Considerando la transformación agroalimentaria que se está dando en el mundo de un tiempo a esta parte, se puede decir que la hidroponía (la técnica de cultivo sin suelo que utiliza soluciones nutritivas en agua) se consolida como una alternativa sustentable, eficiente y adaptable a distintos entornos.Aunque su aplicación moderna comenzó a desarrollarse a mediados del siglo XX, sus orígenes se remontan a civilizaciones antiguas como la Azteca, que ya implementaban sistemas similares en sus chinampas. Así era llamado su esquema de agricultura milenario y único, originario del Valle de México, caracterizado por pequeñas islas artificiales construidas en lagos o ciénagas para cultivar plantas, hortalizas y flores.El principio fundamental de la hidroponía es simple, aunque llamativo: las plantas no necesitan tierra para crecer, sino agua, nutrientes y condiciones ambientales adecuadas. A partir de esto es que se desarrollaron diversos sistemas que permiten cultivar en lugares antes impensados, como ser desde terrazas urbanas hasta regiones áridas o contaminadas.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2025/04/hidroponia.jpg" alt="hidroponia - 2"><figcaption>Máximo Pereyra Iraola, creador del emprendimiento hidropónico en La Vasconia.</figcaption></figure>Entre sus principales ventajas se destacan el ahorro de hasta un 90 por ciento de agua en comparación con la agricultura tradicional, la posibilidad de producción durante todo el año y una mayor eficiencia en el uso de nutrientes.Sin embargo, también implica desafíos, ya que requiere una inversión inicial más elevada, un manejo técnico preciso y un mayor consumo energético, sobre todo en sistemas automatizados.<section class="noteSuggested" data-id="137456,137130,136661" data-title="Puede interesarte"></section>En Tandil, el emprendimiento La Plantación, proyecto familiar que nació en plena pandemia, demuestra que esta forma de producir alimentos ya no es cosa del futuro. Desde un campo ubicado sobre la Ruta 74, a pocos kilómetros de La Vasconia, Máximo Pereyra Iraola y su equipo llevan adelante una experiencia hidropónica que fue cautivando al mercado local.En el mundo, la hidroponía avanza a paso firme. Países como Estados Unidos, Canadá, Japón y Países Bajos lideran el desarrollo de sistemas comerciales a gran escala. En América Latina, México, Brasil y la Argentina han comenzado a adoptar esta tecnología en distintos niveles. De hecho, en nuestro país, si bien aún representa un porcentaje menor del total de la producción hortícola, su crecimiento es sostenido y se concentra principalmente en zonas urbanas y periurbanas.<h3 style="text-align:justify;">Proyecto que germinó en pandemia</h3>La historia de este emprendimiento comenzó allá por el 2020, cuando la pandemia de Covid-19 alteró los planes de Máximo Pereyra Iraola, quien, en realidad, tenía previsto mudarse a Córdoba.Con la incertidumbre del momento y la imposibilidad de concretar la mudanza, Máximo, cocinero de profesión, decidió emprender un nuevo camino vinculado a la producción de alimentos.<blockquote>“Yo quería ponerme a producir algo propio de alimentos. Tenía pensado hacer huevos de gallinas libres o algo como esto”, recordó el productor. Fue investigando en internet que descubrió la hidroponía y se sintió atraído por sus ventajas y tentador potencial.</blockquote>Así que se decidió por este sistema, construyó un invernadero de 300 metros cuadrados en el campo familiar, ubicado en la Ruta 74, cerca de La Vasconia, y comenzó a experimentar con cultivos hidropónicos por su cuenta.Dos años después, se asoció con su familia y juntos ampliaron la infraestructura, construyendo un invernadero de 1.000 metros cuadrados. Actualmente, el equipo está compuesto por cuatro personas: dos operarios, un repartidor y Máximo, quien lidera el proyecto.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2025/04/hidroponia.jpeg" alt="hidroponia - 1"><figcaption>Las plantas solo necesitan agua, nutrientes y condiciones ambientales adecuadas.</figcaption></figure><h3 style="text-align:justify;">Cultivar en el agua y sin suelo</h3>La Plantación se centra en la producción de hortalizas de hoja, como distintas variedades de lechuga, rúcula, albahaca en verano y espinaca en invierno. Ahí, según contó Pereyra Iraola,&nbsp; utilizan el método de Nutrient Film Technique (NFT, según siglas en inglés, y que significa “una cobertura de nutrientes”), que consiste en hacer circular una solución nutritiva por canales inclinados donde las raíces de las plantas absorben los nutrientes necesarios. “Usamos espuma fenólica, un material inerte que proporciona soporte a las plantas sin interferir en su nutrición”, detalló el productor.Uno de los principales desafíos que enfrentaron, reveló, fue la falta de demanda inicial, ya que en Tandil no se comercializaban productos cultivados mediante hidroponía. Sin embargo, a medida que aumentaron la producción, comenzaron a buscar nuevos clientes y a educar al mercado sobre las ventajas de este tipo de productos.<blockquote>“A medida que iba aumentando la producción, salía a buscar nuevos clientes. Lo que es complicado es tener producción estable todas las semanas, para cubrir y que no se generen baches en la demanda”, explicó.</blockquote>Por otro lado, también señaló que los consumidores valoran especialmente la durabilidad, la limpieza (al no tener tierra) y la calidad de las plantas, que mantienen sus características organolépticas hasta diez días después de la cosecha.<h3 style="text-align:justify;">Ventajas ambientales y eficiencia energética</h3>Desde el punto de vista ambiental, la hidroponía ofrece importantes beneficios. En primer término, cabe mencionar el sistema de riego en circuito cerrado que permite ahorrar más de un 80 por ciento de agua en comparación con la agricultura tradicional.Además, al tratarse de un ambiente controlado, se reduce significativamente el uso de pesticidas, ya que las plantas son menos susceptibles a plagas y enfermedades. En este emprendimiento tandilense, el control de plagas se realiza de manera preventiva con productos biológicos.En cuanto al consumo energético, el sistema requiere el funcionamiento de tres bombas de riego de 1,5 HP (caballos de fuerza), un filtro de ósmosis inversa para tratar el agua de pozo y tres motores automatizados que suben y bajan las cortinas del invernadero.Si bien esto implica un consumo eléctrico considerable, la eficiencia en el uso de recursos y la calidad del producto final promete compensar esta inversión.<h3 style="text-align:justify;">Un horizonte sustentable</h3>Al hablar de lo que le depara el futuro a la hidroponía en Tandil, Pereyra Iraola fue muy positivo. Consideró, en este sentido, que la demanda irá en aumento, tanto por parte de verduleros como de consumidores finales, debido a las ventajas que ofrece este tipo de producción: “Mayor durabilidad, mejor sabor y un precio accesible”. Además, destacó que una vez que los consumidores prueban estos productos, difícilmente vuelven a las hortalizas tradicionales.La reflexión invita a pensar, entonces, en la hidroponía como una alternativa viable para la transición hacia una producción más sustentable, especialmente en contextos de escasez hídrica y degradación del suelo. Al permitir el cultivo en ambientes controlados y con un uso eficiente de los recursos, esta técnica se perfila como una solución innovadora para enfrentar los desafíos del cambio climático y la seguridad alimentaria.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2025/04/hidroponia_2.jpeg" alt="hidroponia - 4"><figcaption>Entre sus principales ventajas se destacan el ahorro de hasta un 90 por ciento de agua.</figcaption></figure><h3 style="text-align:justify;">Métodos de cultivo hidropónico</h3>Existen diversos métodos de cultivo hidropónico, cada uno con sus particularidades:<ul><li>NFT (Nutrient Film Technique): consiste en hacer circular una solución nutritiva por canales inclinados donde las raíces de las plantas absorben los nutrientes necesarios. Es ideal para cultivos de hoja y permite un uso eficiente del agua y los nutrientes.</li><li>Raíz flotante: las plantas se colocan en bandejas flotantes sobre una solución nutritiva. Es adecuado para cultivos de hoja y permite una alta densidad de plantación.</li><li>Cultivo en sustrato: se utilizan materiales inertes como perlita, vermiculita o fibra de coco para sostener las plantas, mientras se les suministra la solución nutritiva. Es común en cultivos de frutos como tomates y frutillas.</li><li>Aeroponía: las raíces de las plantas se suspenden en el aire y se les pulveriza la solución nutritiva. Ofrece un alto nivel de oxigeno.</li></ul><h3 style="text-align:justify;">Hidroponía en el mundo, necesidad e innovación</h3>Si bien las raíces de la hidroponía se remontan a prácticas ancestrales, su desarrollo moderno comenzó en la década de 1930 en la Universidad de California, cuando el científico William F. Gericke logró cultivar tomates sin suelo y popularizó el término “hidroponía” (hydro = agua, ponos = trabajo).Desde entonces, el sistema se expandió en todo el mundo, especialmente en regiones con limitaciones de suelo fértil o acceso a agua, convirtiéndose en una de las soluciones más innovadoras frente a la inseguridad alimentaria global.De acuerdo a datos publicados por la National Geographic y la Revista Forbes sobre los pequeños países que alimentarán al mundo y el potencial de las granjas verticales o alternativas, estos son los lugares que han logrado implementar con éxito la técnica hidropónica a gran escala:<ul><li>Países Bajos: pionero absoluto en agricultura intensiva y de precisión, logró combinar hidroponía, tecnología y sustentabilidad para convertirse en el segundo exportador mundial de alimentos, solo detrás de Estados Unidos. Los invernaderos holandeses son verdaderos laboratorios de innovación agrícola, donde se controlan variables como humedad, luz y nutrientes con precisión científica. Según un informe de National Geographic, logran producir 10 veces más por metro cuadrado que con métodos tradicionales, usando hasta un 90 por ciento menos de agua.</li><li>Japón: desarrolló estos sistemas en interiores o verticales (conocidos como plant factories) para abastecer sus ciudades densamente pobladas. Estas granjas están completamente automatizadas, utilizan luces LED y producen hortalizas libres de químicos. Tras el accidente de Fukushima en 2011, la hidroponía cobró aún más relevancia por su capacidad de aislar el cultivo de contaminantes del suelo o del aire.&nbsp;</li><li>Estados Unidos: con fuerte presencia en áreas urbanas, surgen empresas como AeroFarms (Newark, Nueva Jersey), Plenty (San Francisco) o Bowery Farming, que cultivan lechugas y microgreens en entornos cerrados, sin pesticidas, con luces artificiales y sistemas automatizados. Estas firmas están financiadas por gigantes como Google, Amazon y SoftBank. Según Forbes, este tipo de agricultura podría representar el diez por ciento de la producción de vegetales frescos en EE. UU. para 2030.</li><li>Emiratos Árabes Unidos: en zonas donde el desierto impide la producción agrícola convencional, la hidroponía se convierte en una herramienta estratégica. En Dubái se encuentra Bustanica, la granja vertical más grande del mundo, inaugurada en 2022. Abastece a aerolíneas y comercios con más de 900.000 kilos de vegetales al año, usando un 95 por ciento menos de agua que una granja tradicional (CNN, 2022).</li></ul>

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¿Una agricultura sin tierra y con ahorro de agua? La hidroponía, promesa de eficiencia y productividad