Cómo entender el pronóstico del tiempo

Todos consultan diariamente su pronóstico meteorológico, ya sea local o de algún nuevo destino que vayan a visitar, pero cuando lo hacen, ¿comprenden completamente lo que significa la información que se les presenta?
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEs sabido que la información básica que buscamos al chequear el clima es conocer las temperaturas, máxima o mínima, y si lloverá o no. Sin embargo, hay otra serie de elementos meteorológicos incluidos en esa previsión, relacionados con la temperatura del aire, la presión atmosférica, la posibilidad de precipitaciones, las condiciones del cielo, la temperatura del punto de rocío, la humedad y el viento, entre otros.
¿Tiempo o clima?
De acuerdo al Servicio Meteorológico Nacional existen muchos términos meteorológicos que no son correctamente usados en las charlas cotidianas e interfieren en un buen entendimiento de la información.
Por eso es que decidieron divulgar en detalle la explicación para cada palabra, así definieron al “tiempo” como los contextos meteorológicos en un momento y lugar determinado. Es decir que se refiere a las condiciones atmosféricas de temperatura, humedad, presión, nubosidad reinantes en un instante.
El tiempo atmosférico cambia rápidamente por variar estos parámetros, ya que la temperatura no es igual a las 12 del mediodía que a las 6 de la mañana. Entonces, el tiempo traduce algo que es instantáneo, cambiante y en cierto modo irrepetible.
En general, los pronósticos meteorológicos que se ven en la televisión, en internet o se escuchan en la radio son del tiempo, no del clima.
Por otro lado, calificaron como “clima” al tiempo promedio para un determinado lugar. Dicho de otra forma, son los valores promedio de temperatura, humedad, lluvia, nubosidad y viento, de un lugar. Se define por lo general para un mes o una estación y, se consideran datos promediados durante 30 años o más.
“Entonces, si en este instante Esquel y Corrientes tienen 15 grados de temperatura, podemos decir que el estado del tiempo es el mismo, sin embargo, sus climas claramente son muy distintos”, expusieron a modo de ejemplo. Así, mientras que el pronóstico del tiempo cambia día a día, el clima permanece más estático y sus cambios sólo se ven en muchos años.
Cabe mencionar que ya todos los especialistas han advertido que hacer un pronóstico ciento por ciento fiable “es imposible”. Han revelado que hasta tres días antes se acierta en el 80 por ciento de los casos; dos días antes el porcentaje de aciertos oscila entre el 85 y 90; y un día antes la fiabilidad es del 90 ó 95 por ciento.
Sin embargo, a más de 7, 8 ó 9 días la fiabilidad se reduce tanto que no se dan pronósticos. En estos casos se puede ofrecer un histórico, es decir, se dice lo que pasó en esas mismas fechas años atrás.
Para comprender los distintos índices
Temperaturas del aire. Cuando alguien pregunta cómo es el clima exterior, la temperatura del aire es a menudo la primera condición que se describe. Dos temperaturas, una máxima durante el día y una mínima durante la noche, siempre se dan para el pronóstico de un día completo de 24 horas.
Saber a qué hora del día se alcanzan las temperaturas máximas y mínimas es tan importante como saber cuáles serán. Entonces, como regla general se debe esperar que el máximo ocurra cerca de las 15 de la hora local, y el mínimo, cerca del amanecer del día siguiente.
Probabilidad de precipitación. Además de la temperatura, la precipitación es la condición climática que más se quiere conocer. Pero, ¿qué significa exactamente la frase “posibilidad de precipitación”? Esto indica la probabilidad expresada como porcentaje de que una ubicación dentro de su área de pronóstico vea lluvias medibles (por lo menos 0,01 pulgadas) durante un período de tiempo específico.
Los vientos. Las mediciones de viento siempre incluyen la velocidad y la dirección de donde soplan los vientos. A veces su pronóstico no mencionará la ligereza del viento directamente, pero usará palabras descriptivas para sugerirlo como calmado cuando las millas por hora (mph) es cero, suave o variable cuando alcanza los cinco mph, brisa (si el clima es suave) ó enérgico (si hace frío) si está entre 15 a 25 mph. En tanto que ventoso se usa para niveles de entre 25-35 mph y fuerte, alto o dañino para cuando superan los 40 mph.
Los frentes. Son separaciones entre masas de aire de diferente temperatura. En el choque de esas masas se producen nubes y muchas veces esa nubosidad deja lluvias. Se llama frente frío cuando el aire frío avanza hacia el caliente y frente cálido si el aire caliente se abre paso hacia el frío.
La nubosidad, un tema aparte
Las nubes se forman por el enfriamiento del aire, lo que provoca la condensación del vapor de agua, invisible, en gotitas o partículas de hielo visibles.
Así la condiciones del cielo (nubosidad), también llamadas cobertura de nubes, indican cuan claro o nublado estará el cielo en todo el día. Si bien esto puede parecer una observación climática frívola, las nubes (o la falta de ellas) influyen en la temperatura del aire. Determinan cuánta energía del sol llega a la superficie de la Tierra para calentarla durante el día, y cuánto de este calor que fue absorbido es liberado de la superficie al espacio en la noche.
Hay nubes altas, medias y bajas, y a la vez, cada una se diferencia en varios tipos de tamaños, colores y estructura.
Por ejemplo, las nubes de estratos gruesos bloquean los rayos del sol, mientras que los cirros nubosos permiten que el calor penetre y caliente la atmósfera.
Entre las nubes altas están los cirros. Son blancas, transparentes y sin sombras internas, que presentan un aspecto de filamentos largos y delgados. La apariencia es como si el cielo hubiera sido cubierto a brochazos. Cuando invaden el cielo puede estimarse que en las próximas 24 horas habrá un cambio brusco del tiempo con descenso de la temperatura.
También están los cirrocúmulos, que son también blancas y sin sombras. El cielo presenta un aspecto “aborregado” y suele preceder a las tormentas.
Finalmente, están los cirrostratos que tienen la apariencia de un velo y suelen producir un halo en el cielo, alrededor del Sol o la Luna.
Entre las nubes medias están los altocúmulos, que parecen copos de tamaño mediano y estructura irregular. Suelen preceder al mal tiempo producido por lluvias o tormentas. Y también están comprendidos los altostratos, como capas delgadas de nubes con algunas zonas densas. Generalmente presagian lluvia fina, con descenso de la temperatura.
En las nubes denominadas “bajas”, existen los nimbostratos, los cuales tienen el aspecto de una capa regular de color gris oscuro con diversos grados de opacidad. Son nubes típicas de lluvia de primavera y verano, y de nieve durante el invierno.
Además, existen los estratocúmulos, que representan ondulaciones amplias parecidas a cilindros alargados. Rara vez aportan lluvia, salvo cuando se transforman en nimbostratos. Mientras que los estratos tienen la apariencia de un banco de neblina grisáceo sin que se pueda observar una estructura definida o regular. Durante el otoño e invierno pueden permanecer en el cielo durante todo el día, y durante la primavera y principios de verano aparecen en la madrugada y se dispersan durante el día.
Por su parte, los cúmulos son nubes grises de gran tamaño. Corresponden al buen tiempo cuando hay poca humedad ambiental y poco movimiento vertical en el aire. Y al final, los cumulonimbos son de gran tamaño y con diferentes tonalidades de gris, son las típicas nubes de las tormentas intensas, que pueden llegar a producir granizo.