Una nueva cruzada del “carpintero solidario” apunta que el fin de año pueda ser feliz para todos
Miguel Ponce canjea figuras navideñas por alimentos no perecederos para instituciones de la ciudad. Además, venderá otras a precios módicos recaudando el dinero para adquirir más productos alimenticios. No descartó disponer de juguetes para regalar o comercializar a bajo costo para que todos los niños puedan tener un regalito bajo el arbolito.
Miguel Ponce ya es conocido como el “carpintero solidario”, ya que mientras trabaja siempre está pensando en la forma de ayudar a las personas. Ese espíritu lo ha llevado a pensar, en esta oportunidad, en la forma de adquirir alimentos para acercar a los comedores y entidades de la ciudad que asistan a los más necesitados.
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Así es que a partir de este lunes puso a disposición de sus clientes dos propuestas distintas, por un lado quienes compren un pino de navidad fabricado en fibrofácil estarán colaborando para la compra de productos no perecederos, ya que el dinero se destinará exclusivamente a eso.
Por otro lado, también tiene a disposición un pack de ocho figuras navideñas en el mismo material, que podrán retirarse solamente a cambio de un alimento perdurable en el tiempo para poder donar. Gracias a estos, reveló que ya ha logrado recolectar una importante suma de artículos que serán distribuidos en diferentes lugares.
“Ser solidario es un privilegio”, aseguró Miguel con el corazón y manifestó el contento por la reacción tan positiva de la gente.
Pensar con el corazón
Cabe recordar que para el Día del Niño, el carpintero junto a sus hijos y su esposa había emprendido una cruzada que resultó un éxito, al menos para él y los chicos que se beneficiaron con la misma.
En aquella oportunidad había confeccionado casitas de muñeca que terminó regalando, así como hicieron autitos, helicópteros, dinosaurios, peces, rompecabezas, memotest y otros juguetes de madera que además pintaron con todo gusto.
Para este hombre, que hace más de una década se dedica al oficio de crear con madera, ser solidario no es obligatorio sino un privilegio. Eso es lo que siempre buscó inculcar a sus hijos y por eso al llevar adelante cualquier obra solidaria, donde pone corazón, siente que ya ganó.
“Cuando arrancas el día pensando en regalar, generalmente terminas haciendo más de lo que esperabas, porque incentiva más la parte solidaria que lo económico”, había señalado en agosto, sabiendo que notoriamente hay gente que no piensa así.
Con esa actitud, claro que su proyecto no se perdería al pasar dicha fecha, y estaba seguro de que redoblará la apuesta. Ya lo tenía todo programado y hasta parte del trabajo hecho. En una caja que estaba almacenada en algún lugar de su carpintería guardaba unas 1986 figuras cortadas y las mostró: estrellas, estrellas fugaces, campanas, botas, bastones y pinos de navidad.
Como prometió, la cruzada que llevaría adelante a partir de noviembre se puso en marcha, siempre con su familia, ya que sostiene firmemente en inculcarles a sus hijos Ezequiel y Agustina “la cuestión solidaria”, porque considera que es muy fácil pensar en lo económico. Para él, ponerse a trabajar a la mañana y especular cuánto se va a ganar con determinado trabajo es lo que pasa habitualmente.
Hacer mucho con poco
Con la pandemia de por medio, aunque sin la intención de ser negativo, Ponce ya desde mayo se puso a pensar en lo complicado que resultaría el fin de año para todos, aunque para muchos sería todavía más duro.
Entonces, desde su trabajo que apunta a la confección de elementos para artística y decoración en fibrofácil y madera, decidió junto a su familia tomar todos los recortes sobrantes para realizar figuras alusivas a la Navidad que sirvan para colgar en los arbolitos.
“La idea es hacer una campaña para canjear ocho de esos por un alimento no perecedero o lo que esté en la voluntad de cada persona, para luego donar a diferentes instituciones”, explicó el trabajador.
Reveló que ya han coordinado con el Taller Protegido, Jano por Todos y el referente de flor de Murga Dardo Casal, además de otras familias que “la están pasando muy mal”. “A nadie nos sobra, pero hay gente que necesita ser respaldada mucho más”, razonó.
Sostuvo que se trata de una cadena solidaria, reconociendo que hay personas que tienen el dinero para comprar las figuras, sin embargo al canjearlas no solamente no gasta su efectivo sino que puede ayudar con lo necesario a otros.
Con todo lo que es recorterío, nada más ni nada menos, decidió hacer algo en vez de prenderlo fuego como se suele practicar en otros lados. El resultado de esto fueron pinos chicos y grandes, para colgar, pintar o decorar; además de otras formas como botas navideñas, bastones y más diseños alusivos.
Además, adelantó que vuelven esos mismos juguetes del Día del Niños que serán algunos para regalar y otros para vender a un precio muy accesible, así todos los chicos pueden tener un regalo bajo su arbolito, sin que los padres deban gastar tanto.
Quien desee ser parte de esta acción, llegar a otros y hacer un mejor fin de año para todos podrán acercarse al taller ubicado en Montiel 1160.