La colocación de la tribuna que resta armar en el Estadio San Martín, una obra perdida en el tiempo
Ya han pasado cuatro años desde aquel inolvidable 29 de abril de 2014, momento en que Santamarina lograba el campeonato en Gualeguaychú al derrotar 3-1 a Juventud Unida, resultado que le permitía ascender a la segunda categoría del fútbol nacional.
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Días después, el intendente Miguel Lunghi armó en su despacho un acto de agradecimiento por el título obtenido, entregó medallas a los protagonistas y anunció lo que muy pocos esperaban. El mítico estadio General San Martín incrementaría su capacidad para brindarle un mayor confort a los espectadores. La expectativa fue grande, pero al día de la fecha la obra aún está incompleta.
Por aquellos años el Municipio comunicó que haría un desembolso por única vez de 2,8 millones de pesos, que servirían según lo estudiado a colocar una tribuna desmontable, imaginada en una cabecera o dos al costado de la cancha, una sobre Brandsen y la restante sobre la avenida Rivadavia.
En aquel vertiginoso tiempo, donde se trabaja contrarreloj en el armado del plantel y en mejorar las condiciones de infraestructura, se pudo apreciar un significativo cambio con la colocación de butacas en la tribuna Luis Mestelán, además de un vidriado remplazando a lo largo del mencionado espacio el alambre olímpico tradicional.
Todos estos detalles son simplemente para graficar una situación que demandó más tiempo del imaginado y que en la actualidad sigue sin concluirse. El aurinegro ya lleva cinco temporadas en la B Nacional y en este lapso hay que decir que solo se pudo completar la colocación de la tribuna que da a calle Brandsen. La novela, que en su momento se tornó política dado que el presidente de Santamarina, Pablo Bossio, estaba fuertemente vinculado al Frente para la Victoria, y por el que fue candidato a intendente en 2015.
La puja Lunghi-Bossio pasó de las quejas, por lo bajo, de la plata que se gastaba desde el FPV en publicidad a no tener demasiadas ganas de concretar la obra que ilusionó a todo el ambiente del fútbol.
Los años transcurrieron y los vaivenes económicos llevaron a que en esta realidad los precios sean marcadamente bien distintos a lo proyectado en su momento. Tanto que pese a estar las bases hechas y las tribunas pagas, no hay el mínimo interés por pagarle a Edgardo Vázquez para que lleve a cabo con su empresa el trabajo de montar lo que resta. Por ahora, las piezas que conforman la tribuna descansan en el Parque Industrial, esperando que alguien gestione su traslado a la cancha ubicada en la avenida Rivadavia 351.
Historia
Con la política metida de lleno durante 2015, las dos tribunas tuvieron un enorme retraso del que nadie quiso hacerse cargo. Por los reclamos que se fueron dando cada vez que algún periodista recordaba la inexistencia de las tribunas, se convocó a la empresa Edgardo Vázquez, se acordó el pago a realizar por el trabajo y como se expresa se pudo llegar a montar la tribuna que da a Brandsen y que es la única colocada, a cuatro años del anuncio realizado en el despacho de Miguel Angel Lunghi.
Tras esa acción, nunca más se asignó una partida presupuestaria para abonarle a la empresa la otra parte del trabajo y que esta coloque la tribuna que debería estar sobre la avenida Rivadavia, donde en la actualidad hay un pedazo de terreno con las bases hechas y nada más.
El archivo recopila datos de funcionarios que se expresaron en este dilatado tema, como el de Mario Civalleri, quien dijo que “hicimos todos los esfuerzos para retomar la obra en un momento donde lamentablemente hemos terminado 2015 y comenzado 2016 con dificultades financieras”. Sin embargo, pasó todo el año 2016, 2017 y llegó 2018 sin novedades al respecto.
También el actual secretario de Planeamiento de Obras Públicas, Roberto Guadagna, dejó su testimonio cuando a mediados de 2017 este Diario lo consultó y su respuesta planteando un complejo panorama económico, fue: “Estamos dialogando con la empresa Edgardo Vázquez, creo que alcanzaremos un acuerdo y la tribuna se colocará en un plazo de 15 días”.
No pasó nada, y a nadie le llamó la atención que una inversión de más de 2,8 millones de pesos una parte quede olvidada en el Parque Industrial. Fuera de nota, algunos funcionarios ponen como excusa que la escasa concurrencia de espectadores no determina una urgencia en hacer un esfuerzo económico significativo, cuando el dinero puede ser usado en otras cuestiones más esenciales. La pregunta es para qué se hizo la inversión si después por falta de convocatoria, los mismos que proyectaron las mejoras se desentienden del tema.
Sin fecha
Terminó el mandato de Horacio Morrone al frente de la Liga Tandilense de Fútbol, asumió Miguel Cenoz, y el panorama no cambió en lo más mínimo. La entidad madre del fútbol local no cuenta con dinero como para afrontar la colocación.
Al ser un campo de juego municipal, desde la comuna dicen no tener un respaldo económico para girarle a la Liga y que ésta le abone el trabajo de colocación a Edgardo Vázquez. Y con este presente, resulta muy difícil conocer si en este prolongado receso por el mundial, finalmente se completará el trabajo y la anunciada obra llegará a su fin.
Hace cuatro años el Gobierno comunal anunció dotar de mayor infraestructura el desvencijado estadio San Martín, en lo que parecía un gran gesto por parte del Intendente, que desde que asumió priorizó mayoritariamente los deportes amateurs. Aún el ambiente del fútbol aguarda que Lunghi se acuerde de lo expresado en 2014 y pueda cumplir con lo prometido.
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