Se formó en Deportivo San José, pero sus años de mayor relieve en el fútbol de primera división los transitó en Grupo Universitario.Su carrera incluye también una temporada en la B Nacional, vistiendo a los 21 años la camiseta de Nueva Chicago en la temporada 1998/99.Además, reforzó a equipos locales en competencias regionales y tuvo un frustrado intento de expandirse internacionalmente, cuando no llegó a debutar en el Pietrafesa italiano por imponderables burocráticos.Entre esos variados destinos, la cuenta pendiente para Mariano Daniel Irurzun pasa por no haber podido cumplir el objetivo de vestir la camiseta de Santamarina, institución que en más de una ocasión intentó sumarlo.A través de un extenso diálogo que abarca distintas épocas, Irurzun le contó su historia futbolística a El Eco:“Fue una chance que surgió cuando estaba en Grupo Universitario. Una prueba que se dio por intermedio de Gustavo Ghezzi, quien estaba jugando en un club de allá, Pietrasanta. Me llevó Zarini, presidente de Grupo. Estuve casi un mes y hubo problemas con los papeles, faltaba la ciudadanía. Era una época en la que el cupo de extranjeros estaba limitado. Me tuve que volver a jugar nuevamente en Grupo”, comienza relatando Mariano respecto a su chance frustrada de ser parte del fútbol italiano.-¿Evaluando el nivel de las prácticas y la calidad de tus compañeros creés que podrías haber jugado sin problemas?-Siento que sí. Era muy joven en ese momento. Más allá de que no pude quedarme, fue una buena experiencia. Conocí gente de otro país y un fútbol distinto, muy defensivo y muy profesional, con mucha disciplina. En esa zona en la que estuve, del norte, el fútbol se vive muy intensamente y los equipos se preparan para dar lo mejor.-¿Viajaste impulsado sólo por tu pasión hacia el fútbol o ya vislumbrando el inicio de una carrera profesional?-Era muy chico. Obviamente, tenía sueños, una “maleta” de ilusiones. Mi meta siempre había sido jugar al fútbol y fui haciendo el recorrido lógico de cualquier chico. Pasé por los Bonaerenses, por juveniles, debuté en primera siendo muy chico. Hice una carrera empezando muy joven y terminando también temprano. Fue pasando el tiempo y sucedieron cosas, el hecho de no quedar fijo en un lugar hizo que mi vida tome determinado rumbo y que yo tome la decisión de ponerme a trabajar, haciendo que el fútbol ya no sea tan prioritario para mí.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/01/irurzun_4.JPG" alt="Irurzun"></figure>-¿Haberte retirado joven hizo que en algún momento te arrepientas?-No. Hay jugadores que, con el paso del tiempo, han ido mejorando a partir de la experiencia. Yo tenía un juego de cambio de ritmo y dependía mucho de mi físico. Fue algo que sentí, a los 30 estaba jugando el Argentino B y ya lo hacía como doble cinco, creo que junto a “Ale” Saurel. Me costaba mucho, ya no jugaba por las bandas. También tuve una lesión complicada, de ligamentos cruzados, pero ya venía sintiendo que no era el mismo de cuando tenía 22 ó 23 años.-Por la naturaleza de tu juego, seguramente preferías pensar más en el arco de enfrente que estar abocado a la contención desde ese sitio de doble cinco.-Sí, aunque no he tenido una posición fija.&nbsp;-Pero siempre fuiste de corte ofensivo.-Sí, con el paso del tiempo se ha dado de esa manera. En San José, jugaba de volante por izquierda o por derecha, también de enganche. En Grupo, empecé haciéndolo de cinco pero con el paso de los años fui ubicándome más adelante. Algunas veces he jugado de delantero, pero muy circunstancialmente. Siempre me ubiqué en la zona media, con una visión más ofensiva que defensiva. La marca siempre me costó.&nbsp;Comienzos&nbsp;-Se te asocia con Grupo Universitario, aunque tus raíces están en San José.-Sí, empecé en 1985, a los 8 años. Había una comisión en el club, con gente como Harguindeguy, Boberi y Fermín Lasarte, y una camada de muy buenos jugadores. Se trabajaba bien en la parte de inferiores para lo chico que era el club. Entrenábamos mucho en la quinta San Gabriel. Debuté en primera a los 16.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/01/irurzun_5.JPG" alt="Irurzun"></figure>En San José, segundo en la fila inferior.&nbsp;-¿Ya tenías definida una posición?-No, empecé jugando de defensor. Cuando me pasaron al medio, me sentí mucho más cómodo. Desde ahí podía utilizar mi visión de juego, manejar las dos piernas, hacer cambios de frente…me fui haciendo un jugador más pensante. Ya no volví a salir de la zona media.<figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=fZYEClkB_m0&amp;t=678s"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/fZYEClkB_m0" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure>-¿Qué entrenador te marcó especialmente?-Como formador tuve a Abel Lago, a quien recuerdo mucho porque me inculcó que juegue con libertad. He tenido otros entrenadores en mi formación en San José, pero a quien más me marcó es Abel.&nbsp;-¿De chico te destacabas o hubo un momento puntual en que diste un salto de calidad?-En todos los grupos andaba bien. Me gustaba mucho el fútbol, e intentaba que no me fuera mal en la escuela.&nbsp;Cambio de rumbo&nbsp;-¿Cómo surgió la chance de pasar a Grupo Universitario?-Había jugado en la primera de San José en parte de 1993 y en todo 1994. Pasé a Grupo para la primera participación del club en el Argentino A. En mis últimos partidos en San José sufrí una lesión en el tobillo y me pusieron un yeso. Pensé que me perdía el Argentino A y Rubén Conti, entrenador de Grupo en ese momento, me dio un lugar en la lista de buena fe. Tuve que esperar seis meses hasta recuperarme y volví a jugar en la segunda parte del torneo. Siempre recuerdo ese gesto que el “Negro” tuvo conmigo, porque cualquier otro técnico hubiese optado por un jugador sano.-Eran épocas en las que Grupo formaba planteles de jerarquía.-Sí, yo miraba mucho a los jugadores tandilenses. Cuando era chiquito, veía a Oudoukian en Armenio, por ejemplo. O a José Solimanto. Cuando empecé a jugar, siendo muy joven, me encontré en el vestuario al lado jugadores como Ducca y Macaya, quienes eran referentes para mí y me inspiraban mucho respeto. De afuera, vinieron refuerzos como “Carlitos” Amodeo, “Ruso” Siviski…que ya tenían cierta trayectoria.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/01/irurzun_3.JPG" alt="Irurzun"></figure>Segundo entre los de abajo, con Grupo en el Argentino A.&nbsp;-¿Lograste continuidad en esos planteles?-Sí. Pero en el medio siempre surgía mi intención de que “Richard” (Zarini) me lleve a otro lado. Cuando volví de Italia, me incorporé al plantel de Grupo para su segundo Argentino A, en ese equipo había jugadores muy conocidos de ese momento como Leani y Delfino.&nbsp;-¿Es comparable aquel Argentino A al Federal A que disputa hoy Santamarina?-Son distintas épocas, cada momento es diferente, ni mejor ni peor. Pero en ese entonces había una mayor calidad de jugadores, de más renombre. Hoy, los clubes no están tan bien económicamente y se nutren de jugadores de las inferiores y creo que no es tan difícil llegar.&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/01/irurzun_2.JPG" alt="Irurzun"></figure>-Seguramente, aquellos años de Argentino A en Grupo fueron de los más fructíferos de tu carrera en términos de aprendizaje.-Aprendí un montón. Era muy joven y había varios jugadores de mucha trayectoria. Macaya siempre me pareció un jugador único en su puesto de volante central, me daba mucho gusto verlo jugar. Yo aprendía muchas cosas, no sólo las relacionadas al juego, también a cómo manejarme dentro de un vestuario. Hubo muchos jugadores que me ayudaron a formarme. Siempre traté de aprender y no fallarles.&nbsp;&nbsp;Profesionalismo y regreso&nbsp;-¿Cómo fue tu ciclo en Nueva Chicago en la B Nacional?-Era una categoría muy dura. Pasé por una prueba de dos o tres semanas y tuve la suerte de quedar. Fue una experiencia muy linda, jugar a nivel profesional es el anhelo de cualquier futbolista. Lo disfruté a pesar de que me tocó alternar entre titularidad y banco, no conseguí ser un titular indiscutido pero participé bastante de ese torneo de 34 fechas. El equipo terminó jugando el octogonal final. Me tocó debutar en un momento difícil porque iban seis o siete fechas y los resultados no se venían dando. Debuté en cancha de Chicago contra Morón, ganamos y me lesioné, sufrí un desgarro. Fue un día en que llovió a cántaros. Terminé muy cansado, a los dos días me hice una ecografía y descubrieron el desgarro, tuve que parar veinte días. Fue una lástima porque recién empezaba y había tenido una oportunidad que no desaproveché.&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/01/irurzun.jpg" alt="Irurzun"></figure>-También significó pasar a jugar con marcos imponentes. De hecho, Chicago es de los equipos del ascenso con mayor acompañamiento de su público.-Sí, de local teníamos unas 10 mil personas, siempre. En esa época, se permitía el público visitante y también Chicago llevaba gente a otras canchas. Además, es un club en el que siempre está la exigencia de pelear arriba. En cada partido el marco era muy bueno y me gustaba mucho.-¿Por qué no continuaste?-Chicago estaba pasando un momento muy crítico en lo económico, a tal punto de que nos debían bastante dinero, estuvimos unos cuantos meses sin cobrar. Eso fue bastante duro, al principio estuve en una pensión y después me pasé a un departamento. Para el año siguiente, el club quiso jugar con futbolistas de sus divisiones inferiores y sumar muy pocos refuerzos. Entonces, la mayoría de quienes estábamos en el plantel y no éramos del club terminamos yéndonos.&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/01/irurzun_1.jpg" alt="Irurzun"></figure>Irurzun, en el extremo superior izquierdo de una formación de Chicago.&nbsp;-¿Te desalentó volver a Tandil?-Vine con la idea de, en caso de que no me surja algo para jugar en otro lugar, ponerme a hacer otra cosa. Había dejado la carrera de educación física y el momento por el que pasaba mi familia no era fácil. Estar sin hacer nada, esperando una oportunidad sin saber cuándo podía aparecer, era algo que me pesaba. Hablé con el presidente de Grupo, salió la posibilidad de un trabajo y acepté. A partir de allí, dejé de tener al fútbol como prioridad absoluta. Me fui afianzando en el trabajo y en cuanto a lo futbolístico jugué algunos Regionales, pero ya sin la idea de irme.-Regionales en los que reforzaste a clubes como Ferro y Gimnasia.-Estuve en el Ferro de “Pato” Gárate y en el Gimnasia de Pose. Fueron buenos planteles, aunque no pudimos llegar lejos en ninguno de los dos. Intentamos pelear con nuestras armas ante equipos de la zona. A Tandil siempre le costaba en esos torneos y ésas no fueron excepciones. Nos tocó quedar afuera, pero viví muy lindas experiencias al jugar para otros clubes y compartir cosas con otros chicos.&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/01/irurzun_7.JPG" alt="Irurzun"></figure>Cuarto, abajo, en Ferrocarril Sud.Cuenta pendiente&nbsp;-¿Santamarina quedó como una cuenta pendiente en tu carrera?-Sí. Es el club en el que me hubiese gustado jugar. Hubo posibilidades pero no se dio. En ese momento, estaba Cifuentes como presidente. Lamentablemente, me quedé con las ganas. Son cosas de la vida que hay que aceptar y seguir adelante.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/01/irurzun_6.JPG" alt="Irurzun"></figure>Grupo-Santamarina, en Villa Laza. Luciano Godoy e Irurzun van por la pelota. A un lado, Cristian López.&nbsp;-¿Era complicado “sacar el pase” con Zarini?-Él defendía sus intereses, trataba de hacer valer a sus jugadores. Nuestra relación no era mala, pero teníamos diferencias de criterio que nos llevaron a tener “encontronazos”. Entiendo que actuaba en defensa de los intereses del club, por eso no se dio lo de Santamarina y quizá también lo de algún otro equipo que pudo haberme buscado y no lo supe.&nbsp;&nbsp;Final&nbsp;-¿El retiro te dejó ese vacío que suele aquejar al deportista que le pone fin a su carrera?-No. Llevo al fútbol dentro y sigo jugando, en el Senior. Pero soy de las personas que piensan que la vida tiene otras cosas, que no todo pasa por la pelota. Le agradezco y le debo muchísimo al fútbol, pero entiendo que la vida se compone también de otras cosas. En ese sentido, no padecí el retiro. Cuando dejé, estuve un tiempo sin jugar y después empecé a participar en distintos torneos, hasta que tuve edad para el Senior, donde juego actualmente. Intento disfrutar hasta donde el físico me dé.-¿Pensás ser entrenador?-No creo que sea el momento. Me han llamado exjugadores y desde algunos clubes. Quizá más adelante se dé, no es algo que hoy me tenga obsesionado. Si se da en algún momento, bienvenido sea.&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/01/irurzun_1.JPG" alt="Irurzun"></figure>&nbsp;

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Irurzun: “Jugar en Santamarina es una cuenta pendiente”

El exvolante lo admite como un objetivo sin cumplir. Sus inicios en San José, su frustrado paso por el fútbol italiano, el Argentino A en Grupo, su etapa en Nueva Chicago, sus “encontronazos” con Zarini y su actualidad en el Senior.