Primera temporada, capítulo once
HUERTA DOMICILIARIA Producción, recolección y conservación de semillas para el próximo ciclo
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Una de las partes mágicas de tener la huerta en casa, además de alimentarte con tus plantas, es poder producir, guardar y utilizar sus semillas e iniciar un nuevo ciclo hortícola de aún mejor calidad.
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Estamos llegando al final de lo que diagramamos para esta primera temporada, como penúltimo paso consideramos interesante e importante ponerte en conocimiento de este proceso tan natural que podemos utilizar a nuestro favor, y sin dudas tiene su mística, porque permite vislumbrar este fascinante período de reproducción biológica.
A grandes rasgos, va a ser importante que tengas al menos dos ejemplares de la variedad de la que quieras guardar sus semillas, porque a una la tendrás que dejar florecer. Si bien en el caso de las verduras de hojas o frutos vas a poder consumirlas igual, es bueno que la planta termine su ciclo. Así, sobre el final, las pepitas estarán listas para soltarse, germinar y dar inicio a una nueva vida.
Para poder comprender en qué consiste todo esto y cómo hacerlo de manera adecuada, conversamos con Marcos Corti de Savia Alegría Agricultura Natural, quien ya hace años ha empezado a construir su propio banco de semillas, habiendo logrado una gran diversidad de variedades que ya reúnen todas las condiciones de ese lugar específico.
Es que uno de los grandes beneficios de esta práctica es precisamente la adaptabilidad a las condiciones de cada terruño y clima que van quedando en la genética de las semillas, aumentando notablemente el margen de supervivencia (con sabor y nutrición) de esas plantas. Incluso en estos procesos de polinización que experimentan los cultivos puede que
las especies se mezclen y surjan nuevos sabores, o no, pero sin dudas las floraciones darán un dinamismo hermoso a la biodiversidad que ronda tu huerto.
Qué plantas, cuáles y cómo semillar
"Semillar una planta significa acompañar el ciclo del cultivo. Hay que dejar que la naturaleza haga", explicó para empezar el agricultor.
La mejor planta, el fruto maduro más rico, la más resistente, esas son algunas de las condiciones que deberás tener en cuenta para elegir cuál de ellas será la indicada para reproducirse y extraer sus pepitas. Por eso mencionamos que lo ideal para poder hacerlo es tener al menos dos ejemplares, sobre todo en el caso de las verduras de hojas, ya que al tratarse de frutos - como los tomates, berenjenas, zapallos o morrones- directamente se extraen luego de consumirlos.
A continuación, Corti detalló que el primer proceso que realiza la planta es el vegetativo, que sería el desarrollo del cuerpo físico, y luego viene el reproductivo que es donde desarrolla el fruto consumible, que serían los hijos. "O sea que no hay más que esperar el proceso natural hasta que la planta se entregue", definió.
Igualmente, el momento de recolección depende del tipo de hortaliza que se trate. Existen diferentes tipos de frutos, aquellos que al madurar se abren y sus semillas se desprenden con facilidad, como por ejemplo en la lechuga, otros que al llegar a su madurez no se abren. En el primer caso, una alternativa para evitar la caída y pérdida de semillas al suelo es colocar a la vara floral antes de su madurez una bolsa de tipo yute, tul o nylon atando cuidadosamente la boca con una piola sobre el eje de la planta.
Debemos tener en cuenta de que la bolsa tenga porosidad para permitir la circulación de aire y así reducir la humedad de nuestras semillas, evitando la contaminación principalmente por hongos. También existen frutos llamados carnosos donde sus semillas se encuentran envueltas por una “pulpa” como por ejemplo el tomate.
En el caso de la huerta domiciliaria, donde la extensión no es mucha y es más fácil observar el estadio de cada cultivo, lo más sencillo resulta finalmente tratar de a una planta. Si son las de hojas que dejamos florecer, sin consumir porque se tornan muy amargas, una vez que la flor esté a punto de soltar las semillas la tenés que sacar de la tiera y sacudirlas dentro de una bolsa, luego retirarla y adentro quedarás sus pepitas.
En el caso de esos frutos carnosos mencionados, antes de disfrutarlos y consumirlos, separar de su centro las semillas, esparcirlas sobre una servilleta de papel evitando que se toquen entre sí y dejarlas por unos días allí hasta que sequen.
En el caso de las raíces, generalmente su reproducción se consigue dejándolas en la tierra para que vuelvan a brotar en su prpóximo ciclo, o cortando sus partes y conservándolas como explicaremos.
Almacenamiento
Una vez hecho el desecado, se deben eliminar todas las impurezas (restos de planta, semillas dañadas, deformes o vacías) para reducir contaminaciones. Las semillas se deben guardar en un lugar apropiado que garantice su periodo de latencia, que viene a ser el tiempo en que la semilla permanece deshidratada.
Es fundamental considerar dos factores que están relacionados entre sí, la temperatura y humedad de almacenamiento. El ambiente participa en la vitalidad de las semillas y por eso deben permanecer en un ambiente fresco entre los 5 y 25 grados C y seco, con un contenido de humedad menor al 12 por ciento. Si se conservan semillas con elevado contenido de humedad y altas temperaturas se estará generando condiciones que inducirán la germinación o la presencia de microorganismo e insectos.
En esta etapa tenés que estar más que atento y precavido para evitar el deterioro de las futuras vidas. Para guardar las pepitas se pueden utilizar frascos de vidrio o de plástico, lo importante es que sean herméticos para impedir el ingreso de humedad.
En el caso de Savia Alegría, Marcos Corti contó que usan sobres etiquetados que van por especie dentro de frascos de vidrios bien tapados, con bolitas de sílica gel, que ayudan a regular la humidificación del recipiente. Por último, es sugerencia etiquetar cada frasco con la fecha de cosecha y variedad.
El lugar para conservarlas puede ser en un armario, un cajón o en la heladera. La duración de esas semillas va depender de las condiciones de almacenamiento. También va estar influenciada por la calidad de las plantas que seleccionamos.
A continuación, te compartimos una aproximación de la vida útil aproximada de las diferentes especies. Las de vida corta a media (1 a 3 años) son arveja, berenjena, cebolla, haba, lechuga, melón, pepino, pimiento, poroto, rabanito, repollo, rúcula, zanahoria, zapallo. Y de vida larga (más de 3 años) son acelga, apio, perejil, remolacha, tomate.
Lo positivo de obtener tus semillas
¨Beneficios hay varios, lo primordial que uno busca con la agricultura orgánica o la permacultura es la autosuficiencia, lo que significa que cuanto menos insumos necesitemos de afuera más independiente será nuestra vida, más vida”, reflexionó Corti.
Con esto, sintetizó que si, además de nuestros alimentos, logramos producir nuestras semillas, no necesitaremos comprarlas evitando ese desconocimiento de su procedencia o forma de obtención.
En este sentido, remarcó que el fruto de los cultivos de la huerta en casa son de una mejor calidad, con mayor sanidad, sin estar ¨curadas¨ y con el plus de poder elegir los ejemplares que más te gustaron de cada variedad. Gracias a esa adaptación al clima, al agua y a la tierra, como dijimos, esa genética se va adaptando para adaptarse a cada lugar “como le pasa a cualquier ser vivo”, insistió el agricultor.