Derribando límites: los pilares del yoga terapéutico para una vida más consciente
La práctica invita a explorar el cuerpo y las emociones, ofreciendo técnicas adaptadas a cada individuo para superar limitaciones físicas y mentales. Un abanico de herramientas accesibles para mejorar la calidad de vida
Más allá de las posturas que a menudo se asocian con el yoga, existe una rama que adapta esta práctica ancestral a las necesidades individuales y diversas condiciones físicas: el yoga terapéutico.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEn diálogo con Eco Salud de El Eco Multimedios, la profesora de yoga terapéutico María Victoria Rapallini explicó que de acuerdo a la definición, se trata del yoga tradicional adaptado a distintas patologías o diferentes cuerpos, aunque, “no necesariamente tiene que haber una patología”.

“En realidad todo es yoga porque no hay un yoga que vos vayas a hacer que no te genere estados de conciencia distintos, con la práctica frecuente, sostenida en el tiempo. El yoga terapéutico le da una vuelta más o le pone poco de luz a otros aspectos”.
La profesora explicó que tiene muchas técnicas para que todos puedan hacer yoga. “Trabajo con Parkinson atípico, que cuando me convocaron fue un gran desafío, y se pueden hacer muchas cosas a través de las técnicas. El yoga es un estado, no nos podemos quedar limitados en un cuerpo físico”.
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Al yoga terapéutico “llegan personas con EPOC, problemas cardíacos, glaucoma, tengo una chica muy joven no vidente, es todo un desafío tanto para el practicante que teniendo alguna dificultad se limita mentalmente, porque el límite lo pone la cabeza, como para el profesor acompañar ese proceso”, indicó Rapallini.
El trabajo con la respiración
Subrayó que “uno de los fundamentos del yoga terapéutico es reeducar la respiración. Con el tiempo vamos achicándonos, guardando muchas emociones, entonces la respiración se acorta. Cuando empezás a mover el físico, se mueve todo, porque también somos un cuerpo energético, mental, emocional, espiritual. Impacta en todos los cuerpos”.

Y en este punto, destacó que “la respiración es como el pilar, luego se hacen las asanas, que son las distintas posturas que van acompañando el encuentro. Cuando no respiramos bien o no somos conscientes, los hombros se van para adelante, y al empezar con estas prácticas, empezás a dar lugar y se siente el impacto”.
Al momento de activar la respiración, “se ponen tantos mecanismos en funcionamiento que uno no los ve. Es un mundo lo que está pasando, en el cerebro, el corazón, los órganos, se empieza a oxigenar todo. Da claridad mental. Cuando uno está embotado, hay distintas técnicas para despabilarte, para bajar”.
Las respiraciones también pueden realizarse para inducir al sueño, indicó Rapallini al explicar que “hay una respiración específica, por la nariz, que induce al sueño”.
“El uso de pantallas, tanta información, la hiperestimulación todo el tiempo, también se puede abordar desde las herramientas como para serenar, como para tener una noche de buen descanso”, indicó.
La atención plena
La profesora explicó que desde el punto de vista fisiológico el impacto es muy importante, “el cerebro se oxigena, hay un cambio radical que impacta en lo cognitivo”.
“Es imposible que no sea así, empieza a funcionar mejor. Cuando podes ejercitar la meditación, la atención plena o mindfulness, la mente se va entrenando. La meditación es un entrenamiento de la mente. Se puede estar haciendo un ásana, ejercitar la atención plena y eso cognitivamente te ayuda porque estás presente, y es una herramienta para aplicarlo en cualquier momento, en cualquier circunstancia”.

Rapallini subrayó que todas las personas pueden acercarse al yoga terapéutico, “no hay límites de edad. No nos tenemos que limitar a un cuerpo físico. Para mucha gente es un gran desafío ir hacia adentro. A veces no nos gusta lo que vamos a encontrar o lo que vislumbramos que puede haber ahí. Pero son terrenos a explorar y no va a pasar nada. Sacarnos algunas corazas emocionales está bueno”, concluyó.
A la profesora Victoria Rapallini la pueden encontrar en NOS Usina de Ideas, en 14 de Julio 178; o en Espacio Samadhi, en San Lorenzo 490.