ENFOQUE
El jefe pincha, bienvenido
Por Walter Vargas
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El regreso de Javier Mascherano expresa el consabido logro del club que supo captar su interés y su entusiasmo y a la vez una contribución que de tan valiosa debería de ser valorada por la comunidad futbolera en su conjunto.
Desde luego que el flamante jugador de Estudiantes de La Plata ya está muy lejos de su cresta de la ola y asimismo ajeno a un nivel que por ejemplo hubiera generado interés en clubes de las llamadas “grandes ligas”.
El que ha llegado y se entrena a diario en el Country Club de City Bell es un Mascherano veterano, otoñal, camino de los cuarteles de invierno.
Se suponía que sus imágenes de despedida con traje de futbolista en actividad se registrarían con la camiseta del Hebei Fortune en la lejana China, en Quinhuangdao.
Se suponía, nomás, puesto que lo que empezó como una frase dicha a la distancia y mitad en broma y mitad en serio, la de su amigo Gastón Fernández, La Gata, encendió un fuego que acaso ni el mismo protagonista creía en combustión.
Tras dejar el Barcelona y declinar extender la notable marca de 147 partidos con la Selección Argentina la carrera de Mascherano ya estaba hecha, con sus picos, con sus bajas, con su bronce y por añadidura con una remota o inexistente posibilidad de volver a jugar en su suelo natal.
Sin embargo, su amigo Fernández, Gabriel Milito y Estudiantes de La Plata devinieron el providencial puente que lo ha reconciliado con “las ganas de seguir compitiendo”.
Y eso, las ganas de refundar al guerrero, al Jefecito, al Jefe, a seis meses de cumplir 36 abriles y cerca de los tres lustros de su último partido en River, con Huracán de Tres Arroyos, de fugaz paso por Primera División y hasta 2017 en el Torneo Federal C.
¿Por qué Estudiantes de La Plata?
A decir del propio Mascherano, menos que por las posibilidades inmediatas de fecundidades deportivas, vueltas olímpicas o demás, por lo que se le figura un club dueño de proyecto institucional sólido.
“Estudiantes es un club que me representa”, dijo, sin preámbulos, el emblemático jugador santafecino que si todo marcha por los carriles previstos en los próximos días será parte de un par de amistosos y el 25 de enero del primer compromiso oficial de los albirrojos en la reanudada Superliga.
¿Sería mucho esperar que esa tarde en el Bajo Flores los seguidores de San Lorenzo dispensen a Mascherano el respeto que ha sabido ganarse?