Un adiós a “Tito” Cisilino
Por Eduardo Aldasoro
Recibí las noticias en tu email
Nos dejó uno de los integrantes del recambio generacional del básquetbol de Independiente en 1957, producto del retiro de varios jugadores que habían logrado cumplir un ciclo en el club.
“Tito” Cisilino y su hermano Armando irrumpieron en la cancha abierta de los rojinegros, ya que vivían a la vuelta del campo de deportes.
La gran cantidad de chicos que nucleaba Independiente obligó a separarlos en grupos para darles seriedad a las prácticas, las cuales incluían el domingo.
“Tito” Cisilino integró el equipo de infantiles y con Luis Gandolfo fueron los “cara sucias” de ese equipo que tuvo como protagonistas a Julio Lester, Miguel Lunghi, Radetich, los hermanos Alvarado, Luis Barrena, Paskvan, Piagentini, Reynaldo Soiza y Abel Pereda, entre otros.
Era tal el entusiasmo, que muchos de ellos vivían en la cancha pese al frío del invierno y las lluvias que malograban las prácticas. “Tito” Cisilino y Gandolfo fueron distintos al resto, creo que nacieron para jugar un básquetbol de alto nivel para aquella época. Eran rápidos para marcar, veloces para el contraataque, con mucha habilidad para pasar la pelota o penetrar. “Tito” jugó al básquetbol con la misma intensidad que en el fútbol, esa situación lo complicó bastante ya que dejó de hacer el deporte de los cestos para dedicarse al fútbol. Las características de Gandolfo fueron distintas, indomable por su temperamento, se madre me amenazó con sacarle el básquetbol si no estudiaba, tuve que hacer de maestro para que su mamá no cumpla la amenaza.
El clásico de infantiles era entre Independiente y el Unión y Progreso de Pío Díaz, que contaba con un goleador excepcional como Cataldo. “Tito” Cisilino ya hacía banco en la primera de los rojinegros, entraba cuando el partido estaba casi ganado y, lógicamente, lucía un futuro promisorio, con Gandolfo fueron cambiando esa primera división, a la que no le alcanzaba para salir campeona. Pero, en esos años, el fútbol contaba con mayor predicamento respecto al básquetbol, y entonces “Tito” no dudó en elegir. Hugo Fredes lo hizo en su lugar con buen éxito en Independiente, también estaban Gino Pizzorno y José L. Lunghi y con la llegada de Luis Pérez Pinto se logró recuperar ese liderazgo que se había perdido.
Gracias, Héctor Cisilino por tu entrega al deporte de los cestos, un adiós para los que nos acompañarán siempre en nuestros corazones. Descansá en paz.