SEMANA MUNDIAL DEL PARTO RESPETADO
Dar a luz como mamíferos, con menos intervención y más respeto hacia la naturalidad de la madre y el bebé
En la Semana Mundial del Parto Respetado, los conceptos básicos que promueve el gran referente en la corriente Michel Odent toman impulso. Sus claves son "proteger y observar" e intervenir solo si es necesario. “Mejores partos para un futuro mejor” es el lema 2022. Argentina tiene su ley, con cada vez mayor conocimiento y puesta en práctica.
Como cada año, en mayo se celebra la Semana Mundial por un Parto y Nacimiento Respetados, y esta vez el lema que se sostendrá hasta el domingo 22 es "Mejores partos para un futuro mejor".
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Sin dudas esta consigna remite inmediatamente a una reconocida frase del ginecólogo francés Michel Odent, pionero y referente en la defensa del parto natural, quien dijo que "para cambiar el mundo es necesario cambiar la forma de nacer".
Ya está estudiado que la manera de llegar al mundo y en que las mujeres alumbran influye en las vidas, no solo a nivel de salud física, sino también desde el punto de vista mental y emocional. Esta vez, desde Hábitat y Conciencia vamos a ahondar en las concepciones del mencionado experto sobre el nacimiento, el amor y lo innecesario de las intervenciones instrumentales.
No es menor contar que la idea del parto natural se relanza después que Ina May Gaski, matrona de Estados Unidos, fundara The Farm en 1971, un centro donde han nacido unos 3.000 bebés, todos acompañados de parteras especializadas, con mínima intervención y cuyas cifras de mortalidad son muy bajas, si se las relaciona con otros centros.
¿Cuándo un parto es respetado?
Entre cuestiones básicas es necesario repasar que en Argentina existe la Ley 25.929 sancionada y promulgada en 2004 y finalmente reglamentada en 2015, que defiende los derechos de las madres, los recién nacidos/as y sus familias al momento del trabajo de parto, parto y post parto, donde están detallado los distintos derechos que deben garantizarse a cada uno de ellos.
El término "parto respetado" o "parto humanizado" hace referencia, entonces, al respeto a los derechos de las madres, los niños y niñas y sus familias en el momento del nacimiento. Así también promueve la consideración de las particularidades de cada familia en caso de etnia, religión y/o nacionalidad, acompañándola a través de la toma de decisiones seguras e informadas.
Esta concepción del parir implica generar un espacio familiar donde la mamá y el recién nacido/a sean los protagonistas y donde el nacimiento se desarrolle de la manera más natural posible. “Cuando hablamos de parto respetado nos referimos que la mujer siga su propio pulso de parto evitando todo tipo de intervenciones innecesarias, así como a decidir la forma de controlar el dolor durante el parto”, reseñaron desde Unicef.
"El parto es amor”
El obstetra Michel Odent, reputado y reconocido experto en la defensa del parto natural, alejando este proceso de la artificialidad que supone hacerlo en el interior de un quirófano clínico, dejó muy en claro que "el parto es amor y lo ideal es dejar que madre e hijo disfruten de este sentimiento desde el primer momento, sin intervención alguna de instrumental ni medicinas".
En uno de sus fundamentales axiomas asegura que el amor es la emoción que mueve a muchas personas para traer niños al mundo. Por ello, entiende lo importante de que la díada madre y bebé sean los únicos protagonistas. “No hay nada menos amoroso que el interior de un quirófano, higiénico sí, pero la actitud es de rapidez, seriedad, nada que ver con un ambiente ideado por una madre en el que da a luz un hijo con dolor, sí, pero también con mucho sentimiento", expresa.
La cuestión del ombligo
Sus teorías ya son ampliamente difundidas, implementadas y respetadas mundialmente. Entre ellas, Odent destaca un dato del proceso del parto sobre a la importancia del cordón umbilical. El experto no está de acuerdo con la actual prisa que hay en muchos hospitales e incluso por parte de muchas parteras o matronas, de cortar este enlace entre la madre y el niño.
"Hay que esperar para cortar el cordón, en el interior del mismo se acumula una sangre que puede ser vital para la salud del menor. Son 40 milímetros de fluido en el que se acumulan células madre, nutrientes, y múltiples sustancias beneficiosas para el futuro desarrollo del niño", explicó en reiteradas oportunidades.
Con tal motivo, asentó que la rapidez en este proceso está provocando algunos casos de tétanos neonatal, una enfermedad que puede producir el fallecimiento del recién nacido. Michel Odent afirma que "si se mantiene el cordón más tiempo, puede erradicarse para siempre esta patología. Si bien existe la vacuna que se le suministra a la madre durante el embarazo para controlar este riesgo, alude a que científicamente se ha demostrado que se desconocen los efectos secundarios para el futuro.
A raíz de esta cuestión, el médico explicó lo que se conoce como el nacimiento Lotus, la práctica de dejar el cordón sin cortar, prolongando la unión del bebé a la placenta hasta que se desprenda de manera natural, que se realiza en algunos puntos de Australia. Aunque dejó en claro que puede ser “algo extremo”, no duda de su beneficencia para el recién nacido.
El paradigma de proteger, no de ayudar
Repasó que dentro del ambiente hospitalario los profesionales generalmente defienden lo que él denomina "paradigma de ayudar", que se impone sobre los deseos de la madre. Sin embargo, el obstetra francés aboga por "el paradigma de proteger" a la madre y al bebé de interferencias ajenas a la interrelación que ambos crean desde que se inicia el parto.
Desde su concepción, este es un proceso de amor pleno entre ambos seres y que culmina en el momento que el recién nacido reposa sobre el vientre de la mamá.
Sus claves son "proteger y observar". Las mujeres llevan siglos dando a luz en lugares inhóspitos, remotos, sin que hayan sufrido daño alguno, y se ha perdido la naturalidad del proceso de parir. Por ello, este defensor del parto natural aboga por retomar el hábito de sentarse en un rincón “y dejar que todo siga su curso, y sólo intervenir si fuese necesario, lo que en muchas ocasiones no lo es".
En varias entrevistas ha dado a conocer una anécdota ocurrida durante un parto en el Reino Unido, en el que le pidieron que acudiera al domicilio de una pareja que iba a dar a luz. “Estuve todo el tiempo sentado en un rincón mirando, sin hacer nada. La comadrona y la madre hicieron todo el trabajo, yo sólo me limité a estar allí", dijo.
Mamiferizar el parto
El especialista comprende que desde que la ciencia ha desembocado en la toma de “conciencia ecológica”, muchos se preguntan qué es posible hacer para dejar de destruir el planeta. Así, reflexionó que unos han puesto todas sus esperanzas en la tecnología, otros confían en el humanismo ecológico, pero que él propone situar como prioridad la génesis de un ser diferente, “de un ser humano ecológico, con una actitud positiva hacia la vida."
“No hay que perturbar la fisiología y hay que dejar que todo se desarrolle según el curso natural de la vida, si es preciso hacer que intervenga la medicina se utiliza. Más que hablar de humanizar me gusta emplear la palabra 'mamiferizar'”, sintetizó.
Este término también ha sido adoptado por las corrientes que lo siguen y refiere a que básicamente los humanos somos mamíferos y de esta manera se naturaliza el parto. Por eso, defiende fervientemente que más que controlarlo hay que guiar a las gestantes hacia la conclusión de un fin, que es traer un niño al mundo.