Mundial 78: un pálido ensayo en Tandil, antes de la gloria
Dos meses antes de consagrarse campeón por primera vez en la historia, el equipo de Menotti, con Maradona en sus filas, llegó para medirse con el seleccionado serrano y se impuso 1-0, aunque con una decepcionante actuación
Como suele suceder, el camino previo a una gran conquista está minado de obstáculos, momentos complicados y muchas dudas. “A la gloria no se llega por un camino de rosas”, dijo alguna vez Osvaldo Zubeldía y es difícil no estar de acuerdo. Ese proceso incierto, como tantos otros con final exitoso, le tocó vivir al seleccionado de César Luis Menotti rumbo al Mundial 78.
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El 22 de abril, poco más de un mes antes del debut ante Hungría, el seleccionado argentino llegó a Tandil para realizar un amistoso, en la que fue una de las últimas presentaciones antes de definir el plantel que enfrentaría la Copa del Mundo.
Menotti recibía críticas por el juego del equipo y por la indefinición de los nombres, un clásico de los tramos previos al comienzo de cualquier Mundial. En marzo, había igualado sin goles frente a un combinado de la Mutual de Futbolistas Uruguayos, en Mar del Plata, y el plantel argentino llegó a Tandil en etapa de definiciones.
El estadio San Martín se vio colmado para ver en acción al seleccionado, que llegó con algunas ausencias producto de lesiones, como las de Leopoldo Luque y César Tarantini, y un capitán, Daniel Passarella, con algunos problemas personales (había sufrido un robo). Además, Mario Kempes recién llegaría desde España a mediados de mayo. El resto estaba disponible para el DT, que eligió ver en acción a varios de los que por ese entonces se jugaban un lugar entre los 22 definitivos.
Por esos días, Ferrocarril Sud se preparaba para enfrentar el Regional, tras obtener el título local después de 18 años de sequía. Y la base del plantel que dirigía Aldo Villar fue convocada por Mario Conti para integrar el seleccionado.
Más allá de su constante protagonismo en los Campeonatos Argentinos en esa década, Tandil no aparecía como un escollo demasiado importante para un seleccionado colmado de figuras y que ya tenía mucho rodaje. Pero el desarrollo del partido dijo otra cosa.
Tandil salió a la cancha con un equipo casi idéntico al que unas semanas después inauguraría el Mundialista de Mar del Plata con un 2-2 ante el combinado local: José Luis Burtovoy; Miguel Pollack, Horacio Ferrero, Juan Gamalero y Miguel Lecuona; Oscar Perandones, Luis Ramella y Gerardo Villar; Carlos Lorea, Daniel González y Aldo Varales. Luego ingresaron Daniel Dorta y Andrés Quetglas. También integraban el plantel Roberto Calles, Oscar Medina, Arriaga, Atilio Beneitez y Jorge Solimanto.
Argentina arrancó con Ubaldo Fillol, Rubén Pagnanini, Luis Galván, Daniel Killer y Víctor Bottaniz; Miguel Oviedo, Omar Larrosa, Ricardo Villa; René Houseman, Humberto Bravo y Daniel Bertoni.
Comienzo adverso
Apenas iban cinco minutos de partido cuando Burtovoy tomó la pelota con las manos fuera del área. Roberto Barreiro sancionó el tiro libre, y Argentina se puso en ventaja, aunque no sin polémica. Gamalero, titular esa noche, lo recuerda así: “Daniel Bertoni pateó el tiro libre cuando nosotros estábamos armando la barrera. La clavó en el ángulo del segundo palo y se agujereó la red. Fue tan rápido todo que quedaron muchas dudas de si había entrado o no”.
En los minutos siguientes el equipo de Menotti se floreó, tuvo algunas chances bien conjuradas por Burtovoy, y parecía inevitable la goleada. Pero de a poco Tandil se afirmó en el campo e hizo todo más parejo. Y en la segunda parte, pasó a ser superior en el desarrollo, y tuvo chances de igualar, la más clara en los pies de Gerardo Villar, que definió por arriba del travesaño. La gente mostraba su inconformismo con la actuación del seleccionado nacional, que en los últimos minutos se aferró a la mínima diferencia y hasta recurrió a algunas faltas fuertes para detener el ímpetu de los delanteros locales.
Ni siquiera el ingreso de José Daniel Valencia y de Diego Maradona pusieron mejorar la imagen. El 10 de Argentinos Juniors, que poco antes del Mundial quedaría desafectado junto a Bravo y Bottaniz, ya daba que hablar en Buenos Aires, pero no era tan reconocido en Tandil, sobre todo en una época en la que se veía poco fútbol en televisión. Tan es así, que los jugadores tandilenses que estuvieron en ese encuentro no tienen mucho registro de su actuación. Gamalero admite: “Vos sabés que de Diego no me acuerdo en ese partido. Tengo más presente cuando lo enfrentamos a principios del 79 con la selección de Tandil contra Argentinos Juniors, que entró en el segundo tiempo”.
Daniel Dorta, el exmediocampista de Gimnasia que ingresó en ese partido, tampoco se acuerda demasiado de Diego: “Tengo recuerdos muy vagos de ese partido. Entré en el segundo tiempo. Nos habían dado unas bolsas de regalo con alfajores y salamines, y yo creo que se la entregué a Maradona en el banco de la selección. En esa época los conocíamos por los nombres, pero no los reconocías tanto físicamente a los jugadores”.
El partido se consumió sin muchas acciones de interés, la gente se quedó con las ganas de ver algo mejor, y lo hizo saber a su manera.
“No hay que hacerse ningún problema. El equipo no jugó bien, pero hay que tener en cuenta que nueve de los jugadores que actuaron hoy venían de estar inactivos en partidos oficiales desde varios meses atrás”, explicaba Menotti tras el partido, en el que seguramente había sacado sus conclusiones, más allá del resultado y el desarrollo.
En los días posteriores habría polémica en la ciudad. La AFA había cobrado 800 millones de nacionales, más todos los gastos, para presentarse, y la Liga, conducida por Luis Mestelán, apenas había cubierto la mitad con la recaudación, que no fue la esperada.
Unos días después de jugar en Tandil, el seleccionado viajó a Montevideo y cosechó más dudas, al caer ante Uruguay por 2-0. Y luego siguieron más ensayos ante equipos de menor nivel, como Cipolletti (2-0), la Liga Correntina (2-1), la Liga del Sur (7-0) y el seleccionado cordobés (3-1). Pero la historia, ya se sabe, terminaría con final feliz. El 25 de junio, Passarella levantaría por primera vez la Copa del Mundo para Argentina.