En un mundo cada vez más urbanizado, donde el concreto y el acero dominan el paisaje, los techos vivos o ecológicos se presentan como una solución que trae consigo no solo frescura y belleza, sino también un profundo compromiso con la sostenibilidad ambiental.&nbsp;En países como la Argentina su adopción asoma muy tímidamente, a pesar de los innumerables beneficios que prometen para el medioambiente y la calidad de vida de las personas, sin embargo, no es una práctica ajena y poco a poco va ganando terreno.&nbsp;Se trata de techos cubiertos por una capa de vegetación que puede variar desde césped y plantas autóctonas hasta pequeñas huertas o jardines. Estos no solo tienen una función estética o de beneficios para quien vive debajo de ellos, sino que -hilando fino y con proyección a futuro- se erigen como una respuesta concreta a varios de los desafíos que enfrenta la ciudad moderna: el cambio climático, la falta de espacios verdes y la necesidad de reducir el impacto ambiental de las edificaciones.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2025/01/techos_vivos_ciudad_esponja_5.jpeg" alt="Techos vivos - Ciudad esponja - 6"></figure>De manera muy aislada, estas edificaciones surgen como pequeños pulmones urbanos que, aunque no se comparan con grandes parques o plazas, tienen un impacto significativo en la reducción de la temperatura, la mejora de la calidad del aire y el aumento de la biodiversidad en la ciudad. Asimismo, en localidades como Tandil, que cuentan con ordenanzas de Construcción Natural, encontrar casas con techos vivos es posible.Matias Tagliorette es arquitecto y hace unos 15 años trabaja en la construcción de viviendas ecológicas, con foco en techos verdes; de hecho, ha participado activamente en el planteamiento que consiguió que Tandil cuente con una legislación para las construcciones naturales. “El beneficio de tener pasto creciendo arriba del techo es aportar a la biodiversidad, con atracción de abejas y otros animales que se sientan atraídos por la floración de las hierbas. Todo lo que significa tener una especie de patio, pero arriba de la casa”, figuró.<section class="noteSuggested" data-id="132288,131867" data-title="Puede interesarte"></section><h3 style="text-align:justify;">Un pedazo de naturaleza en las alturas</h3>“Se le dice vivo porque le crece pasto encima, un pasto que está en constante crecimiento y adaptación”, describió el arquitecto. Básicamente consiste en una estructura que sostiene el techo, como cualquier otro, y sobre eso tiene sus respectivos aislantes para que no se llueva, por encima lleva un sustrato (mezcla de tierra con algún otro componente) para que puedan crecer y subsistir hierbas.De acuerdo a su reflexión, cualquier casa puede aplicar este sistema de techos vivos, aunque advirtió que no siempre es posible cuando ya hay un techo consolidado con otras características. “Esto, en primer lugar, lo que tiene es que se está trabajando con un sustrato de tierra y otros agregados para que sea rico en minerales para sostener lo que vaya a crecer encima, lo cual lo vuelve más pesado”, planteó.&nbsp;En este sentido, señaló que al igual que los de chapa o tejas necesitan una estructura de madera con perfilería de hierro para poder sostenerlos. Hablando de condiciones normales, como las que se viven en Tandil, el de chapa básicamente debe contar con una firmeza capaz de soportar a la persona que va a estar colocándolas, porque luego en sí la chapa no pesa tanto.&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2025/01/techos_vivos_ciudad_esponja_4.jpeg" alt="Techos vivos - Ciudad esponja - 5"></figure>En el caso de las tejas se necesita un refuerzo un poco mayor, pero así igualmente no es un techo súper pesado. Sin embargo, este tipo de coberturas como los vivos ya tiene un peso propio por la tierra y, sobre todo, por el agua de lluvia que acumula. Por lo tanto, es imprescindible contar con una estructura bien calculada por algún especialista.&nbsp;En estos casos en cuestión, se requerirán tirantes de determinada medida de extensión en alto y ancho, y separado cada ciertos centímetros. De esta forma se asegura la consistencia del techo sin que los tirantes se deformen con el tiempo y el habitante se sienta seguro.&nbsp;<blockquote>“Así es que cualquiera puede hacerlo, pero definitivamente no lo agregaría a un techo de chapa, por ejemplo, porque sería correr un riesgo innecesario poner semejante peso sobre una estructura que estuvo diseñada con otro fin”, explayó.</blockquote>El beneficio de tener pasto creciendo arriba del techo es aportar a la biodiversidad, con atracción de abejas, mariposas, aves y otros animales que se sientan atraídos por la floración de las hierbas. “Todo lo que significa tener una especie de patio, pero arriba de la casa”, figuró.En cuestiones de salud enumeró las bondades en el bienestar térmico y acústico, que hacen que tengas un lugar menos para preocuparte por el ingreso o la escapada del calor, o la entrada de frío.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2025/01/techos_vivos_ciudad_esponja_3.jpeg" alt="Techos vivos - Ciudad esponja - 4"></figure><h3 style="text-align:justify;">Un trabajo muy artesanal</h3>Para quienes se animan a adoptar esta innovadora idea, la construcción de un techo verde no es una tarea sencilla, pero sí altamente gratificante. En primer lugar, es esencial contar con una estructura adecuada que pueda soportar el peso adicional de la tierra, las plantas y el sistema de riego. La impermeabilización del techo también juega un papel fundamental, evitando filtraciones y daños en las estructuras inferiores.Ciertamente, son esas minuciosidades las que, al conocer de Tagliorette, hacen dar un paso atrás a quienes barajaban la posibilidad de implementar esta variable ecológica. Por eso afirmó que se trata de elecciones más cercanas a las casas de barro o ecológicas, y no tanto a las edificadas de manera convencional.Existen dos métodos predominantes para crear estos techos: el sistema intensivo y el sistema extensivo. El primero es el más elaborado, con una capa de sustrato más profunda que permite una variedad más amplia de plantas, incluso árboles pequeños. El sistema extensivo, en cambio, es más ligero y menos costoso, ideal para espacios más pequeños o para quienes desean una opción de bajo mantenimiento.En ambos casos, la selección de las especies vegetales es crucial. Las plantas autóctonas son las más recomendadas, ya que están adaptadas al clima local y requieren menos agua y cuidados. Además, al elegir especies locales, se contribuye a preservar la biodiversidad y a proporcionar refugio a la fauna urbana.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2025/01/techos_vivos_ciudad_esponja_2.jpeg" alt="Techos vivos - Ciudad esponja - 3"></figure>A decir del experto, hay que ser muy cuidadosos, porque un mínimo error o descuido puede generar filtraciones o fallas a futuro. Incluso, asintió que de vez en cuando puede crecer alguna planta “que hace lío” con sus raíces.&nbsp;“Hay algo que se me escapa de las plantas, y que me parece fabuloso porque te hace aprender constantemente, y es que en la punta de algunas raíces tienen una especie de sensor de búsqueda súper filoso que persiguen la humedad o algún mineral y pueden tranquilamente romper esa capa aislante que se ha puesto”, reveló.&nbsp;Por otro lado, explicó que&nbsp;hay diseños con riego y hay sin riego, pero que lo importante es cuánto uno quiere estar pendiente de eso. “A mi me ha pasado, que durante una época no llueve nada y el techo es como si fuera un manto de tierra con un poco de pasto arriba, uno piensa que no vuelve más, sin embargo, con las lluvias eso vuelve a renacer. En general la gente no quiere que les cueste un trabajo de mantenimiento extra”, aceptó.&nbsp;A consideración de esto, es que entiende cuando algunas personas que pensaban incursionar en el modelo desistan de ello. “Hoy la mayoría prefiere dejarlo para un espacio de experimentación y no tanto para donde van a estar viviendo permanentemente”, aseveró.<h3 style="text-align:justify;">Acústica, temperatura y desagüe&nbsp;</h3>Los techos ecológicos tienen varios beneficios, por un lado Tagliorette mencionó la aislación térmica respecto a otros techos. Al tener tierra y pasto, hace que el frío o el calor de la intemperie no pase directamente al interior, sino que hace una especie de cápsula o burbuja. A su vez, eso permite que, si el interior tiene una temperatura diferente al exterior, por ejemplo por calefacción en inverno, no se pierda como sucede en las coberturas convencionales.Por otro lado, también es un aislante acústico, ya que la misma tierra, las hierbas y el sustrato absorben los sonidos de una determinada manera que evita el rebote de los ruidos. “Este, si bien no es de los beneficios más relevantes, sí es importante y un dato de color interesante”, dijo.&nbsp;Otra característica que el arquitecto sí consideró determinante es que, cuando llueve (siempre dependiendo la cantidad que cae y en cuánto tiempo), al tener un sustrato de tierra el techo no despide el agua hasta saturarse. Entonces, cuando puede dejar de contener el líquido, comienza a despedirlo de a poco y puede llegar a estar algunas horas goteando el sobrante. En caso de que no llueva tanto como para descargar, el agua contenida comienza a evaporarse como en cualquier huerta. En cambio, por ejemplo, en un techo de chapa, lo que cae allí va inmediatamente al suelo.&nbsp;<blockquote>“Está bueno porque resulta un sistema que no satura los sistemas de desagües de una ciudad, de un barrio, de la propia vivienda”, consideró.</blockquote><h3 style="text-align:justify;">Lo hicieron realidad</h3>Algunas ciudades en el mundo han tomado la delantera en la implementación masiva de techos vivos, sirviendo de inspiración para otros países.&nbsp;Berlín, en Alemania, es un ejemplo paradigmático. La capital alemana cuenta con cientos de edificios que poseen techos verdes y las autoridades locales han incentivado su implementación a través de políticas públicas y subsidios. Lo mismo ocurre en ciudades como Vancouver, Toronto y Nueva York, donde el techo verde no es una rareza, sino una norma en muchos edificios de oficinas y viviendas.En América Latina, el ejemplo de la Ciudad de México es relevante. La capital mexicana ha implementado programas de techos verdes tanto en edificios públicos como privados, con un enfoque particular en la reducción de la contaminación del aire y la mejora de la calidad del ambiente urbano.&nbsp;En Buenos Aires, sin embargo, la iniciativa aún se encuentra en sus primeras etapas, a pesar de contar con un clima que favorece la proliferación de jardines y plantas en techos.<h3 style="text-align:justify;">El camino por recorrer</h3>Si bien el concepto de techos vivos está ganando terreno a nivel mundial, en la Argentina aún queda un largo camino hacia adelante. Para lograr una mayor incidencia, es fundamental fomentar la concientización sobre los beneficios ambientales y económicos que ofrecen estos sistemas.&nbsp;Además, es crucial que las políticas públicas apoyen esta iniciativa, tanto a través de incentivos como de normativas que promuevan la implementación de techos ecológicos en nuevas construcciones y reformas urbanísticas.Es hora de que las ciudades argentinas miren hacia el cielo y piensen en verde. Los techos vivos no solo son una tendencia estética; son una necesidad urgente en tiempos de crisis climática. Y si bien el desafío es grande, la recompensa es aún mayor: una ciudad más limpia, fresca y habitable para las futuras generaciones.En un mundo donde la naturaleza parece ceder terreno a las máquinas, los techos vivos ofrecen una oportunidad única para redescubrir nuestra conexión con el entorno natural, devolviéndole a las ciudades un pedazo de lo que les pertenece: la vida.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2025/01/techos_vivos_ciudad_esponja_1.jpeg" alt="Techos vivos - Ciudad esponja - 2"></figure><h3 style="text-align:justify;">Buena vida traen los techos verdes</h3>Los techos vivos tienen un impacto directo en la salud del planeta y de las personas. Entre sus beneficios más destacados se encuentran:<ol><li style="text-align:justify;">Reducción de la contaminación: las plantas filtran el aire y absorben contaminantes, mejorando la calidad del aire urbano.</li><li style="text-align:justify;">Aislamiento térmico y acústico: los techos verdes actúan como aislantes naturales, reduciendo la necesidad de aire acondicionado en verano y calefacción en invierno. Esto se traduce en un ahorro energético significativo.</li><li style="text-align:justify;">Mitigación del cambio climático: ayudan a reducir el efecto isla de calor, un fenómeno urbano en el que las ciudades se calientan más que las áreas rurales debido a la acumulación de calor en las superficies impermeables como el asfalto y el concreto.</li><li style="text-align:justify;">Incremento de la biodiversidad: los techos verdes pueden servir de hábitat para insectos, aves y otros animales que escasean en las áreas urbanas.</li><li style="text-align:justify;">Mejora del bienestar humano: los estudios han demostrado que el contacto con la naturaleza mejora el estado de ánimo, reduce el estrés y fomenta una sensación de bienestar general. Vivir cerca de espacios verdes, o incluso tenerlos a la vista desde un techo verde, puede mejorar la calidad de vida.</li><li style="text-align:justify;">Mejora de la eficiencia energética: reducción del consumo de energía para climatización.</li><li style="text-align:justify;">Gestión de las aguas pluviales: retención y filtración del agua de lluvia, reduciendo la carga en las redes de alcantarillado.</li></ol><h3>Ciudades esponja, de China para el mundo</h3>Este tipo de metrópolis ya van camino a ser una realidad y, mucho más, una urgencia y esperanza ante las extremas variaciones climáticas, sobre todo relacionadas con las inundaciones.&nbsp;La propuesta es aplicar “soluciones basadas en la naturaleza” (SBN) que, de manera muy inteligente, trabajan con lo que el planeta tierra nos dejó, para implementar una verdadera infraestructura verde, a través de jardines de lluvia o pavimentos permeables, por ejemplo, que le dan un segundo uso a esa agua recolectada, previniendo así otras situaciones lamentables como las sequías extremas.El creador de este modelo de “Ciudad Esponja” es el arquitecto paisajista Kongjian Yu, oriundo de Zhejiang, un pequeño pueblo del este de China, y ganador del Premio Internacional de Arquitectura Oberlander 2023. Su concepto fue adoptado como política nacional en China en 2013, priorizando infraestructuras naturales a gran escala como humedales, vías verdes, parques, protección de árboles y bosques, jardines de lluvia, techos verdes, pavimentos permeables y bioswales (canales de vegetación que recogen, filtran e infiltran las aguas pluviales).“La solución no es armarse de barreras y desagües, sino que hay que dejar entrar el agua a las ciudades”, ha divulgado a través de sus charlas. Las famosas ciudades esponjas que propone, buscan involucrar la infraestructura verde, en cambio de aquella basada en ladrillo y el asfalto, para absorber el agua y desviarla hacia zonas de almacenamiento o utilizarla para otros fines. Es decir, conservar para poder reutilizar.“La destrucción de mi propio paraíso es lo que me hace pensar que necesitamos una revolución y el núcleo de esa revolución es el concepto de ´ciudades esponja´", expresó Yu en una entrevista reciente. Es que, a pesar del reconocimiento internacional, el arquitecto se describe a sí mismo como "hijo de campesino” y destaca que aquella crianza en el pueblo y su ambiente natural fue una influencia importante para seguir este camino.Durante más de 25 años, Kongjian Yu ha utilizado su carrera para luchar contra las ecologías urbanas deterioradas. Su investigación sobre Patrones de Seguridad Ecológica (1995) e Infraestructura Ecológica, Planificación Negativa y Ciudades Esponja (2003) ha sentado las bases para la política de China de liderar iniciativas de protección ecológica a nivel nacional y campañas de restauración. Con su firma ha contribuido a esta dirección con más de 600 proyectos construidos en más de 200 ciudades, principalmente en China, pero también en Francia, Indonesia, Rusia, Singapur, Tailandia y Estados Unidos.