MAS DE UN CENTENAR DE AÑOS
Una abuela cumplió 103 años y desde la residencia donde vive quisieron homenajearla
Raquel Massaro es considerada “la joyita de la casa”, hace ocho años que está residiendo en Reminiscencias y días atrás cumplió 103 años y los festejó rodeada de sus más cercanos.
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“Es dulce, tranquila y súper agradecida con nosotros, el personal, y con su familia que siempre está”, destacó Anahí Soulié, a propietaria del geriátrico.
Este primer siglo de vida y tres años y la trae con algunas vicisitudes propias de la edad, entonces no escucha bien, por eso su sobrina y la dueña del Hogar oficiaron de voceras.
Sin embargo a Raquel se la vio muy bien, contenta por poder celebrar este nuevo cumpleaños y según dijeron ya avisó que “ahora va por los 104”.
De hecho ella misma declaró estar “bien” y haber pasado un lindo día de festejo, agradecida por que se acercaron sus sobrinos y haber comido pollo con ensalada, tal como fue su pedido.
Además, una deliciosa torta con frutillas y los tres números posados arriba, junto a un pomposo ramo de flores, completaron la alegría del día, siempre considerando que se está en tiempos de pandemia.
Contentos todos por el compartir diario, celebraron no solamente sus 103 sino también el hecho de que haya llegado a ellos con buena salud y sin Covid. “El único problema que tiene es que ve poco, típico de la edad, y una sordera que siempre la tuvo y avanza más con los años”, describieron.
“Las chicas son muy buenas”, sostuvo Raquel por quienes a diario la cuidan en el geriátrico y se expresó muy contenta de pasar sus días allí.
Vivir en paz
En esta casi década que lleva viviendo en Reminiscencias, claro, ya reconoce bien a cada una de las personas que trabajan en el lugar. En este sentido, Soulié destacó que ella desayuna sola y que, a pesar de algunas ayudas, es una persona muy independiente.
Mientras, sus sobrina, habló sobre la longevidad de la cumpleañera y repasó que la mamá de ella falleció a los 96 años, aunque su papá un poco más joven. Recordó que es hija de José Massaro, fundador de la Sociedad Italiana y de la Clínica Chacabuco, así que carga con mucha historia en la ciudad.
“Si yo tengo que decir el secreto, es que dio amor toda su vida”, enfatizó su sobrina, quien destacó que cuidó a su madre hasta el final y se dedicó con entrega a los sobrinos. “No hace mucho me dijo que la mejor manera de vivir era estando en paz y yo me lo guardo en el corazón porque es la enseñanza más grande, ella está siempre en paz y esa es su vida”, compartió.
Recordó algunas de las anécdotas que su tía le ha confiado a lo largo de estos años, por ejemplo cuando se estaba haciendo su primera permanente y se entera de la muerte de Carlos Gardel. También conoció el candil de la vuelta al perro en la Plaza Independencia mientras comían queso de aceitunas.
“La farra era ir con sus amigas al Parque Independencia con un peso de masas finas”, enumeró entre los recuerdos, pero también destacó que sabe adaptarse a los tiempos y está al tanto de cada uno de sus sobrinos, los que están cerca y los que están lejos. De hecho, al ser una mujer de mucha fe, cada día reza por alguno de sus familiares.