Las canchas sintéticas, un sector que no es escuchado
Los propietarios de canchas sintéticas de fútbol, sensiblemente afectados por la inactividad, se reunieron para solicitar la reapertura de sus espacios y volver a trabajar.
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Walter Alfonso, de Calcetto Fútbol 5, es el vocero de un nutrido grupo de gente que necesita ser tenida en cuenta a la hora de las habilitaciones para la reactivación de actividades.
El “Chueco” Alfonso, en representación del sector, explicó a este Diario que “tratamos de expresarnos y llegar a quien se deba para ser escuchados, que se eleve a la consideración de las autoridades municipales y/o nacionales pertinentes. En representación de nuestro sector, me manifiesto con el objetivo de informar nuestra problemática y encontrar una vía viable de salida ante esta crisis económica del sector debido a la pandemia del Covid 19”.
Alfonso empezó explicando que “todo el mundo sabe que existen las canchas de fútbol sintético, es una realidad, pero el hecho de no estar encuadrados en un sector, como la hotelería o la gastronomía, nos hace perder fuerza en el momento de los justos reclamos y quedamos a la deriva. Si bien en nuestros predios se practica un deporte como el fútbol, lo nuestro es comercial, no recreativo. Somos un comercio y queremos ser tratados como tal”.
Adentrado en la problemática, detalló que “ante los anuncios pasados de nuestro presidente Alberto Fernández, se armó un grupo de dueños de canchas sintéticas a nivel nacional. Se habló, se debatió, se tiraron ideas y se formuló un protocolo para presentar cada uno en su municipio. Cabe mencionar como dato fundamental que fue supervisado y avalado por médicos y epidemiólogos. El hecho de que en nuestra ciudad, hubo muy pocos casos positivos y que hace un mes el total de casos es nulo, nos daba una mínima esperanza, pero así no fue. Presentamos dicho protocolo a nuestro municipio y a la semana fuimos citados. Concurrimos a dicha reunión e inmediatamente después del saludo protocolar, como ‘segunda palabra’ nos fue informado la salida de un decreto de la provincia/nación donde le prohibía a todos los municipios de la provincia de Buenos Aires elevar por tiempo indeterminado protocolos para habilitar nuevas actividades deportivas o comercios que las incluyan”.
El golpe fue grande para Alfonso y compañía: “En ese instante, a 5 minutos de haber ingresado a la reunión y cargados de ilusión por conseguir una solución, se nos cayó la estantería abajo, y fue el final. No nos supieron decir cuándo se podrá retomar. Tampoco cómo gestionar el pedido de un subsidio económico o ayuda/anulamiento de impuestos mientras estemos cerrados”.
La situación es caótica, de acuerdo a lo detallado por Alfonso: “Llevamos casi tres meses sin trabajar, aguantamos, pero ya no se puede más. Mantener una cancha de fútbol sintético tiene sus grandes costos, imperceptibles para varios como lo son la luz, gas, alquileres, mantenimiento, monotributos, empleados, etcétera. De las posibles ‘ayudas’ que brindó el Estado, ninguna fue hacia nuestro sector. Nosotros entendemos perfectamente la situación, no pedimos nada fuera de lugar, pedimos reabrir, que nos den un subsidio económico o que nos suspendan todo tipo de impuestos hasta que se normalice la situación. Nuestro rubro se ve fuertemente afectado por la situación con colegas que analizan su cierre, otros vendiendo sus pertenencias, y no para pagar los impuestos de las canchas, sino para poder llevar un plato de comida a sus casas. No podemos dejar que tantos años de sacrificio se tiren por la borda de esta manera”.
Ampliando el concepto, Alfonso se pregunta “¿nos van a dejar caer o cerrar sin intervenir? Creemos que no es justo para un sector que siempre contribuyó con el Estado y que genera un movimiento constante de personas que acuden a nuestros predios para distraerse, para sacarse por un rato la mochila de responsabilidades y problemas que traen de sus trabajos, para socializar, renovarse y despejarse aunque sea una hora a la semana”.
Y remató argumentando que “nuestra actividad es cien por ciento presencial, no tenemos manera de realizar home office, bajo ningún aspecto. Cada día que tenemos cerradas nuestras puertas es un día de facturación nula, que no podremos recuperar a futuro. No obstante, los gastos fijos de nuestros comercios y de nuestros hogares siguen y seguirán sumándose, poniéndonos en una situación delicadísima. Además de las familias dueñas de negocio, viven de la actividad otros profesionales con sus respectivas familias, como lo son organizadores de torneos, árbitros, distribuidores de bebidas, etc. Nuestro rubro tiene un impacto directo en gran cantidad de personas”.