Primera temporada, capítulo siete
HUERTA DOMICILIARIA: la salud integral de las plantas y el control ecológico de las plagas
Todas las semanas, una entrega más en El Eco de Tandil, en la web y en nuestro canal de podcast en Spotify.
Hemos avanzado muy bien en los pasos elementales para lograr cultivar nuestros propios alimentos, y si bien ya tenemos las plantas en tierra y la información básica para atender a un buen crecimiento; no hemos dicho nada de las plagas y enfermedades que pueden afectarles.
Recibí las noticias en tu email
Es un asunto que preocupa mucho y con el cuál es necesario lidiar en cualquier tipo de huerta, así que desde El Eco de Tandil, a través de Hábitat y Conciencia entendimos la importancia de entrar en detalles.
Quienes hayan practicado agricultura en otra oportunidad, probablemente han tenido ya alguna experiencia negativa y han sufrido al ver cómo morían o se enfermaban sus plantas sin saber qué hacer. Es que insectos, ácaros, hongos, bacterias, virus y otros seres vivos son parte del ecosistema y se alimentan de las plantas, principalmente de aquellas que están más están vulnerables.
Resumidamente, en la huerta orgánica, familiar o domiciliaria, lo esencial en el control de plagas y enfermedades es la prevención.
Una mirada holística
A la salud del huerto hay que afrontarla con tranquilidad, lógica y método. Tenemos que conocer a los seres vivos implicados y su relación con los factores ambientales –como el clima, por ejemplo– y con los momentos y la intensidad de las prácticas de cultivo. Aquí los agricultores, o sea ustedes que están avanzando en este camino, deben ser buenos observadores y evaluar las consecuencias de los trabajos realizados.
Los asuntos relacionados con la sanidad de las plantas son una parte muy importante de la tarea como productores de alimentos y, según cómo se mire, puede ser una oportunidad excelente para conocer y admirar la complejidad de las relaciones entre los organismos que allí convergen.
Todo lo que vinimos hablando anteriormente, sobre la fertilización ecológica, la asociación de especies y la biodiversidad ayudan muchísimo a preservar y fortalecer la sanidad en una huerta porque directamente refuerzan el sistema inmune de las plantas, generando una primera barrera ante hongos y bichitos. Sin embargo, también puede pasar que alguna plaga llegue a los cultivos y consideramos necesario ofrecer todas las herramientas posibles para no frustrarse en el intento.
La felicidad de las plantas
Para complementar los conocimientos que vamos a compartir, le pedimos sumar detalles a Silvia Gómez, quien hace muchos años lleva una vida sustentable, en armonía con la naturaleza, observando los ciclos de las plantas y todos los demás seres de alrededor.
En primer término, advirtió que antes que habar de un control ecológico de las plagas, es primordial referirse a la salud integral de las plantas. Esto quiere decir, darle las condiciones de tierra, abono, riego y ubicación acordes a la necesidad de cada especie. Asimismo, una buena rotación de cultivos, cobertura, fertilización equilibrada y observación del estado de cada una.
“Es como la medicina alopática a la medicina holística, donde queremos entender porqué una planta está afectada. Ellas irradian una vibración y las plagas, como todos los seres vivos, no afectan a las que están sanas, fuertes y contentas, sino que encuentran a las más débiles y allí atacan. Lo mismo sucede con la inmunidad de los humanos”, comparó la agricultora.
Al respecto, también puso el ejemplo de las variedades silvestres, que poco enferman porque nacieron en el lugar donde se daban meticulosamente todas esas condiciones que favorecen a su subsistencia y reproducción. “Nosotros, al imponer un cultivo en el lugar que destinamos para huerta, debemos estar más atentos a las necesidades de cada especie”, agregó.
Por otro lado, explicó que muchas veces los cultivos se predisponen más a recibir plagas o enfermedades cuando ya están en el último tramo de su ciclo, en etapa de semillado. Esto refuerza el concepto de que es importante estar atentos y ser buenos observadores de las especies de que elegimos para la huerta, así saber interpretar en qué estadio de vida se encuentra la planta.
Vale resaltar que no solamente se está en problemas cuando se advierten hojas comidas, sino que así como cantidad de plagas que existen son las marcas que dejan, con lo cual es relevante poner atención a cualquier mancha, doblamiento o pigmentación de cualquiera de las partes de una planta.
Manejo ecológico de las plagas
Todo lo mencionado anteriormente, busca lograr el objetivo de conseguir cosechas sanas y sostenibles en el tiempo, en un huerto diverso y equilibrado. A veces, con esto solamente no alcanza, ya sea porque estamos aprendiendo y algunas cosas se escapan de las manos, o simplemente porque en la tierra, el agua y el aire hay infinidad de bichitos, bacterias, virus y hongos, entre otros, que pueden alojarse en nuestros cultivos para alimentarse de ellos.
El aporte de cobre, la harina leudante, el purín de ortiga, la tierra de diatomeas y macerado de insectos, entre otros preparados naturales, resultan muy útiles, dependiendo el atacante de momento.
Silvina atestiguó que en el caso de los hongos típicos de los puerros, por ejemplo, le resulta muy bien la aplicación de caldo bordelés; o en el caso de lo tomates o de las demás solanáceas que son comúnmente atacados por los bichos moros en verano le ha funcionado el espolvoreo de tierra de diatomeas o la fumigación con un concentrado que se hace a base de los mismos insectos.
“A mi lo que más me funcionó fue la harina leudante, porque aparentemente se la comen y por el efecto de la levadura se explotan”, precisó.
Un método que es igual de útil tiene que ver con sacar de raíz inmediatamente la planta afectada, antes de que contagie al resto. Aquí otra vez entra en juego nuestra capacidad de observación.
Para repasar todos los episodios y recordar lo importante de cada etapa, escuchá Hábitat y Conciencia en El Eco Podcast.
Caldo Bordeles
Ingredientes para 20 litros de agua:
· 200 grs de cal viva o apagada.
· 200 grs de sulfato de cobre
En un balde de plástico pequeño, colocar agua caliente y disolver los 200 gramos de
sulfato de cobre. En otro balde más grande (mínimamente 25 litros) disolver la cal previamente apagada. Una vez que tenemos los dos productos por separado, hacemos la mezcla vaciando el sulfato de cobre dentro del tacho de cal – nunca al revés porque se corta. Una vez mezclado y siguiendo con la remoción, colocar una varilla de hierro dentro de la mezcla para comprobar la acidez de la misma. Si la varilla se oxida, está muy ácida y por lo tanto hay que agregarle más cal para neutralizar.
Una vez que se llega a la acidez deseada (no oxida la varilla), el caldo está listo para
usar. Las dosis a aplicar varían de acuerdo al cultivo a tratar y sirve para enfermedades causadas por hongos, tizones y mildiu.
Tierra diatomeas
Las diatomeas son algas fosilizadas que se utilizan en forma de tierra y con distintos usos. La dosis para pulverizar en la huerta es de 50 gramos de producto diluido en litro de agua. Se recomienda una aplicación quincenal como tratamiento y una aplicación mensual como prevención.
Es un insecticida en polvo ecológico para insectos que controla las plagas de efecto inmediato y no deja residuos tóxicos. Sirve para el caso del pulgón, la cochinilla, la araña roja, la mosca blanca, caracoles, babosas, hormigas, nematodos y orugas.