OPINIÓN
Tevez vs. la credibilidad
El empate 2-2 de Barracas Central e Independiente desató un tembladeral en un lugar colateral del fútbol que, desde hace tiempo, viene generando controversias: las decisiones arbitrales.
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Para poner en contexto. En el empate mencionado, el juez Pablo Dóvalo no expulsó a Alexis Domínguez en el primer tiempo por un planchazo sobre Iván Marcone (era roja) y no cobró un supuesto penal sobre la hora por una mano (no era una infracción sancionable). El asunto es que en el VAR estaba el juez Luis Lobo Medina, un árbitro que cimentó su carrera con polémicos arbitrajes, muchos de ellos relacionados con Barracas Central y con otros clubes del ascenso poderosos.
Lobo Medina, en ambas acciones, decidió respaldar la determinación del juez en el campo de juego.
Cuando terminó el partido, el entrenador de Independiente, Carlos Tevez, expresó: "Ya lo había hablado con los muchachos antes del partido. Les dije que jugábamos contra catorce. Lo sabíamos. Es muy difícil y muy notorio porque venimos diciendo que Pablo (Dóvalo) con Barracas tiene antecedentes. Estuvo toda la semana esto instalado y viene y te roba igual... Es una locura lo de este tipo", soltó en conferencia de prensa con lo que dejó claro que ya iban al parido con prejuicio.
Estas palabras fueron replicadas por Pablo Toviggino, el tesorero de la AFA y presidente del Consejo Federal: "Como no eras tan estudioso en el curso para DT (digo por el Analítico) seguro hay cosas que las ves confusas. Raro de vos. Jugando cometías faltas de cárcel y solo terminaban en amarillas! Tampoco te escuché en algunos partidos anteriores, que me reservo. En fin, Memoria Eólica!", escribió en X. Cuando Toviggino dice "Memoria eólica" se refiere a los negocios que Tevez tiene con el expresidente Mauricio Macri en ese sector energético.
Y Tevez respondió: "Me parece que tantas idas y vuelta a Pilar te están haciendo perder un poquito Tovillino (sic). Aparte de la colección de autos antiguos e importados que acumulás en Pilar, también enterrar los bolsos que trajiste de Qatar y de los amistosos en China, memoria Alí Babá".
Pero todo no quedó allí ya que la Asociación Argentina de Árbitros anunció que iniciará acciones legales.
También habló el secretario general de la AAA que, curiosamente, también es el director de la Escuela de Árbitros: "El arbitraje de Dóvalo fue una buena tarea. Estoy un poquito enojado por todo lo que se armó en la previa, durante y después. Fueron palabras tendenciosas, armadas, direccionadas. Han afectado a una tarea que fue buena", dijo Beligoy.
Sobre la no expulsión de Domínguez por el planchazo a Marcone, Beligoy expresa que "hay un jugador que se tira a jugar el balón y, producto de jugar el balón, el pie hace impacto en el balón y le hace saltar el pie. Toca con la punta del botín la pierna del jugador de Independiente. Hay arrepentimiento, son cosas para analizar en este tipo de jugadas. El árbitro la vio tal cual y por eso no se revirtió la situación. Es una jugada de clara amarilla", sentenció.
Aquí se hace más difícil compartir su parecer. Hay que ponerle garra y buena voluntad para interpretar que el planchazo no es expulsión para el futbolista de Barracas.
Como decía el periodista Mario Wainfeld, si un pasante sueco llegara a la Argentina y se topara con esta discusión diría: "¡Cuánta intensidad!" por un partido de fútbol. Pero en realidad, todo el debate tiene dos precuelas, que se trata de:
1-La filiación política de Tevez y de Tapia y Toviggino.
2-Que el arbitraje argentino está en discusión desde hace años con determinaciones que, ni aún con la llegada del VAR, se lograron corregir.
Hay errores técnicos de los jueces en el campo de juego y, lo que todavía es peor, en la cabina del VAR. Un ejemplo fue el penal que le dieron a Racing contra Sarmiento, del que finalmente no se habló tanto porque no fue gol. Si el partido hubiera terminado 1- 1, seguramente hubiera sido un tema, porque el juez Fernando Echenique cobró erróneamente una falta de Paredes sobre Rojas y Lucas Novelli, que estaba en el VAR, no lo ayudó a revisar su decisión.
Digamos que la falta que cobró Echenique era cobrable en el campo de juego y que el gran error, en este caso, fue de Novelli.
Hay un problema en el arbitraje. No nos vamos a meter en cuestiones que hacen a la honestidad de los jueces porque es una materia inasible e indemostrable.
También hay que decir que hay muchos otros árbitros que, fecha a fecha, tienen muy buenas y buenas actuaciones. Son más que los cuestionados, los que permanentemente generan polémicas. Pero el asunto es que la sospecha ya está instalada.
La AFA, su presidente Claudio Tapia, debe tomar nota de este asunto. No hacerlo es no entender que algunos arbitrajes dañan muchísimo la imagen del fútbol campeón del mundo. Insistimos: el arbitraje argentino no es el peor del universo ni mucho menos. Es más, individualmente hay muy buenos jueces. Pero hay tres o cuatro profesionales que siempre están involucrados en situaciones discutibles. Y si no se hace nada, se permite que se ponga en tela de juicio todo.
Tapia debe entender que la credibilidad es lo más difícil de construir para un dirigente. Y que, si esa credibilidad se lastima, subsanar las heridas es una tarea complicadísima. Casi imposible. (Por Mariano Hamilton, de NA)