Contracturas musculares: cuello, hombros y zona cervical son las más comunes
La importancia de escuchar al cuerpo para detectar en qué momento se inicio ese malestar. El abordaje a través de la kinesiología para tratar las zonas afectadas.
¿Quién no está contracturado hoy en día?, es la pregunta que desprende un especialista que trabaja con las tensiones que el cuerpo manifiesta.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailGastón Tello, kinesiólogo y fisioterapeuta, así inicia la charla con Eco Salud de El Eco Multimedos ante la pregunta de qué es una contractura.
“Una contractura se puede definir como una contracción mantenida involuntaria de una zona del tejido muscular o global de una cadena muscular, que puede estar en tensión por diferentes causas. Eso indica que hay poca irrigación vascular, hay una información nerviosa alterada que provoca dolor”, explicó el kinesiólogo.
Y detalló que las zonas más complejas o comunes son el cuello, los hombros, y la zona cervical. "Muchos músculos se suelen contracturar, pero los más comunes son esos”, aclaró.
En qué instancias se llega a la consulta
La posibilidad de llegar a una consulta con un profesional ante el malestar que generan las contracturas, muchas veces se retrasa ante la idea de que ya va a desaparecer, con el riesgo que ello conlleva si no se trata a tiempo por las consecuencias que luego puede traer.
En este punto, Tello indicó que “lo que se ve más en consultorio es que la persona no da más, por muchos síntomas, y algunos ya empiezan a observar que su zona de afección, de somatización, el cuello, por ejemplo, y ya donde lo empiezan a sentir cargado solicitan un turno de kinesiología para trabajarlo. Generalmente comienzan con síntomas o limitaciones de movimiento”.
“Hay que diferenciar que contractura y lesión no son lo mismo. La lesión es cuando hay una ruptura de un tejido por algún traumatismo o por una lesión aparente, en cambio, en la contractura hay una tensión a nivel de la fibra muscular, que es la unidad funcional o básica del músculo. A nivel de la fibra muscular hay una alteración en su función”, subrayó.
Y por eso, el especialista apuntó que “es clave escuchar al cuerpo. En las sesiones les hago una introducción en ese sentido, ir a ese momento a ver qué estaban haciendo, cómo se sentían, si habían tenido algún episodio traumático o emocional fuerte. También llevarlos a que respiren, a que puedan hacer una respiración diafragmática completa. Las emociones también juegan a la hora de las contracturas”.
“Empezamos a observar qué dinámica estamos teniendo con nuestro cuerpo, que es nuestro vehículo y lo tenemos que cuidar ni más ni menos”, añadió.
Cómo se aborda al paciente
El paciente cuando llega al consultorio es evaluado para “observar si hay real contractura, por ejemplo, en las cervicales, en los omóplatos, en los hombros, cómo está su postura. Además, si hay estudios complementarios como radiografía, resonancia o ecografía”.
Luego, en base a esa información, “se define el tratamiento que consiste en fisioterapia, los equipos de kinesiología como magneto, electroanalgesia, electroestimulación, ultrasonido. Después la terapia manual, que es clave en eso, para aflojar, si hay una tensión, bajarla”.
Y se agrega otra etapa en el tratamiento que es el trabajo con el cuerpo, “ponerlo a hacer ejercicio de movilidad, elongación, de conciencia corporal, de respiración, que es lo que hago en kinefilaxia e involucra seis etapas”.
“La conciencia corporal, la parte respiratoria, activación del sistema fascial, que envuelve a todo el cuerpo, movilidad, estabilidad y alineación corporal”, describió el kinesiólogo.
Al tiempo que explicó que “para preparar el cuerpo le damos movilidad, calor, compresión y luego alineamos. Se trabajan posturas sostenidas durante dos o tres minutos con respiración y de esa forma el sistema fascial se va acomodando”.
Qué sucede si no se trata una contractura
Tello manifestó que cuando no se trata una contractura “se magnifica o se empieza a limitar la articulación, a no tener un rango de movilidad adecuado a lo natural que tendría que responder. Y ahí es donde sucede después la lesión. Entonces hay que tratarlo, no es con urgencia, pero sí empezar a observarse”.
El uso de la tecnología favorece las malas posturas, “en especial las pantallas como el celular, la computadora, pero también estar sentado mucho tiempo. En ese punto, las pausas activas se están dando cada vez en los trabajos y eso es muy bienvenido”, resaltó.
Ante la consulta de si utilizar frio o calor sobre una contractura, el especialista explicó “que cada cuerpo responde diferente. Si bien los dos son analgésicos, el tiempo es importantísimo, cuánto tiempo lo aplico, por eso siempre es importante consultar”, concluyó.
A Gastón Tello lo pueden encontrar a través de sus redes sociales Facebook como Kinesiología Integral Tandil o Instagram como kinesiología.integraltandil. También en el 2494 215662