De Uncas al Mundial, una carrera a pura potencia
Rodrigo Bruni se metió en la lista del Mundial de la misma forma en la que fue progresando en su carrera desde juveniles. Cuando pocos lo tenían en cuenta, apareció su nombre en boca de Mario Ledesma. Desafiando con su bajo perfil, y con la razón que siempre convenció a sus entrenadores: su enorme potencia física.
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En el rugby argentino con proyección internacional hay muchas virtudes técnicas que se consideran, pero más allá del tamaño y las destrezas, no sobran los jugadores que marcan la diferencia en el contacto. La potencia es lo que se destaca claramente en Bruni. Su capacidad para poner en juego adelante producto de una fortaleza natural, con un tren inferior muy fuerte, que suele ser clave para los jugadores denominados “ball carrier”.
Germán Fernández, coordinador de capacitaciones de Alto Rendimiento de la UAR, explicó alguna vez las razones de la llegada del tandilense a Los Pumas: “Claramente el factor por el que fue tenido en cuenta es su potencia. Aunque no tuvo muchos minutos en Los Pumas, ya hicimos un diagnóstico del jugador. En los entrenamientos se vio que tiene capacidad de aprendizaje y que es competitivo. Y al mismo tiempo mostró que estaba dispuesto a mejorar sus destrezas”.
Bruni, nacido el 3 de septiembre de 1993 en Tandil, llegó a Uncas a los 13años, y su gran porte y sus corridas imparables en la Menores de 19 aurinegra lo llevaron a los seleccionados juveniles de la Unión de Mar del Plata. Un par de años después aparecía como tapado en la lista del seleccionado mayor de la Urmdp. Llegaba desde un club que jugaba en la segunda categoría y como una especie de apuesta del cuerpo técnico, pero terminó jugando todos los partidos de titular en ese equipo que no pudo lograr el ascenso a la zona Campeonato. Y cerró ese 2013 integrando el seleccionado de 7 que tuvo una muy buena actuación en el Seven de la República.
En 2014 llegó el salto a San Luis, sin demasiadas expectativas, buscando un nuevo desafío deportivo. Y otra vez levantó la mano cuando nadie lo esperaba. En pocos meses era titular de la primera marista, y se destacaba sábado tras sábado en el exigente torneo de la URBA.
Agustín Creevy, ex jugador del equipo platense y por esos días capitán de Los Pumas, le “echó el ojo” y seguramente habrá reforzado con algún comentario lo que para los responsables del alto rendimiento de la UAR ya se hacía evidente. Primero se integró al sistema de Seven, con varias convocatorias. Encajaba en el perfil que buscaban de hombres grandes y potentes, pero el tandilense no se sintió cómodo en ese formato de juego y renunció. Pero siguió destacándose en San Luis y volvió a la órbita del alto rendimiento del rugby de 15. Pasó por el seleccionado de la URBA, se consolidó en Argentina XV, y tras coquetear varias veces con el seleccionado mayor, como invitado a las prácticas, recibió su primer llamado a Los Pumas en 2017, cuando todavía estaba Daniel Hourcade al frente del equipo. No pudo debutar en la gira a Europa de ese año, pero llegó el momento tan esperado en 2018, esta vez con Mario Ledesma al frente, con su primer cup enfrentando a Escocia, en Edimburgo.
En los primeros meses de este año llegó la incorporación al plantel estable de Jaguares, y aunque parecía que perdía terreno en la carrera al Mundial con su ausencia en el Rugby Championship y su participación en la Currie Cup sudafricana, finalmente asomó de nuevo para ganarse un lugar en la tercera línea, claramente la zona del equipo con mayor competencia y nivel.