La salud de Vilas
Por Juan J. Moro (periodista especialista en tenis)
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De pronto explotó una noticia: el tema, la salud de Guillermo Vilas.
Antes que nada hay que recordar que el marplatense fue y posiblemente será el tenista argentino más importante de todos los tiempos, que ganó 62 torneos oficiales, entre ellos, cuatro certámenes de Grand Slam, y un Masters. Pero, por sobre todo, originó un cambio de hábito en buena parte de la sociedad argentina.
A partir de la nueva fundación del tenis en el país, los clubes privados se multiplicaron, los aficionados saturaban las canchas, se construyeron centenares de ellas y en muy buena medida, la costumbre y proliferación de los countries motivados por la facilidad para estar “al lado del tenis” tuvo demostradamente su origen en el tenis de Vilas.
También la aparición de numerosos jugadores argentinos en los circuitos mundiales fue una consecuencia del fenómeno Vilas.
No siempre se le reconoció sobremanera en ciertos ámbitos oficiales, aunque los aficionados, convirtiéndole en uno de los máximos ídolos deportivos de Argentina, fueron los encargados de hacer una espontánea justicia.
Es un grande de tamaña proporción como para que nos detengamos en anécdotas que suenan más a chismes que a una información útil y necesaria.
Guillermo tiene un problema desde hace varios años. Un tema privado que sólo puede traer confusión si no se le deja en su círculo íntimo.
Aclaremos que no tiene ninguna enfermedad por la que esté sufriendo y que, por el contrario, en enero y febrero estuvo un mes en la academia que lleva su nombre, en Mallorca.
Y que hasta poco, jugaba amistosamente con Zeljko Franulovic, colega de su época, en el Monte Carlo Country Club, sede del Masters 1000 de la ciudad de los Grimaldi.
Aquí tuvimos que interrumpir esta nota, porque surgieron versiones más que alarmantes y hasta trágicas.
Guillermo está cumpliendo la cuarentena en el lugar donde lo sorprendió la orden. Vemos que hay movimientos en la redes como si lo estuviesen despidiendo.
Estamos firmemente acordes con la conducta de toda una vida.
Como quien más ha estado con Vilas siguiendo el circuito y después en una relación de amistad y trabajo que se extendió en el tiempo, tenemos absoluta claridad.
Tenemos que respetar la intimidad de la familia. Extrañándolo porque la pandemia nos lo dejó más lejos que nunca. El tiempo tiene la palabra. Tengamos respeto. (NA).