El aislamiento obligó a rearmar los lazos en los barrios donde recrudecieron las necesidades
La impronta comunitaria que desde siempre ha prevalecido en los barrios para hacer frente a los problemas, sufrió algunos cambios debido al aislamiento que rige por estos días. Aumento en la demanda de alimentos, problemas en el acceso a la salud, violencia de género, hacinamiento y otras temáticas deben seguir siendo atendidas bajo nuevas formas ante la acentuación de las carencias.
La decisión de aislar de manera obligatoria a toda la población con el fin de evitar que se propague el Covid-19, repercutió de diversas maneras en los diferentes ámbitos sociales.
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En general, cuando se habla de cuarentena, se fijan parámetros de entretenimiento y consumo anclados en los sectores medios y altos de la sociedad, pero en los sectores populares la realidad es muy distinta. Hacinamiento, déficit habitacional, problemas de acceso a la salud y la alimentación, ingresos cortados ante la imposibilidad de salir a trabajar, entre otras cuestiones, trazan un escenario disímil en las barriadas populares.
En los barrios de Tandil también se vivencian estas problemáticas, suplidas por la organización colectiva que busca ofrecer mejores condiciones de vida a los vecinos. Pero el aislamiento obligó a repensar estos lazos comunitarios para seguir ayudándose e impedir que el encierro preventivo desarme otros engranajes vitales para la vida cotidiana de cientos de personas que dependen de ese entramado territorial.
Las mujeres “poderosas” de Villa Cordobita
Zulema Mango reside en Villa Cordobita y forma parte del colectivo barrial La Poderosa. En comunicación con este Diario, describió un cuadro de situación que se replica en numerosos espacios.
“La alimentación es lo que más se complica, al ser reducida la asistencia por parte del Estado municipal no se pueden asignar más subsidios para entregar el bolsón de mercadería, que por otra parte no es muy nutritivo ni va a solucionar nada por mucho tiempo”, contó.
En el centro cultural El Cole que funciona en el lugar, para garantizar un plato de comida, se organizan con ollas populares y meriendas adaptadas a este contexto.
Al respecto, la joven explicó que previo a la cuarentena sólo hacían la olla popular los lunes, pero ahora agregaron también los jueves, y se duplicaron los pedidos. Se entregan actualmente 220 viandas, contra 100 que se daban antes, sin dejar de tomar las precauciones necesarias que indican el uso de guantes y barbijos, que ya comenzaron a escasear. El merendero se sostiene todos los días con la misma modalidad, y si antes se acercaban alrededor de 45 chicos, la merienda hoy se reparte entre 95.
A nivel nacional, La Poderosa lanzó una campaña para hacer aportes económicos que sirvan para adquirir alimentos y elementos de limpieza y desinfección. A nivel local, es posible comunicarse al 2494 467631 para colaborar. “Pueden dejar la donación en la puerta y la pasamos a buscar teniendo todos las recaudos posibles”, especificó. Pese a los esfuerzos que hacen, siguen faltando productos de limpieza e higiene, carnes, verduras y lácteos.
El trabajo en materia de género es otra de las aristas que abordan a diario y continúan sosteniendo el acompañamiento de acuerdo al protocolo nacional. “Pensamos estrategias de acompañamiento puntuales para cada compañera y teniendo en cuenta su situación. Sabemos que estamos en peligro si no tenemos otra opción que estar todo el tiempo adentro con nuestro agresor. Y sabemos que con poco más de 10 días de cuarentena obligatoria, llevamos ocho femicidios en el país”, subrayó.
Por otro lado, señaló que el déficit habitacional es un problema también. “Está romantizada la cuarentena: ‘quedate en tu casa mirando por la ventana tomando un cafecito’. Acá eso no nos pasa, imagínate un día de lluvia encerrados todos en una habitación de cuatro por siete con los tres chicos adentro, que se te llueve todo, que se inunda el baño, entra el barro, es muy complicado”, escenificó.
“Nos arreglamos como podemos, es clave lo colectivo y la solidaridad, la remamos entre todos que es la manera que encontramos siempre de salir de todos los problemas”, expresó.
Familiares de detenidos
Eduardo Martínez forma parte de Faddet (Familiares de Detenidos y Detenidas de Tandil), entidad que en estos días ha estado acompañando y asistiendo a las personas que conforman la red, y también a quienes se encuentran bajo arresto domiciliario en distintos puntos de la ciudad. Los que están privados de su libertad en los penales no pueden recibir visitas en este momento y se debilitan las redes de contención con el afuera.
“No tenemos una planificación tan territorial, pero sí acompañamos a los familiares. El reclamo va por el lado de que se descompriman las cárceles con excarcelaciones y domiciliarias porque el crecimiento de la pandemia puede arrasar con un montón de gente en los penales bonaerenses. Es una medida urgente y una política que se da en el mundo”, expuso Martínez.
Agrupación Genaro en La Movediza
David Lavin motoriza desde hace algunos años la Agrupación Genero en el barrio de La Movediza. Suspendidos por el momento la rutina deportiva que nuclea a los chicos que van a jugar al fútbol, el epicentro del encuentro ahora es la provisión de alimentos. Si bien ya desde hace dos años funciona en Santa Cruz 2037 un comedor, debieron desdoblarse para canalizar la creciente demanda de estos días.
Así fue que comenzaron a usar las instalaciones de la sociedad de fomento Eduardo Olivero ubicada en La Pastora y Misiones. En ambas cocinas preparan viandas para 370 personas, una cifra muy superior a las 108 que venían entregando antes de la cuarentena.
“Decidimos abrir otro lugar para preparar la cena y que no caminen tantas cuadras, para cumplir lo que se pide”, explicó David en diálogo vía skype con el móvil de ECO Noticias. De este modo, se organizaron para cubrir dos zonas del barrio y evitar grandes desplazamientos hacia un solo lugar.
Maria José es la otra coordinadora del espacio y refirió que todos los días tienen entre 12 y 15 personas nuevas que llegan buscando un plato de comida para sus familias.
“Son gente que trabaja por día y se ha parado todo, las obras, las changas. Se quedan sin laburo y sin plata, no tienen para comer y son familias numerosas. No le damos a los pibes solamente, le damos a toda la familia”, detalló.
“Seguimos con la misma ideología; la comida debe tener todos los ingredientes carne, verduras condimentos, su puré de tomates, y variar el menú”, se explayó David, quien destacó la labor del municipio para garantizar el suministro de insumos que permitan llevar adelante semejante tarea.
La pandemia, además, obligó a emplear nuevas formas de contacto y organización, sobre todo en lo atinente a restringir la acumulación de personas y mantener las condiciones de limpieza e higiene recomendadas. En este punto, la tecnología es la gran aliada para mantener una comunicación constante sin necesidad de exponerse de modo presencial.
“Tenemos comunicación por Whatsapp con recomendaciones, les dimos el papel para que circulen libremente y que no tengan problemas por si la policía los para, hablamos de desinfección y limpieza, pedimos que no manden a los niños”, enumeró María José.
Defender el territorio de las necesidades
Nazarena Camer milita en La Cámpora y para ella el trabajo comunitario es parte de su vida. La agrupación tiene presencia territorial en Villa Laza, Barrio Belgrano, Barrio Palermo, Villa Aguirre y La Movediza, y a pulmón despliegan todos sus recursos para contener la emergencia. Una de las mayores preocupaciones es el debilitamiento del entramado económico producto del trabajo precarizado e informal. Familias que en condiciones normales se las rebuscan para obtener ingresos, en esta coyuntura ven restringidos sus posibilidades al máximo.
“Con esta emergencia los mayores problemas son el gas envasado (para cocinar e higienizarse) el alimento, el acceso a internet para poder inscribirse a los beneficios sociales e informarse, la atención en los centros de salud y en La Movediza el agua siempre fue un problema, pero ahora se nota más”, graficó en comunicación con El Eco de Tandil.
“Priorizamos el bienestar y el amor a la gente, lo que te pueda decir yo es lo que te va a contar cualquier persona de cualquier organización”, reflexionó.
Desde su lugar entregaron alimentos y artículos de limpieza a las familias que saben que lo necesitan y tuvieron un gran incremento en la demanda que los desabasteció por el momento.
“Nosotros no tenemos más recursos, estamos todas las organizaciones a disposición del Municipio para articular con ellos y ver de qué manera podemos llegar a todo el mundo”, explicó la joven. Como parte del Frente de Todos, aguardan que los concejales de ese espacio generen la articulación con los funcionarios comunales para dar respuestas a todos aquellos que la están pasando mal.
“En estos momentos las organizaciones tienen un rol fundamental porque están de cara a la gente, más allá del aislamiento los lazos de mantienen y estamos todos en contacto con la gente de la manera que se puede. Es un rol que siempre tuvimos y ahora podría ser útil para vincular con el Municipio y llegar toda la gente que no la pasa bien”, sostuvo.