Desde el Deportivo San José, Hernán Coldeira se impulsó hacia una carrera en el fútbol profesional. Alternó su itinerario en formativas con Jorge Newbery hasta que su nombre comenzó a cobrar resonancia en la ciudad cuando ocupó el arco en la primera división del extinto Ramón Santamarina.Arsenal de Sarandí le abrió las puertas hacia el profesionalismo, ámbito en el que su recorrido incluye presencia en numerosas instituciones del ascenso.Tras ponerle punto final a su tarea bajo los tres palos, sin solución de continuidad “Chispa” se mantuvo ligado al fútbol abocado a la capacitación de arqueros en diversos cuerpos técnicos, faceta que le permitió vivir una jugosa experiencia en el fútbol de Tailandia.La extensa charla junto a El Eco abarca las distintas vicisitudes en la vida deportiva de Coldeira, quien meses atrás se dio el gusto de, con 50 años, disputar un partido de primera división en compañía de su hijo Martiniano (21).-¿Por qué te apodaron “Chispa”?-Viene de la época en la que mi viejo tenía la cantina del club Jorge Newbery. Él era rengo porque tuvo polio cuando vino desde España. Tenía una pierna más flaquita que la otra y usaba mocasines con clavo. Cuando se le gastaba la suela, arrastraba el pie y chispeaba. Comenzaron a decirle “Chispa” y a mí “Chispita”. Fui creciendo y me pasaron a decir “Chispa” y a él Jesús, su nombre.-¿Siempre fuiste arquero?-No, cuando arranqué quería jugar adelante. En inferiores, como no jugaba, me mandé al arco, también me gustaba. Desde allí, no cambié más.-Se te identifica con Santamarina y Grupo Universitario, pero pasaste por las formativas de otros clubes.-Arranqué en San José, iba a ese Colegio. Con mis compañeros de la escuela jugábamos en ese club. En un momento, Jorge Newbery instaló el fútbol infantil, en una época en la que mi viejo tenía la cantina. Entonces, me sumé. Alternaba un año en San José con uno en Newbery hasta que pegué el salto a Santamarina.&nbsp;-En el aurinegro, integraste planteles con jugadores reconocidos.-Claro, compartí con “Cholo” Petrucci, “Loco” Vergel, Luis Roselli, “Carlitos” Bastarrica…después, desde Santamarina me fui a probar a Buenos Aires. Quedé por un año en Vélez, luego pasé a Independiente y de ahí volví a Tandil para empezar a atajar en primera división.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/02/coldeira_1.jpg" alt="Coldeira"></figure>En su paso por las formativas de Independiente de Avellaneda.&nbsp;-También en esos clubes te tocó ser compañero de figuras.-En la ’73 de Independiente estuve con “Pupi” Zanetti y Pablo Rotchen. También estaba “Rolo”, el actual cantante de La Beriso. Con ese grupo nos mantenemos en contacto a través de un grupo de Whatsapp.-Tu llegada a Santamarina se da en cercanías de la debacle institucional que terminó en su desaparición.-Sí, llegué unos años después de “lo grande” que hizo el club. En ese entonces, la institución ya estaba pagando las consecuencias de las cosas que se habían hecho mal. Jugué uno de los últimos partidos que hubo en la cancha de Santamarina, después se loteó. Jugar en ese club para mí era muy lindo, lo hacíamos por la camiseta. Estuvo bueno, por más que la situación institucional era mala.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/02/coldeira_5.jpg" alt="Coldeira"></figure>Un joven Coldeira, en Ramón Santamarina.&nbsp;-También pasos por Grupo y Ferro.-En Grupo, participé en una temporada del Argentino A. Después, me vino a buscar Huracán de Tres Arroyos, donde tuve dos ciclos, el segundo sólo para jugar en la liga local. A Ferro llegué para un Argentino B, cuando era dirigido por “Pato” Gárate. Jugué unos partidos, fue una experiencia linda. Mi último año en la ciudad se dio en mi regreso a Grupo. En aquel Ferro fui compañero de “Mono” Ijurco, “Hormiga” González, Gustavo Vela, “Corcho” (Núñez)… en esa época había clásicos muy lindos con jugadores muy identificados con los equipos, se llenaban las canchas…fue una etapa muy linda que viví entre los 20 y los 24 años, antes de irme a Arsenal.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/02/coldeira_6.jpg" alt="Coldeira"></figure>En una formación de Grupo, en el estadio Dámaso Latasa.&nbsp;-Un fútbol local muy distinto al actual, en muchos aspectos.-Sí, hoy juegan muchos pibes. En aquella época, en Ferro atajaba el “Loco” Toth y jugaban el “Corcho” (Núñez), Juan Aranda, “Amarillo” López, el “Enano” Bordagaray…lo dirigía el “Negro” Conti. En Santamarina, nos dirigía Luis (Petrucci) y jugaban Vergel, “Tati” Silva, “Negro” López, Juan Chertudi…un montón más. Se llenaba la cancha de Ferro en esos clásicos. Hoy hay algunos equipos que llevan gente como Gimnasia, Independiente…pero ya no está esa popularidad de otra época, en la que se hablaba mucho de fútbol en la semana y demás. Ojalá se recupere eso.-Arribaste a un Huracán de Tres Arroyos que empezaba a mostrar su ambición de llegar adonde finalmente llegó.-Fui con “Porota” Barberón y por intermedio de Gustavo Liggerini. Me sumé para un Regional corto, en el que creo que no clasificamos. Pero ya el club apuntaba a cosas importantes. La segunda vez que fui fue para el torneo local, y así y todo me hacían quedar de martes a domingo. Lo económico no era un problema para ellos, me daban casa y comida. Huracán fue creciendo y creciendo, y algunos chicos que jugaron conmigo después lograron ascensos, como “Chopi” (Jorge Izquierdo) y “Bochi” (Miguel Ángel Abad).<figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=hhwRa2w_XRs"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/hhwRa2w_XRs" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure>-¿La puerta del profesionalismo se te abrió en Arsenal?-Sí. Mi viejo era amigo de “Julito” Grondona y de Genaro, su cuñado. Ellos venían a cazar a Tandil y mi viejo se sumaba junto al “Gordo Valija”, a quien yo adoraba. Un día, mi papá les muestra un video mío de cuando atajaba para Grupo en el Argentino A y Genaro le dijo que me iban a llevar a probar a Arsenal. Mi viejo me dijo de esa chance y empecé a ir de lunes a jueves a probarme, estaba “Chaucha” Bianco. Los fines de semana volvía y jugaba para Grupo, ese año fuimos campeones. Al mismo tiempo, doy una prueba y quedo para trabajar en una concesionaria Renault en Tandil. Me quedaba bien jugar en Grupo y trabajar allí. En Arsenal me aceptaron pero para ser tercer arquero, detrás de Ruben Urquiza y “Chicho” Gaona. Le dije a mi papá que no valía la pena, pero él me pidió que aproveche, que el tren pasa sólo una vez. Me convenció y me fui. Viví en la pensión del club y pasé unos primeros seis meses duros. No había Reserva en ese entonces, jugaba sólo algún amistoso. “Chicho” Gaona pertenecía a Quilmes, entonces cuando enfrentábamos a ese rival él no podía jugar y yo iba al banco. Más adelante, “Chicho” se lesionó y me tocó ser suplente contra Morón. A los 9 minutos, se lastimó Urquiza cuando chocó con un delantero que le hizo el gol en esa jugada. Ése fue mi primer partido, ganamos. Para el siguiente, no me tenían confianza y lo “apuraron” a “Chicho” y perdimos con Central Córdoba en Rosario. Cuando nos tocó Quilmes, él no podía jugar y Urquiza tenía un tiempo más de recuperación. Atajé, ganamos 3 a 0 y, a partir de ahí, empecé a tener continuidad. Estuvimos cinco o seis partidos sin recibir goles, ése fue mi arranque en el Nacional B. El debut fue dos días después del nacimiento de mi hija, que vino “con un pan bajo el brazo”.-¿Cómo vivían desde adentro las suspicacias en torno a ese Arsenal vinculado a los Grondona?-A Arsenal le costó mucho ascender. Desde que yo llegué, estuvo tres años peleando. Con la misma base más algunos refuerzos y la llegada de Jorge Burruchaga como técnico, lo logramos, obtuvimos el ascenso ante Gimnasia de Entre Ríos. Pero fue progresivo, no es que Julio (Grondona) nos hizo ascender de golpe. Lo mismo que el estadio, que se hizo con tiempo, hacíamos de local en Racing o en Lanús, cuando podías suponer que, siendo el presidente de AFA, (Grondona) te podría haber hecho un estadio en tres meses. No quita que Arsenal tuviese algún beneficio, pero no era tanto como se decía. Don Julio era muy capaz en el sentido de no llevarse todo por delante.&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/02/coldeira_7.jpg" alt="Coldeira"></figure>Festejando el ascenso a primera división con Arsenal, en 2002.&nbsp;-¿Tenía trato con los integrantes de aquellos planteles?-Sí. Era un tipo muy agradable, con un aura especial. Además, muy inteligente. Desde que falleció, empezaron a saltar los “despioles” en todos lados. Mientras él estaba, funcionaba todo normal.-¿Jugar algún minuto en primera te quedó como una cuenta pendiente?-Sí, me hubiese gustado jugar en la categoría. Lamentablemente para mí, “Ale” (Limia, el arquero titular de Arsenal en su momento) tuvo un año espectacular. Lo terminaron vendiendo a España, tenía un nivel superlativo. Me tocó ir al banco todo el torneo y, a fin de año, Jorge (Burruchaga) vino y me dijo que no tenía sentido que me quede, que me convenía buscar continuidad en otro lado.-Después, Chacarita, que por su magnitud como club fue como jugar en primera.-Fue tremendo. Venía de Arsenal y Defensores de Belgrano, que no tenían hinchadas masivas. Me tocó ir a un Chacarita que acababa de bajar al Nacional B. Y peleamos el descenso, casi el club pierde dos categorías en un año. Cuando el “Flaco” Vivaldo tuvo una discusión con el presidente Luis Barrionuevo, me tocó atajar en una seguidilla de partidos en los que peleábamos el descenso. Hacerlo con toda esa gente era como tener un jugador más. Zafamos en la definición directa y después en la Promoción contra Platense volvimos a salvarnos. No te digo que fue como cuando logramos el ascenso en Arsenal, pero parecido. Para mí fue distinto porque lo viví desde adentro de la cancha y con toda esa gente de Chacarita, fue espectacular.&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/02/coldeira_8.jpg" alt="Coldeira"></figure>Chacarita, uno de los clubes del exgolero tandilense.&nbsp;&nbsp;La despedida&nbsp;-¿Cómo se desencadenó tu retiro?-De Chacarita pasé a Los Andes, en la Primera B. Después, fui a Deportivo Español. Ya venía en decadencia, no tanto por las categorías sino por haber pasado a clubes a los que les costaba. A mí también empezaba a costarme, se complicaba a la hora de cobrar, esos clubes no tenían una infraestructura como la de otros del ascenso. Eso te lleva a no querer renegar. “Leo” Ramos, el central uruguayo exRiver y Chacarita que fue compañero mío, me dijo que se retiraba y quería que fuera a trabajar en un cuerpo técnico con él. Después de mi paso por Español, no me salió ninguna oferta, “Leo” me metió presión y nos fuimos a Brown de Puerto Madryn, en el Argentino A. Fui como ayudante de campo y entrenador de arqueros. Fue cortar mi carrera y arrancar del otro lado de la línea. No fue traumático porque enseguida continué ligado al fútbol. Aunque me “picaba el bichito” de jugar porque entrenaba, seguía ahí cerca. Pero, con el tiempo, eso se fue apagando.-Además, el puesto de arquero te daba margen para volver aunque tuvieras una edad avanzada.-Claro. Campestrini va a volver y tiene 43 años.&nbsp; &nbsp;-¿En el último tramo de tu ciclo como arquero descubriste que seguirías ligado al fútbol una vez consumado tu retiro?-Era algo que tenía “ahí”. Hice el curso de técnico mientras jugaba. Pensaba en seguir en el fútbol, no sabía en qué. Con el tiempo he podido laburar en varios clubes, dirigí en las inferiores de Arsenal, incluso en Reserva en un par de partidos. Pero lo que siempre me gustó más es el entrenamiento de arqueros, convivir con ellos y brindarles la enseñanza que uno no tuvo. Lo que más me llena es compartir el día a día con ellos.&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/02/coldeira_4.jpg" alt="Coldeira"></figure>En un cuerpo técnico de Tristán Suárez, con Gastón Esmerado, Alejandro Limia y Juan Tamone.Exterior&nbsp;-¿Cómo fue tu experiencia en el fútbol tailandés?-Después de ir con “Leo” Ramos a Madryn y de trabajar en Arsenal, me sumé al cuerpo técnico de “Gato” Esmerado y “Ale” Limia. Estuvimos varios años en equipos del ascenso. Volví a Brown de Madryn, después estuve en primera división con Temperley, y posteriormente Almagro, Nueva Chicago y Defensores de Belgrano, club en el que se disolvió el equipo de trabajo. Ahí salió la chance de Tailandia y “Gato” me dijo: “¿Vamos?”. Decidimos ir. Fue en un club de la segunda división, con el objetivo de terminar dirigiendo en primera. Estuvimos seis meses, fue una experiencia hermosa. No se dio lo de llegar a primera, pero estuvo muy bien. Ocurrió que estábamos a 17 mil kilómetros, lejos de nuestras familias…llega un momento en el que se te hace un “click” y te preguntás qué hacés ahí.&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/02/coldeira_3.jpg" alt="Coldeira"></figure>“Chispa”, en su paso por Tailandia.&nbsp;-¿Te adaptaste a cosas como el idioma y la comida?-Manejaba algo de inglés por lo que veía en las películas, el tailandés es imposible. La comida, picante. La gente es muy respetuosa y vivir allí no era caro, no existía la inflación. Era una buena oportunidad para “abrir el mercado”, porque en primera división se cobraba muy bien, podría haber hecho una diferencia.-¿Qué camino tomaste a tu regreso?-Me llamó “Chaucha” Bianco, quien había sido mi técnico en Arsenal y volví a Temperley por seis o siete meses. Peleamos el descenso y zafamos. A fin de año, “Moncho” Ruiz se abrió del cuerpo técnico de Madelón y se quedó con la primera de Arsenal. Me llamó y, después de hablarlo con José (María Bianco), me incorporé. Tuvimos una etapa linda pero los resultados no acompañaron, lo único que hicimos fue ganarle a River en su cancha. Uno quiere al club y llegó el momento en el que dimos un paso al costado con la expectativa de que llegue otra persona y pueda revertir la situación. Nos fuimos y, tras un par de meses de receso, nos llamó Tristán Suárez cerca de finales del año pasado. Zafamos del descenso directo tras pelearlo con Dálmine, debíamos afrontar otro partido para terminar de asegurar la permanencia, pero finalmente se sacó ese tercer descenso. Luego de ello, el club nos avisó que no seguiríamos, que pensaba en una reestructuración. Otra linda experiencia, aunque pelear el descenso es…<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/02/coldeira_2.jpg" alt="Coldeira"></figure>Junto a los arqueros de Arsenal, en la previa de la victoria del año pasado sobre River en el Monumental.&nbsp;-Un calvario.-Claro. Ganás un partido, lo disfrutás y al otro día ya estás pensando contra quién jugás…Nosotros peleábamos con Chaco For Ever, estábamos concentrados para jugar al día siguiente y veíamos que ellos ganaban con un gol en el último minuto…salías a jugar con la moral por el piso. Son los gajes del oficio del fútbol profesional.&nbsp;El cierre ideal&nbsp;&nbsp;A fines del año pasado, como inmejorable “broche de oro” para su carrera futbolística, “Chispa” Coldeira cumplió el anhelo de compartir equipo con su hijo Martiniano.Con 50 años, ocupó el arco de Unión y Progreso, en el 2-0 sobre Excursionistas en barrio Palermo, triunfo con el cual el tricolor se despidió del certamen de ascenso de la Unión Regional Deportiva 2023.“Cuando nos fuimos de Tristán Suárez, me quedé una semana en Tandil. Cada tanto, voy a los entrenamientos de Unión, donde están jugando mis hijos: Mateo, atajando; y Martiniano. Entreno a los arqueros, estoy con el ‘Muela’ (Gustavo Arozarena) y ‘Cacheta’ Roldán, y el resto de la gente del club. Anteriormente, cuando estuve en Tailandia, se me dio por llamar a Santiago Sollazzo, el técnico de ese momento, y pedirle que me fiche para Unión pensando en que algún día podía dar una mano yendo al banco o jugando algún minuto. No se dio en esa ocasión, pero sí en los últimos meses. Me llamó ‘Cache’ (Roldán) preguntándome si iba a estar en Tandil, le dije que sí, y me invitó a atajar, teniendo en cuenta que era la última fecha y Unión no jugaba por nada. Entrené toda la semana, ‘Cache’ me dijo que el fichaje me lo habían hecho y que el fin de semana atajaba. Tuve el mismo nerviosismo que cuando debuté y fue muy especial por jugar con mi hijo, impensado”.&nbsp;&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/02/coldeira.jpg" alt="Coldeira"></figure>Coldeira, entre sus hijos Martiniano y Mateo.&nbsp;-¿Cuántos minutos jugaste?-Todo el partido. En un momento, “Cache” me preguntó cómo estaba porque iba a hacer el último cambio, y me sentía bien. Íbamos ganando 1-0 y mi hijo “Marti” hizo un penal. Lo atajé, me cobraron que me adelanté y me sacaron amarilla. Me acerqué al árbitro y le dije: “Escuchame, me adelanto porque hace mucho que no juego. Me puedo volver a adelantar por falta de timming, no vas a expulsarme”. Me dijo que no, que me quede tranquilo. Y lo atajé por segunda vez. Después, hicimos el segundo y ganamos 2-0.-¿Tu deseo era que te lleguen al arco o preferías que no?-Y…llega un momento en el que perdés la noción de las distancias y demás, por más que entrenes. Quería que me lleguen, para que no suceda por primera vez a los treinta minutos y no pueda ni moverme. Fue un partido tranquilo en el primer tiempo. En el segundo, un poco más movido con los penales.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/02/coldeira_1.JPG" alt="Coldeira"></figure>