Día Internacional de la Felicidad: por qué se celebra hoy, 20 de marzo
La iniciativa surgió a raíz de un enfoque único de Bután, un país asiático que desde la década de 1970 mide la calidad de vida de sus ciudadanos a través del índice de Felicidad Nacional Bruta (FNB).
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El 20 de marzo, el mundo celebra el Día Internacional de la Felicidad, una fecha instaurada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2012. Este día tiene como propósito recordar la importancia del bienestar de las personas y la necesidad de enfocar el crecimiento económico y social hacia el bienestar de todos los pueblos. La iniciativa surgió a raíz de un enfoque único de Bután, un país asiático que desde la década de 1970 mide la calidad de vida de sus ciudadanos a través del índice de Felicidad Nacional Bruta (FNB).
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailLa felicidad, ese anhelo universal que todos perseguimos, se entiende de diferentes maneras, pero ¿cómo alcanzarla realmente? Distintos expertos en Argentina brindan su mirada sobre cómo lograr el bienestar emocional, tanto desde la psicología como desde las ciencias y las prácticas como el mindfulness. Aquí, te compartimos algunos de los consejos más destacados.
1. Mantenerse en el presente
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Clara Badino, una de las mayores referentes del mindfulness en Argentina, destaca la importancia de vivir en el momento presente. Según la fundadora de la Asociación Civil Visión Clara, la práctica de la meditación ayuda a entrenar la mente para estar plenamente en el aquí y el ahora. Badino alerta sobre los efectos del estrés, que surge principalmente al anticiparnos a situaciones que aún no ocurren. "El estrés sostenido en el tiempo afecta nuestra capacidad de conectar con nosotros mismos y con los demás", explica. En su opinión, es fundamental cultivar la atención plena y liberarnos del peso de un futuro incierto, el cual muchas veces nos roba la paz.
2. Diferenciar el placer de la alegría
El doctor Estanislao Bachrach, reconocido por su trabajo en neurociencia y bienestar, señala que existen diferentes tipos de emociones que se generan en nuestro cerebro. Según Bachrach, la dopamina está asociada al placer inmediato, como el que sentimos al comer algo delicioso o consumir una sustancia que nos gratifique, mientras que la serotonina, por otro lado, está relacionada con la felicidad prolongada, esa que proviene de momentos significativos y satisfactorios, como compartir con seres queridos. Bachrach explica que la dopamina puede generar una sensación de adicción, mientras que la serotonina, al desacelerar las neuronas, contribuye a un bienestar más saludable y duradero.
3. No idealizar la felicidad
El psicólogo y escritor Gabriel Rolón, en su extensa trayectoria sobre salud mental, también nos invita a reflexionar sobre la idea de la felicidad. Según el reconocido psicoanalista, muchas personas caen en la trampa de idealizar lo que significa ser feliz, creyendo que la felicidad es un estado de plenitud absoluta, alcanzable sólo a través de ciertos logros o circunstancias externas. Además, advierte sobre la posibilidad de perderse a uno mismo en la busca o espera de algo, ya sea un logro laboral o una pareja romántica que "nos complete".
Rolón reflexiona: “Somos buscadores de la posibilidad de encontrar ese objeto que calmaría nuestro deseo para siempre y ese objeto, por suerte, no existe porque sino dejaríamos de desear y la vida dejaría de tener un sentido”. En su opinión, la felicidad no es algo que se pueda alcanzar de forma permanente, sino que es parte de un proceso constante de crecimiento y aceptación.
Un enfoque equilibrado hacia la felicidad
El Día Internacional de la Felicidad nos invita a reflexionar sobre cómo podemos contribuir, tanto individual como colectivamente, a un mundo más feliz y equilibrado. Si bien la felicidad no es un estado fijo, sino una serie de momentos y actitudes que cultivamos día a día, lo importante es aprender a disfrutar de la vida en el presente, a conectar con lo que realmente nos brinda satisfacción genuina y a no caer en la trampa de la perfección.
Como sugiere la ONU, un enfoque más inclusivo, equitativo y equilibrado del crecimiento económico y social contribuirá no solo al bienestar material, sino también al emocional, un aspecto fundamental para alcanzar una felicidad duradera.
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