Argentina conmemora el Genocidio Armenio y renueva su compromiso con la memoria
La fecha fue reconocida oficialmente por Argentina en 2007, a través de la Ley 26.199, como el Día de Acción por la Tolerancia y el Respeto entre los Pueblos.

El 24 de abril se conmemora un nuevo aniversario del Genocidio Armenio, una de las mayores tragedias del siglo XX y, sin embargo, una de las más negadas. Fue en 1915 cuando el Imperio Otomano encarceló, deportó y ejecutó a cientos de líderes, religiosos e intelectuales armenios en Estambul, dando inicio a un plan de exterminio sistemático que dejó más de un millón y medio de víctimas.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailLa fecha fue reconocida oficialmente por Argentina en 2007, a través de la Ley 26.199, como el Día de Acción por la Tolerancia y el Respeto entre los Pueblos. La conmemoración busca rendir homenaje a las víctimas y promover una memoria activa frente al horror, el odio y la negación.
Un genocidio con nombre y método
De acuerdo a la definición de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de la ONU (1948), genocidio es todo acto que busque “destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico o religioso”. El plan ejecutado por el Imperio Otomano —y continuado luego por el Estado turco— encaja sin rodeos en esa descripción.
El lema del régimen era claro: “Turquía para los turcos”. Bajo esa consigna, se desplegó una maquinaria de odio que combinó deportaciones masivas, marchas forzadas al desierto, violaciones, secuestros, campos de concentración y apropiación de bienes. Fue una política estatal de limpieza étnica que el mundo moderno no había presenciado hasta entonces.
Antecedentes de una masacre anunciada
Antes de 1915, ya existían antecedentes alarmantes. Las Matanzas Hamidianas (1894-1896), impulsadas por el sultán Abdul Hamid II, costaron la vida de más de 300.000 armenios. En 1909, los Jóvenes Turcos, un grupo nacionalista que había tomado el poder un año antes, ensayaron en Adaná una nueva ola de violencia que dejó otras 30.000 víctimas.
Con la llegada de la Primera Guerra Mundial, los líderes Mehmet Talaat, Ismael Enver y Ahmed Jemal —los cerebros detrás del genocidio— pusieron en marcha el plan de exterminio a gran escala. Entre 1915 y 1923, Armenia perdió no solo a sus muertos, sino también sus tierras, su patrimonio y a miles de hijos e hijas forzados al exilio.
La impunidad y la continuidad del odio
Los principales responsables del genocidio huyeron de Turquía y nunca fueron juzgados. Algunos se refugiaron en Alemania, donde más tarde fueron asesinados por militantes armenios que reclamaban justicia. Pero el odio no terminó allí: en la segunda etapa del genocidio, un nuevo régimen nacionalista profundizó la persecución étnica.
Hoy, a 110 años, Turquía sigue sin reconocer el genocidio. El negacionismo estatal continúa escudándose en argumentos bélicos y legales para justificar la masacre. A esto se suma el reclamo armenio de restitución territorial y compensaciones económicas, demandas que Ankara se niega a considerar.
Argentina y el compromiso con la memoria
Argentina es uno de los 32 países que reconoce oficialmente el Genocidio Armenio. Desde 2007, cada 24 de abril es un día para reflexionar, pero también para alzar la voz.
A 110 años del Genocidio Armenio, la memoria sigue viva. La justicia, aún pendiente.