El único tandilense que se probó con los All Blacks
Hace 28 años, Rafael Torrebruno integró el seleccionado de Mar del Plata que se midió con Nueva Zelanda en la gira de 1991 U El recuerdo de un momento muy especial en la vida del ex jugador de Los Cardos
Mañana, el mito de los All Blacks se dejará ver una vez más en la Argentina, enfrentando a unos Pumas que nuevamente intentarán destrabar la maldición de no poder poner de rodillas a los mejores del mundo. Por la primera fecha del Rugby Championship, el seleccionado argentino buscará descifrar lo que ha sido un desafío imposible desde 1976, con 30 victorias de los de negro y apenas un empate, como resultado más cercano a la victoria.
Recibí las noticias en tu email
Su uniforme íntegramente negro, su famoso haka en la previa a la acción, son marca registrada en el mundo del deporte, pero sobre todo eso está un equipo que en base a su técnica, sus destrezas y su poderío físico domina el juego desde sus comienzos y en especial en la etapa del profesionalismo.
Un tandilense tuvo el privilegio de conocer cuerpo a cuerpo dentro de una cancha la leyenda de los All Blacks. Fueron 10 minutos de un partido que formó parte de la gira de los neozelandeses por Argentina en 1991, sin muchas equivalencias, pero suficientes para que Rafael Torrebruno los atesorara para siempre en su memoria de rugbier. Ingresó a los 30 minutos del segundo tiempo reemplazando a Rodolfo Roselli en el puesto de ala, y enseguida sintió en carne propia la dureza y el rigor de esos jugadores que estaban a otro nivel competitivo.
“Rafa”, como lo conocen en Los Cardos, su club de toda la vida, tiene hoy 60 años y fue uno de los jugadores más destacados en el medio siglo de vida del club de Los Laureles. Un tercera línea con altura, reconocido por su actitud para ir al frente y su fortaleza defensiva. Virtudes que generaron los insistentes llamados para integrar el seleccionado de la Unión de Mar del Plata. Y una de esas convocatorias prometía un premio especial, enfrentar a Nueva Zelanda el 9 de Julio de 1991.
“Luis Prieto, que era el entrenador del seleccionado, me insistía en que tenía que estar en ese partido contra los All Blacks. Siempre me convocaban, pero a mí se me complicaba para ir. Arrancaron a entrenar cuatro meses antes del partido y yo no podía cumplir con eso. Así que me comprometí a ir el último mes para poder jugar aunque sea un rato. Para ese partido hice el esfuerzo porque era algo especial. Iba a Mar del Plata dos veces por semana, llegaba al mediodía a la terminal, me pasaban a buscar, entrenábamos en Camet, y a las 4 de la tarde de vuelta para Tandil. En esa época estudiaba veterinaria, y perdía mucho tiempo por el rugby, pero bueno, eran los All Blacks”, recuerda Torrebruno. “En ese partido debutó en el seleccionado Mauricio Reggiardo. Era un nene enorme, con más ímpetu que otra cosa, muy molesto, inquieto. Y lo pusieron unos minutos al final. Después terminó haciendo una carrera tremenda y jugando mucho tiempo en Los Pumas”, agrega.
Sobre sus sensaciones en el primer contacto con los hombres de negro, “Rafa” es muy gráfico: “Para mí eran todas paredes que me chocaba. Una fortaleza física increíble. Ni bien entré, salí a marcar y lo intenté tacklear a Zinzan Brooke, que era un octavo impresionante y se estaba jugando el puesto. Me hizo un cambio de paso que me dejó dando vueltas en el aire. Era fuerte, rápido y habilidoso para ser un forward, y a partir de esa gira se convirtió en figura del equipo.
“La única pelota que agarré fue cerca de nuestro in-goal y me comí un golpe impresionante. Pensé que me había roto, que iba a tener que salir de la cancha, pero el orgullo pudo más, no podía ser que aguantara 10 minutos adentro de la cancha después de tanto esperar ese momento. Me hubiera gustado jugar de otra manera, llegar mejor preparado físicamente. Con Mar del Plata había jugado varios amistosos con Los Pumas, también contra Bordeaux, de Francia, al que le ganamos, pero ese partido contra los All Blacks no se comparó con nada”.
En una época en que el rugby, incluso en el máximo nivel internacional, se vivía en forma muy amateur y sin estridencias, Torrebruno tuvo un plus para aquella experiencia en el agasajo posterior al partido: “El tercer tiempo fue muy lindo. Lo hicieron en Torres de Manantiales y me tocó estar en la misma mesa con el entrenador de los All Blacks, Alex Wyllie, y varios de los titulares, que no habían jugado el partido, como Grant Fox, Fitzpatrick, los hermanos Whetton. Y cuando terminó la cena se sumaron varios más a la sobremesa para conversar, así que fue un lindo momento, porque eran tipos muy agradables”.
Los contrastes entre aquel rugby y el de hoy en día surgen inevitables en la opinión de “Rafa”: “Hoy en día jugar un partido así sería inimaginable. El seleccionado campeón del mundo jugando contra un equipo de una Unión amateur, sería imposible y peligroso. El rugby cambió totalmente. Es otro juego. El desarrollo físico es impresionante y por suerte las estructuras se abrieron como para que todos tengan oportunidades de llegar. Nosotros teníamos una preparación muy pobre comparado con lo que se ve ahora. Ves entrenar a los pibes de infantiles y no lo podés creer. Las destrezas y el desarrollo que ya tienen a esa edad es tremendo”.
Y agrega: “Antes, ir a jugar a Buenos Aires era muy raro y si ibas a un club casi no tenías chances de llegar a primera, por más buen nivel que tuvieras. Ahora los equipos de la URBA y los seleccionados están repletos de chicos del interior. Y una prueba es Rodrigo Bruni, que se destacó enseguida, ya está afirmado en Jaguares y debutó en Los Pumas.
Además, el juego en sí mismo cambió muchísimo, la participación de todos los jugadores. Antes nadie quería ser segunda línea porque era aburrido, los pilares no tocaban la pelota, estaban para formar. Ahora los segunda línea y los pilares saben hacer todo. Corren con la pelota, tacklean, juegan de manos. Es un cambio impresionante. Y también ayudó mucho la difusión del deporte, la televisión te muestra como juegan los mejores y de eso aprendés. Nosotros nos volvíamos locos cuando nos pasaban las películas de Gales del 70, no había otra forma de ver rugby de primer nivel”.
Torrebruno jugó su último partido oficial para Los Cardos en 1994, en un Nacional de Clubes contra Alumni. Recuerda esa derrota ajustada contra el campeón de la URBA con detalle, aunque esos minutos finales contra los All Blacks siguen siendo los que se destacan con más claridad en su memoria. Un privilegio de pocos.
Un partido sin equivalencias
Nueva Zelanda encaró una gira de nueve partidos en 1991, incluidos dos tests con Los Pumas, y choques ante Argentina B, Rosario, Córdoba, Cuyo, Tucumán y Buenos Aires. Con figuras como John Kirwan, uno de los wines más desequilibrantes de la historia, Grant Fox, los mellizos Gary y Alan Wheton o Michael Jones, todos campeones del mundo el 1987, el equipo estaba en la recta final de su preparación para el Mundial de Inglaterra, en el que terminarían terceros tras perder la semifinal con Australia. El plantel incluía a Simon Mannix, ex entrenador de Ignacio Calles en Pau, Waren Gatland, cuatro veces campeón del Seis Naciones como técnico de Gales, y a Alex Wyllie, head coach de ese seleccionado que años después se sumaría al staff de Los Pumas.
El partido con Mar del Plata fue el segundo de la historia ante los All Blacks, ya que se habían medido en la gira de 1985, también en el Minella.
A pesar de la resistencia local en el primer cuarto de hora, el partido se encaminó hacia la lógica y nunca hubo equivalencias entre los dos equipos, más allá de que los neozelandeses jugaron con mayoría de suplentes ya que tres días más tarde debían enfrentar la revancha ante Los Pumas en Vélez. Finalmente, la victoria de los All Blacks se consumó por 48-6.
SINTESIS
MAR DEL PLATA 6
Darío Casagna; Gastón Desbots, Marcelo Gilardi, Diego Meyrelles y Juan Chaubel; Marcelo Martínez Etayo y José Ignacio Fernández Monteverde; Darío Giardelli, Omar Lanfranconi, Rodolfo Roselli (Rafael Torrebruno); Luis Queral y Bruno Anastasia; Américo Bombini, Eduardo Langdon Sagasta, Juan Martín Hernando (Mauricio Reggiardo).
Nueva Zelanda 48
Shayne Philpott; John Timu, Joe Stanley, Bernie McCahill y Craig Innes; Simon Mannix y Paul McGahan; Paul Henderson, Zinzan Brooke y Andrew Earl; Christopher Tregaskis, Steve Gordon; Graham Purvis, Warren Gatland y Laurence Hullena.
Estadio: José M. Minella. Arbitro: Ricardo Bordcoch (Córdoba). Tantos: para Mar del Plata, penales de Gilardi y Casagna; para Nueva Zelanda, tries de Innes (2), Timu (2), McGahan, McCahill, Philpott, Brooke y Henderson, y seis conversiones de Mannix.