ENFOQUE
Supernada
Por Walter Vargas
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El Superclásico del fútbol argentino se pareció mucho a la consumación misma de la nada y en todo caso las emociones quedarán para el duelo por la Copa Libertadores, mientras que el liderazgo de la Superliga es cosa de San Lorenzo, uno de los cuatro invictos que quedan.
El calor y color de un estadio Monumental repleto y el copioso runrún previo con sus consabidas especulaciones en torno de los nombres propios presentes y faltantes, de la táctica y la estrategia, ha supuesto un fin en sí mismo en la medida que los 90 minutos oscilaron de regular a malo, de
malo a muy malo y de muy a malo espantoso.
Un partido, el primero de los tres que afrontarán en un lapso relativamente breve, jugado lejos de los arcos y por momentos lejos de las áreas.
En ese contexto, el de los recaudos celosos, la suela firme y la fricción, fue River el que honró más la redondez de la pelota, el que ejerció el dominio posicional y el que dispuso de mayor cantidad de aproximaciones propicias.
Sin embargo, aun sin juego y sin la vocación de tener juego, un Boca sostenido por el orden defensivo y la calculadora en la mano estuvo cerca de llevarse los tres puntos: a poco del final un tiro libre ejecutado por Carlos Tevez forzó una buena intervención de Franco Armani.
Pero en sentido estricto el empate se corresponde con la lógica de los premios y los castigos, por cuanto aún más determinado y en el control de la pelota River careció de chispa y de buenas decisiones en los últimos 30 metros de la cancha.
Boca, en tanto, cumplió su vocación de proteger a Esteban Andrada, que por cierto al haber terminado otra vez con su arco en cero batió un récord de imbatibilidad que estaba en poder del legendario Antonio Roma.
Ni siquiera la expectación por el debut de Daniele de Rossi se cumplió con sensaciones positivas: el italiano se perdió en el tumulto de un Boca que en el medio campo fue superado y que al fin de cuentas salvó la ropa más por acumulación de jugadores que por rendimientos destacados.
Superclásico aparte, en la jornada de ayer destacaron la goleada de 4-1 que la juvenil formación de Newell´s propinó a Huracán y la victoria de 2-1 que Talleres consumó a expensas de Aldosivi.
Los cordobeses que dirigen el uruguayo Alexander Medina suman diez puntos y marchan terceros junto con Lanús y el sorprendente Patronato de Paraná y los de Rosario tienen 9, aunque con un encuentro de menos, el postergado con Independiente de Avellaneda.
Ayer asimismo Atlético Tucumán venció por 1-0 a Arsenal de Sarandí y Colón repartió puntos con Rosario Central, uno de los cuatro invictos en compañía del puntero San Lorenzo, del escolta Boca y de Argentinos Juniors, que el sábado había dado cuenta de Gimnasia.
El “Lobo” platense cayó por cuarta vez consecutiva y Hernán Darío Ortiz se alejó de la conducción técnica, en un fin de semana que en el que también cesó en funciones Hernán Crespo, en Banfield después del mustio 0-0 ante
Defensa y Justicia.
Curiosamente, tanto Gimnasia cuanto Banfield pretenden los servicios de Julio César Falcioni.
Entre viernes y sábado la quinta fecha del campeonato argentino había ofrecido el muy buen triunfo de Vélez en La Plata, ante Estudiantes; el de San Lorenzo ante Unión con bonus track de liderazgo en soledad, el de Patronato a expensas de Independiente, el de Lanús frente al digno Central Córdoba de Santiago Del Estero y el de Racing Club con Godoy Cruz (En San Lorenzo se despidió Marcos Senesi, incorporado a Feyenoord de Holanda).
Habida cuenta de la inminente fecha FIFA la sexta fecha de la Superliga se jugará dentro de un par de semanas con el siguiente programa de partidos: Rosario Central- Newell’s; Boca- Estudiantes; Central Córdoba-Defensa y Justicia; Aldosivi- Patronato; Godoy Cruz- Argentinos Juniors; Gimnasia- Racing; Huracán- River; Independiente- Lanús; Vélez- Atlético Tucumán; Arsenal- Unión, Banfield-Talleres y Colón- San Lorenzo.