El dueño de los goles tandilenses que recorrieron el mundo
Bernardo Romeo repasa su notable carrera futbolística. Desde el título mundial sub 20 en Malasia, hasta la consagración con San Lorenzo que lo tuvo como goleador del Clausura ’01. Su mirada sobre Scaloni, Bielsa y Tinelli; y su actual gestión como Coordinador de Selecciones Juveniles en AFA.
Por Fernando Izquierdo, de esta Redacción
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El 5 de julio de 1997, una inolvidable selección argentina sub 20, compuesta por una camada de numerosos cracks se adjudicó el Mundial de la categoría, disputado en Malasia. Fue el tercer título -segundo consecutivo- en esa franja etaria para la albiceleste y parte de ello fue el tandilense Bernardo Romeo.
“Tatata”, en ese entonces dando sus primeros pasos en la primera de Estudiantes de La Plata, disfrutaba del que terminaría siendo uno de los episodios más trascendentes de su carrera.
El atacante formado en Gimnasia y Esgrima de esta ciudad absorbió un considerable protagonismo en aquella gesta, lograda en Kuala Lumpur, a más de 15 mil kilómetros de su lugar de origen.
Romeo, autor de cuatro tantos en el certamen y titular en aquel conjunto dirigido por José Pekerman también integrado por Juan Román Riquelme, Pablo Aimar y Esteban Cambiasso entre otros, tuvo su ápice de injerencia en semifinales, cuando un gol suyo decretó el 1-0 sobre Irlanda.
Aquella consagración en suelo asiático es uno de los temas abordados en la extensa charla que el actual Coordinador de Selecciones Juveniles de AFA mantuvo con El Eco de Tandil:
“Tengo el mejor recuerdo del Mundial en Malasia. Yo era joven y jugar un torneo de esas características con la camiseta de mi selección fue muy especial. Lograr eso es el deseo de toda la vida. Fue todo dentro de un proceso de juveniles, diagramado por Hugo Tocalli y José Pekerman, con el resto del cuerpo técnico. En el ’97 se formó un plantel con jugadores bárbaros, como Riquelme, Aimar, Cambiasso, Scaloni, Markic, Samuel y Serrizuela. Ganamos el Sudamericano en La Serena (Chile), logrando un título que hacía mucho tiempo Argentina no lograba. Y después de consagrarse en el Mundial de Malasia, ese grupo también ganó el torneo Esperanzas de Toulon. En ese equipo, cualquiera que entrara estaba preparado, los suplentes ingresaban y rendían”.
-¿Absorbieron una presión especial por defender el título obtenido dos años antes en Qatar?
-La campaña del equipo campeón en Qatar la seguí estando en Estudiantes, y tenía el deseo de copiar lo que lograron Biagini, Guerrero, Sorín y otros integrantes de esa camada. Y sí, interiormente teníamos esa presión extra de defender el título. Pero José (Pekerman) supo manejar esa situación, por eso ha ganado otros títulos, lo mismo que Hugo (Tocalli). Fue un proyecto muy exitoso.
-¿Recordás de manera más especial la final ante Uruguay o el triunfo en semifinales ante Irlanda con tu gol?
-Valoro todo lo que hicimos en el torneo. La zona fue difícil, nos tocaron Canadá, Australia y Hungría. La semifinal ante Irlanda fue durísima, ellos no esperaban estar en esa instancia. Hicimos un planteo muy bueno, fue un partido cerrado y pudimos ganarlo con un gol mío en el segundo tiempo. Pero todos los partidos fueron importantes, en el camino también tuvimos que pasar a Brasil; y en octavos a Inglaterra, con todo lo que significa. La final fue complicada de arranque, íbamos perdiendo 1-0 y lo dimos vuelta. Fue un partido de mucha intensidad y nerviosismo.
-¿En el día a día, quién de ese plantel te deslumbraba especialmente en cuanto a lo técnico?
-Entre muchos buenos jugadores, los que sobresalieron fueron Riquelme y Aimar. Algo que a mí, como delantero, me favoreció. Con ellos, era cuestión de meter diagonales y buscar el espacio, la pelota perfecta siempre venía. Jugar al lado de ellos fue un lujo, tuve la suerte de compartir muchos partidos, no sólo en Malasia sino también en el Sudamericano previo.
-¿Qué momento atravesabas en Estudiantes al momento de ir a ese Mundial?
-Venía jugando bastante, era uno de los pocos que ya jugaba en primera. Había debutado en agosto del ’95, con 17 años. Me subieron Russo y Manera, y debuté cuando Estudiantes volvió a primera. Otro era Serrizuela, que jugaba en la primera de Lanús y Samuel tenía algunos partidos en Newell’s.
-¿Qué rescatás de Pekerman?
-Es un tipo muy capaz, muy profesional, trabajador y muy buena gente. Es uno de los mejores técnicos que he tenido. Cuando arrancó, en el ’95, no era muy conocido y terminó haciendo una carrera exitosísima en las selecciones, tanto en las juveniles como en la mayor. Nos aconsejaba y permanentemente nos indicaba los caminos que debíamos tomar. En líneas generales, el cuerpo técnico era muy unido, muy humano.
-¿Cómo era Scaloni? ¿Mostraba cierto perfil de futuro entrenador?
-Sí, a Lionel ya se lo veía con ciertas inquietudes y ganas quizá inusuales para esa edad. Era de preguntar mucho, de averiguar. Compartimos muchas cosas porque él era de Estudiantes como yo. También con “Chirola” Romero y Cufré, que estaban en Gimnasia.
Otro episodio de gloria
El torneo Clausura 2001 resultó otro torneo inolvidable para Bernardo Romeo, consagrado con San Lorenzo. La campaña del conjunto dirigido por el chileno Manuel Pellegrini arrojó aristas para el recuerdo. Tras perder como local ante River por la octava fecha, el azulgrana emprendió una irrefrenable marcha hacia el trofeo, que incluyó once victorias consecutivas (con otros dos triunfos en el inicio del Apertura de ese año redondeó la marca de trece éxitos ininterrumpidos, aún hoy récord en el fútbol argentino).
“Con San Lorenzo he pasado momentos muy lindos. Ese 2001 fue el año más especial, ganamos el torneo local, establecimos un récord vigente de trece victorias consecutivas y otro de 47 puntos en un torneo corto. Además, logramos el primer título internacional del club al obtener la Copa Mercosur. Fue un año muy lindo para los hinchas de San Lorenzo e importante para mí porque me dio la posibilidad de irme a Europa teniendo ya 24 años”.
-¿Fue el mejor momento de tu carrera?
-Fue un año muy bueno, como lo fue el ’97 por el título mundial sub 20. Fueron momentos en los que me sentí muy cómodo e hice muchos goles. Y salir campeón es la frutilla del postre. También en San Lorenzo, ese año, compartí plantel con grandes jugadores como Coloccini, “Coco” Ameli, Raúl Estévez, Romagnoli, Michelini, “Leo” Rodríguez, Serrizuela y Saja.
-Aquel título del ’01 se consigue con un notable sprint final. ¿Hubo algún partido puntual desde el cual sintieron que se les podía dar?
-Estábamos muy complicados después de perder con River, 3-1 en nuestra cancha. Nos sacaron mucha diferencia y River tenía un plantel tremendo. Sabíamos que era difícil, pero a partir de ese momento el vestuario se afianzó mucho. Nos propusimos empezar a ganar, sin mirar mucho la tabla porque nos habían sacado muchos puntos. Empezamos a acumular triunfos y, en la penúltima fecha, River perdió con Huracán y nosotros, con dos goles míos, vencimos a Argentinos Juniors en la cancha de Ferro. Esa victoria nos permitió depender de nosotros en la última fecha contra Unión. Fue un “palo y palo” terrible con River, nunca bajamos los brazos y eso nos permitió alcanzar ese récord. Formamos un equipo con mucha fortaleza, con jugadores experimentados como Rivarola y el “Loco” Abreu, combinados con jóvenes. Conducidos por un tipo que después hizo el resto de su carrera en Europa como el Ingeniero (Pellegrini).
-Desde afuera se observan ciertas similitudes entre Pekerman y Pellegrini. En cuanto a su perfil bajo, la prolijidad que intentan imponer en sus equipos, lo valorados que son…
-Sí. Son tipos serios y realmente laburadores, además de buena gente. En 2001, Pellegrini ya mostraba un trabajo “a la europea”, con cosas que en esa época sorprendían, estaba muy preparado, lo que le permitió pasar a River y después llegar a la Casa Blanca (Real Madrid).
La mayor
-¿En tu balance en la selección mayor se impone la satisfacción de haber vestido esa camiseta o la “espina” de no haber participado más?
-Me quedan las dos cosas. Pude jugar algunos partidos con Bielsa, de quien aprendí un montón. Y tuve la suerte de hacer un gol en un amistoso en Japón (N. de R.: triunfo argentino, 4-1 ante el local, por la Copa Kirin el 8/6/03). Me hubiese encantado jugar un Mundial, algo que me quedó pendiente. Como lograron hacerlo algunos jugadores de aquel torneo de Malasia, como Riquelme, Aimar, Cufré y Scaloni. Pero también tengo que ser realista y evaluar que tenía mucha competencia, había delanteros como Batistuta y Crespo. Era muy difícil hacerse un lugar. Por supuesto, estoy muy contento con lo que he hecho en mi carrera.
-Incluido un partido por Eliminatorias.
-Sí, en 2001. Yo venía bien en San Lorenzo y me citaron para el partido contra Perú, el último de las Eliminatorias para el Mundial 2002. Yo tenía la ilusión de ir, como la volví a tener en 2006, pero no se dio. No era sencillo, como nunca lo es en la selección argentina. Me quedo más con lo que he hecho en las juveniles, con todo lo que logramos. En la mayor tuve un paso, pude vestir esa camiseta, aunque no pude durar demasiado.
-¿Cómo es Bielsa puertas adentro?
-Es un estudioso del fútbol, está en todos los detalles. Ha trabajado muy bien a lo largo de toda su carrera, podés estar de acuerdo o no con su forma, pero es claro que no deja ningún detalle librado al azar. Nos enseñó muchísimos a quienes éramos parte de aquel grupo en la selección.
-¿Preferís a ese entrenador minucioso que hasta puede llegar a pecar de agobiante o a aquél que te brinda una mayor libertad?
-He tenido de todos, y cada uno me ha dejado cosas positivas. Fui dirigido por “Coco” Basile, Ramón Díaz, debuté con Miguel (Russo), Oscar Ruggeri me marcó mucho cuando pasó por San Lorenzo, en Hamburgo tuve a Toppmöller, finalista de la Champions con Bayer Leverkusen y, en Osasuna, al “Vasco” Aguirre. Siempre aprendí, creo que como jugador es importante sacar lo mejor. Cuando sos joven, tratás de mejorarte día a día y no te fijás tanto en el entrenador. Siempre fui alguien que estuvo a disposición para lo que pidiese el técnico, quienes me conocen saben que es así. De todos se aprende, aunque siempre remarco lo de José (Pekerman) y el Ingeniero (Pellegrini), porque con ellos logré títulos.
La aventura europea
Hamburgo, en Alemania; y Osasuna y Mallorca, en España, fueron los clubes que le abrieron las puertas a Romeo para desenvolverse en el fútbol europeo.
Tras su primer y exitoso ciclo en San Lorenzo, el delantero desembarcó en el país germano a principios de 2002.
“Cuando llegué a Alemania no entendía mucho con qué me iba a encontrar. Me junté con “Pelusa” Cardoso, uno de los pocos argentinos que jugaba en ese país y me transmitió tranquilidad. Sólo estaban él, Klimowicz y Diego Placente. Me encontré con una liga muy competitiva, que seguía en pleno crecimiento porque el país tenía su Mundial por delante. Hoy la veo como una de las ligas más lindas del mundo. En España, fui parte de uno de los mejores momentos de la historia de Osasuna. Terminamos cuartos en la liga, jugamos una fase previa de Champions, y llegamos a semifinales de la Copa UEFA. La liga española siempre ha sido más técnica. La alemana, a su habitual poderío físico, le fue sumando técnica con la llegada de extranjeros”.
-Suele reclamarse, en torno al seleccionado mayor, que se prioriza excesivamente al jugador que compite en el exterior, en detrimento del que lo hace en el fútbol argentino. ¿Lo ves así?
-No, creo que cada técnico que pasa por la selección tiene la posibilidad de ver todo y elegir. Y las ligas más competitivas son las europeas. El entrenador tiene que observar a todos y estar en cada detalle. Ahora se ha dado que han llamado jugadores que están compitiendo en el país.
Manager
Luego de tres ciclos como futbolista, Romeo cumplió un nuevo regreso a San Lorenzo, esta vez para desempeñarse como manager.
Un lustro signado por el éxito, con la histórica obtención de la Copa Libertadores, el anhelo más grande del pueblo “cuervo”.
“Llegué en 2012, después de que el club pase por la Promoción. Matías Lammens y Marcelo Tinelli me dieron la posibilidad. Trabajamos en conjunto, muy bien. El puesto de manager es algo que siempre defiendo. Y se respetó mi lugar, me sentí escuchado, estar por estar no era mi idea. Hemos construido una relación muy buena con todos los dirigentes y obtuvimos grandes resultados, con Pizzi primero y, después, con Bauza, con quien se ganó la Copa Libertadores, el anhelo de siempre para la gente de San Lorenzo.
Después de cinco años me fui por motivos personales, estaba un poco cansado”.
-¿Cuánto sabe de fútbol Tinelli y cuánto se involucraba en el fútbol de San Lorenzo?
-Sabe, le gusta, es hincha y ha jugado. Se metía lo que correspondía, lo mismo que Lammens.
La actualidad
Sobre su actual rol de Coordinador de Selecciones Juveniles en AFA, Romeo cuenta: “Me convocó Lionel (Scaloni), arranqué en enero. Es una lástima lo de la pandemia, pero trabajamos mucho por Zoom. Me muevo en equipo con Lionel, Diego (Placente) y Pablo Aimar. Estoy muy feliz con este trabajo, cuando me llamaron ni lo dudé. Es una satisfacción estar en la selección y, además, con un grupo de gente a la que conozco hace muchos años. Hoy, con esta realidad, es un momento muy difícil para todos, pero el año que viene ya tendremos competencia. En febrero, está el Sudamericano sub 20 en Colombia y, en marzo, el de sub 17 en Ecuador”.
-¿Debe haber cierta afinidad en la idiosincrasia futbolística entre el manager o coordinador y el entrenador?
-Considero que sí, que siempre hay cierto alineamiento. Ahora, está Menotti que es quien habla directamente con Lionel (Scaloni), y éste a su vez armó su equipo de trabajo. Después, está también el trabajo de los clubes para que promuevan jugadores y luego la selección tenga un abanico amplio para elegir.
-¿Tenés la idea de ser entrenador?
-Soy director técnico recibido pero no ejerzo. Hoy no tengo la cabeza puesta en esa función, disfruto la de manager o trabajar en la coordinación como actualmente hago en los seleccionados nacionales.