grupo.
-El trabajo tiene un amplio espectro, ¿necesita de diferentes capacitaciones?
-Sí, el campo de acción es diverso ya que podemos encontrar colegas en educación, en áreas de salud mental o trabajando de manera complementaria con un kinesiólogo. Es una tarea que se suma a otra aunque el límite, a veces puede resultar ambiguo. Hay muchos casos donde las trabajadoras sociales también cumplen funciones de acompañante. La mayoría, estamos abocados al proceso de externación y nuestra labor se basa en asistir al paciente para que pueda adaptarse de nuevo a su entorno y resocializarse. La familia aporta un marco de contención importante pero hay determinadas herramientas que solo provee un acompañante según la patología o dificultad del paciente. Por lo general, estamos al lado de la persona en diferentes circunstancias o rutinas y nos toca poner más el cuerpo. Esto promueve un vínculo muy cercano porque estamos en la casa, en la calle, colaborando con su trabajo o donde el paciente requiera nuestra presencia.
-¿Cuáles son los trastornos o enfermedades en los que es más requerida la tarea?
-En mi caso particular me desempeño con pacientes esquizofrénicos porque además cada uno dentro de la profesión, manifiesta un perfil diferente. Son casos que no revisten cronicidad sino que están compensados farmacolçógicamente, atendidos por psiquiatras y psicólogos. Se trabaja de manera conjunta donde cada objetivo tiene una etapa y en cada una de ellas los componentes de esta tríada, interviene desde su campo. De manera gradual lo que se busca es que cada persona puntualmente con esta patología, empiece a avanzar con pequeños pasos. Si la enfermedad lo condujo a encerrarse en su casa y no puede retornar a su ámbito de trabajo o relacionarse con sus pares, hay que arrancar de cero. Allí es donde cada especialidad genera los dispositivos necesarios para el tratamiento. Los objetivos los traza el psicólogo o el psiquiatra y sobre esa base, el acompañante empieza a cumplir su rol.
-¿Hay un tiempo promedio de atención o esto siempre depende del diagnóstico?
–Más allá de la cuestión cronológica, lo que se delimita es una fecha de entrada aunque no se establece una de salida. Siempre se va chequeando si se fueron superando determinados objetivos o se analiza si la terapia integral llegó a su techo. Dependiendo la enfermedad, el pronóstico puede variar. En el caso del acompañante, debe advertir cuál es momento ideal para finalizar su tarea porque estos lazos pueden generar una simbiosis. Igualmente, la resolución se da de manera interdisciplinaria porque las metas que nos vamos fijando si bien no son rígidas, tampoco se establecen de forma autónoma. El paciente también puede marcar un límite si decide abandonar el tratamiento o si se muestra indiferente en cumplir lo que se estipula.
Marco regulatorio profesional
En relación al reclamo que busca jerarquizar la disciplina y que llevan adelante un grupo de referentes del sector, Nahuel Ríos se expresó en concordancia y advirtió la necesidad de que la actividad tenga un respaldo legal.
En este sentido, indicó que “nuestro abanico en materia laboral hoy es tan amplio que sin una ley que regule la tarea, muchas veces queda librado al rol individual bajo el sustento de la ética profesional”.
Así mismo insistió en las bases formativas como herramienta fundamental a la hora de acceder a capacitaciones que requiere una actividad, que se presenta cada vez más profesionalizante.
“Nuestra práctica debe estar regulada, es un trabajo que no lo puede hacer cualquiera sobre todo porque es un compromiso muy grande estar con un paciente”, añadió al tiempo que sostuvo que la voz de los acompañantes terapéuticos es muy valorada al momento de aportar otra perspectiva que no se tiene desde un consultorio y que complementa el trabajo que se realiza puertas adentro.
Por otra parte, señaló que la normativa ya es un tema de agenda pública y que en Tandil “hay mucha gente que se está moviendo en relación a la ley y se está haciendo mucho hincapié en los espacios de formación como en el Centro Nro. 10, donde hoy la matrícula está más restringida por la cantidad de ingresantes”.
El profesional, remarcó además que la disciplina es muy ardua y que muchos de los que han logrado recibirse, se topan con una realidad muy distinta a la que ofrece la currícula en su abordaje teórico.
A manera de ejemplo, dijo que “una vez que se entra al campo, la práctica demuestra que uno se puede encontrar con situaciones durísimas o inesperadas por lo que es necesario estar muy preparado”.
Aclaró también, que la norma podría establecer otros parámetros debido a que actualmente la disciplina carece de un nomenclador y en reiteradas oportunidades las obras sociales generan procesos burocráticos que no facilitan al afiliado ni al profesional, llevar adelante las instancias administrativas en tiempo y forma.
Una ley que no llega
En 2018 se presentaron tres proyectos de ley en la legislatura bonaerense a través de Guillermo Kane, del Frente de Izquierda y los Trabajadores, de Florencia Saintout de Unidad Ciudadana y de Liliana Denot de Cambiemos. Las iniciativas se unificaron, pasaron por la Comisión de Salud y el Colegio de Profesionales.
En líneas generales, la normativa expone los derechos, obligaciones y requisitos de los trabajadores, contempla a aquellos que vengan ejerciendo la profesión pero que no cuentan con los títulos habilitantes y obliga al IOMA a garantizar la cobertura.
El texto original fue sufriendo algunos cambios, como dejar de lado un articulado que había propuesto el diputado Kane para establecer un piso mínimo salarial para los trabajadores que se desempeñan en esta rama de la salud.
Otro de los artículos que sufrió modificaciones técnicas es el número 10, donde se establecen las sanciones a las instituciones que contraten a personal que no reúnan los requisitos establecidos en el proyecto.
Por estos días, aguarda el visto bueno de la Comisión de Legislación General luego de sufrir la tercera parada desde que inició el recorrido y espera el pronto despacho para su tratamiento sobre tablas en las próximas sesiones de la Cámara Baja.