Contribuir en casa al cuidado del medioambiente
Para el año 2050 9.600 millones de personas habitarán el planeta. Hoy en día, se extraen y emplean alrededor de un 50 por ciento más de recursos naturales que hace 30 años. En Europa se consumen más de 100 mil millones de bolsas de plástico y sólo se recicla un 7 por ciento.
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El consumo de productos, servicios y bienes es un hecho habitual. Pero nuestra sociedad está envuelta, más que en el consumo, en el “consumismo” o sobreconsumo que nos empuja a adquirir más y más cosas. Esta tendencia, de la que depende en gran medida el actual sistema económico, tiene graves consecuencias para la salud del planeta y la nuestra.
El consumo de alimentos provenientes de la agricultura y ganadería industrial también tiene graves implicaciones. La ganadería es la responsable de la emisión del 14 por ciento de los Gases de Efecto Invernadero. Además, el modelo de ganadería industrial, se rige por la obtención de beneficios rápidos, que también significa talar bosques para producir piensos y pastos para engordar rápidamente al ganado. Se prevé que el consumo mundial de carne aumente en más de un 75 por ciento en 2050, unas cifras insostenibles para el planeta. Al mismo tiempo, el consumo de pescado está creciendo a un ritmo mayor que la tasa de población mundial. Los océanos continúan siendo explotados de forma desenfrenada y los stocks pesqueros se encuentran bajo una enorme presión. Ante esta crisis cada vez son más las personas interesadas en demandar que el pescado que compran sea sostenible y que no esté involucrado en actividades ilegales.
También tienen graves efectos sobre el planeta las prácticas llevadas a cabo por la industria tecnológica que, con su obsolescencia programada, promueve la sustitución frente a la reparación, ocasionando el agotamiento de los recursos naturales y toneladas de residuos peligrosos.
Las cifras hablan por sí solas. El uso medio de una bolsa de plástico es de 15 minutos mientras que tarda cientos de años en degradarse y así pasa con casi todos los productos de un solo uso, como las bolsas, las botellas o las pajitas. No sólo es cuestión de reutilizar y reciclar, sino de reducir su consumo y buscar alternativas. Una bolsa de tela, o una botella rellenable son alternativas para evitar estos plásticos de un solo uso. Los Gobiernos y las empresas también tienen que liderar una eliminación de éste tipo de envases, promocionar el sistema de retorno de envases, y tomar iniciativas valientes que eviten la generación de este tipo de residuos en primer lugar.
Y hay una generación que está intentando cambiar las cosas. De hecho, miles de estudiantes salieron el 20 de septiembre a las calles de Alemania, Reino Unido, Australia y otros países de Asia y el Pacífico para iniciar una huelga mundial convocada por la joven activista Greta Thunberg, que exige que los líderes reunidos en la Cumbre de Acción Climática de la ONU adopten medidas urgentes para detener una catástrofe medioambiental.
Consumo sustentable
Consumo y producción sustentables refieren a la producción y uso de bienes y servicios que responden a las necesidades básicas y mejoran la calidad de vida, minimizando el uso de recursos naturales, materiales tóxicos, así como la generación de residuos y contaminantes durante todo el ciclo de vida, sin menoscabar las posibilidad de las futuras generaciones de satisfacer sus propias necesidades. (Ministerio de Ambiente de Noruega, Simposio de Oslo, 1994).
Si bien el aumento en las tasas de crecimiento del consumo resulta ser positivo, esta situación trae aparejada también un aumento en la tasa de uso de los recursos naturales. Dicha situación supera la capacidad de adaptación del planeta causando como resultado un deterioro continuo del medio ambiente global.
A pesar que el avance tecnológico y el desarrollo han incrementado la eficiencia en el uso de los recursos naturales, no es suficiente con esta eficiencia para compensar el aumento en términos absolutos del consumo de agua, energía, la generación de residuos, entre otros, situación que seguirá por lo tanto provocando daños ambientales.
Mantener los niveles actuales de consumo a nivel global, hace imposible que los recursos del planeta alcancen hoy para satisfacer esa demanda en los próximos años. Podemos decir que necesitaríamos un planeta adicional.
Acciones cotidianas para implementar
El cuidado del medioambiente siempre suena rimbombante y como algo que les corresponde a las autoridades gubernamentales y las grandes empresas. Pero lo cierto es que a través pequeñas acciones cotidianas cada persona puede contribuir a establecer una relación más amable con el entorno ya tomar conciencia del real valor de las cosas y de la importancia de comenzar a mirar el mundo con otros ojos.
- Separar la basura: Desde pequeños es bueno que los niños aprendan a separar los residuos para que se puedan reciclar. Enseñar qué se tira en cada cesto y por qué se debe hacer así. En la ciudad existen desde hace algunos años los Puntos Limpios para separar y reciclar residuos, propiciando así un tratamiento adecuado de los desechos.
- Reutilizar: Hay muchos productos que se pueden usar varias veces para proteger la naturaleza. Frascos y botellas de vidrio, pajitas de bambú, servilletas de papel; no usar bolsas plásticas y llevar la propia a la hora de hacer las compras. En Tandil rige desde 2018 una ordenanza que prohíbe la utilización de bolsas de polietileno y cualquier otro plástico y su entrega en los supermercados, almacenes y comercios.
- Apagar las luces: Parece obvio, pero no nos damos cuenta de la cantidad de veces que encendemos la luz de una habitación que no ocupamos, generando un desperdicio que tiene un impacto en el medio.
- Evitar dejar los aparatos enchufados: Los aparatos que están apagados pero siguen enchufados consumen energía, por lo que es importante desconectarlos.
- Consumir frutas y verduras ecológicas: Los productos ecológicos cuidan el medio ambiente porque en su producción no se utilizan fertilizantes ni otros productos contaminantes. Además, se contribuye con las pequeñas economías familiares y barriales.
- Cerrar las canillas correctamente: Cuando no utilices el agua, cerrar el grifo y controlar que no existan pérdidas. Una canilla que gotea puede derrochar hasta 300 litros diarios. Cinco minutos abajo de la ducha son suficientes para un baño. También, mientras lavás los platos o te cepillás los dientes, procurá mantener cerrada la canilla el mayor tiempo posible, evitando un consumo innecesario de agua potable.
- Usar el transporte público: La contaminación en las grandes ciudades proviene en gran medida de los automóviles, utilizar el transporte público para desplazarse o la bicicleta es una buena manera de ayudar. La modalidad de carpooling (compartir un vehículo) contribuye a la reducción de la emisión de C02 a la atmósfera terrestre.
- Cambiar las lámparas: Los focos de bajo consumo se calientan menos, consumen menos energía, alumbran igual y duran más.
- Reciclar todo lo que se pueda: Antes de tirar ropa, libros o juguetes, pensar si es posible darles una segunda oportunidad para evitar gastar y comprar todo nuevo. Ahorrarás dinero y protegerás la naturaleza.
- Plantar árboles: Los árboles producen oxígeno y son esenciales para la naturaleza, así que plantar un árbol en tu casa o en la comunidad donde se vive es siempre una buena idea.
- Utilizar pilas recargables: Cada pila no recargable se convierte automáticamente en un producto sumamente nocivo para el planeta.
- No arrojar basura en lugares no permitidos: Respetar los días y horarios previstos por la recolección domiciliaria, no tirar desechos ni papeles en la vía pública, ayuda a tener una ciudad limpia y respetuosa.