ECO SALUD
Orientación vocacional para adultos: un proceso de autoconocimiento para nuevas metas
No sólo se reduce a la búsqueda de una profesión o carrera universitaria, también un emprendimiento, oficio o cambio de trabajo. La repercusión se da en el cuerpo, en la mente y en las emociones.
La orientación vocacional muchas veces se relaciona a la elección de una profesión u oficio en edades tempranas, pero en el último tiempo, especialmente luego de la pandemia, ese concepto comenzó a cambiar empujado por la necesidad de reinventarse de las personas y darse cuenta que los gustos pueden cambiar con el tiempo, que hay herramientas para descubrirlo y que la edad no es un condicionante.
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Adultos de 30 años en adelante consultan mucho y plantean que en su momento tuvieron que trabajar, o no se les dio la oportunidad de estudiar o desarrollarse en lo que les gusta y buscan ahora el momento, indicó Andrea Migueltorena, psicopedagoga y coaching vocacional.
En diálogo con Eco Salud de El Eco Multimedios, explicó que “no sólo lo tenemos que reducir a la búsqueda de una profesión o de una carrera universitaria, muchas veces es un emprendimiento, un oficio o cambiar de trabajo o hacer algo paralelo a la actividad que desarrollan”.
“La idea de que iniciar algo nuevo es para una determinada edad comenzó a romperse a partir de la pandemia donde en muchos casos no quedó otra que reinventarse, cambió el concepto de vocación, que no es algo que elijo para toda la vida, sino, que se va construyendo a lo largo de la vida, va cambiando y es dinámico, entender que la profesión o la ocupación no nos define”, apuntó.
Cómo se inicia el proceso
La psicopedagoga explicó que “se inicia con una entrevista, con escucha activa, que la persona me cuente por qué decidió iniciar un proceso de orientación vocacional. A partir de ahí, planteamos un camino en el que lo más importante es el autoconocimiento, ver cuáles son sus gustos, intereses, aptitudes y habilidades”.
Para ello, “se utilizan estrategias, técnicas, diferentes recursos, donde ningún proceso es igual al otro. Depende de la persona que se acerca. No hay un modelo armado o una estructura, es personalizado”, resaltó.
Migueltorena contó que realiza un ejercicio, denominado triángulo vocacional, “en el que primero ven todos los intereses y aquello que les encanta hacer, después ven las aptitudes y un ejercicio muy lindo es preguntar al entorno en qué actividad o profesión los ven y qué características buenas creen que tienen, y se sorprenden mucho con esa intervención y les aporta mucha información”.
“Luego, muy importante, es buscar los valores, que es lo que la persona quiere, para qué, qué va a hacer después de esa búsqueda, qué lugares va a ocupar y dónde va a trabajar, si es cerrado o abierto, con gente o solo y por qué lo quiere hacer, si es para ganar más dinero, por un proceso personal, o ayudar a los demás. Esas preguntas se las van haciendo a lo largo de las sesiones y lo van descubriendo”, señaló.
La coaching vocacional resaltó que “lo que hago es acompañarlos, guiarlos, darles las herramientas, pero el consultante lo descubre solo”.
Como se transita la búsqueda vocacional
La psicopedagoga explicó que “muchas veces no es que no sepan que quieren hacer, es hacerlo consciente, no lo han realizado por miedo al ´qué dirán´, pensarse que ya son grandes, que tienen la vida realizada, o estar en un trabajo que no los conforma”.
“Si está la posibilidad, hay que hacerlo porque la satisfacción que trae es muy grande. Se nota en la expresión del rostro comparando cuando llegan y en el avance del proceso en las sesiones, cambian la postura, lo van descubriendo y viendo que lo pueden hacer. Mi tarea también es motivarlos a que sigan, a que se animen”, subrayó.
“Las fortalezas de cada persona es lo primero que vemos, definirlas, darse cuenta, también las debilidades o lo que hay que mejorar, qué oportunidades tiene y qué obstáculos se pueden llegar a presentar”, describió.
Y sobre esa base, “se realiza el análisis de toda la información y comienzan las definiciones para ver, por ejemplo, si lo va a hacer con alguien, en la ciudad o precisa expandirlo, si necesita dinero, si requiere capacitación”.
Además remarcó que la tecnología ha abierto grandes posibilidades, “como lo virtual en la búsqueda de carreras, formaciones, trabajos online, es buscarle la forma de poder lograrlo”.
El momento de la concreción
Una vez avanzado en el trabajo con las personas consultantes y en el comienzo de la visualización de la concreción, lo que sucede “es una felicidad, es haber encontrado la vocación que es eso que los satisface, que lo llena, un proyecto de vida. Hago mucho hincapié en tener proyectos, propósitos sean a corto, mediano o largo plazo”, indicó Migueltorena.
“A veces, durante las sesiones, en el proceso que hacen conmigo, lo descubren y en otras no, porque, por ahí, la persona no está preparada y necesita un tiempo más, eso es muy personal”, manifestó.
Y puntualizó que “el proceso es totalmente individual y lo van haciendo cada uno a su ritmo. Ya el hecho de haberse conocido, de atravesar el proceso de autoconocimiento, de identificar las fortalezas, habilidades y aptitudes, que le gusta hacer en este momento, es importantísimo. Se llevan mucha información y, a partir de ahí, empezamos a diseñar un plan de acción y buscar posibilidades.
“La repercusión se da en el cuerpo, en la mente, en las emociones. La transformación se ve, se nota, concluyó.
A Andrea Migueltorena la pueden encontrar en su cuenta de Instagram como tuespaciopsicopetandil