Sucesos notables en la historia de Tandil
La Selección de futbol del año 54 - Cap. 1
Fuente: archivo El Eco.
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Autor: Juan R. Castelnuovo (1935-2022).
Luego de ganarle a Azul 2 a 1, a Juárez 1 a 0, a Maipú 4 a 0 y a La Plata (entonces Eva Perón) 2 a 1, el seleccionado de la Liga Tandilense de Futbol enfrentó el 22 de agosto a su similar de Mar del Plata, con quien no había jugado en los últimos 16 años.
El equipo local formó entonces con Mingo Pastor, Julio Inchausti, y Luis Sklenard, José Osvaldo “Yiyo” Conte, Pedro Bogue y Sabino Domenez: Roque Gallo, Benito “Tocho” Gárate, José Calvo, Darío Carreño y Norberto “Negro” Quinteros, en tanto que el equipo visitante se alineó con Saldumbere, Salazar y Pirosanto; Pacheco, Sulpicio y Gáspari, Levis Georgetti, Borgnia, Nery y Silva.
El partido tuvo lugar aqui en el estadio General San Martin y generó una incidencia que derivó en tumulto, debiendo ser suspendidas las acciones cuando corrían los 22 minutos de la segunda etapa.
El detonante del entrevero fue el gol logrado a los 62 minutos de juego por Tandil. José Calvo peinó la pelota con golpe de cabeza a los pies del wing derecho Gallo -muchacho de Tres Arroyos que a la sazón hacia la "colimba" en Tandil- este corrió hacia el centro, amagó shotear a la derecha descolocando al arquero y disparó un tiro elevado hacia el lado opuesto que llegó a la malla, fuera del alcance de Saldumbere.
Reanudado el juego poco después, en un clima de acentuado nerviosismo, Raul Nery -insider marplatense- derribó a Tocho" Gárate con un violento "guadañazo”: tras lo cual le aplico un puntapié alevoso en el pecho.
Esto motivo la reacción de quien estaba más cerca de la escena -Darío Carreño, quien se lanzó sobre el agresor tomándolo del cuello. Este logró zafarse y emprendiendo veloz carrera, se dirigió hacia el peor lugar que pudo haber elegido: Mingo Pastor capitán del equipo local- quien ya había abandonado su valla y a toda carrera se dirigía para tomar parte activa en el conflicto. Y al producirse el encuentro desde luego que no tuvo inconveniente alguno en parar al delantero visitante con un trompón de esos que no se empardan.
A esta altura de los hechos, ingresaron a la cancha jugadores dirigentes, uniformados y parte del público, en momentos en que abundaban los puntapies, cambios de golpes, trompis e insultos de toda índole.
El árbitro Alfredo Rossi, no podía dominar la situación y fue por ello que indicó a los jugadores que bajaran al túnel donde se proponía impartirles severas instrucciones. Llegados allí, se produjeron nuevos enfrentamientos, al cabo de los cuales anunció el director del lance que Pastor, Carreño y Nery, debían considerarse expulsados.
Recompuesta la situación al cabo de veinte minutos, salió el árbitro de nuevo a la cancha, llamando a los equipos. Salió también la selección local, respondiendo a la convocatoria, con excepción de los expulsados y de Gárate, que estaba lesionado. Pero, no ocurrió lo mismo con el cuadro marplatense. Tras lo cual quedó la situación planteada a resolución del Consejo Federal de la AFA, ante quien reclamó el triunfo Tandil, en razón de hallarse en ganancia y en virtud de la deserción de su oponente. Y Mar del Plata, por su parte, solicitó que se descalificara a la selección local aduciendo que había existido invasión de cancha por parte de los adictos. A esto sucedió un ataque a nivel periodístico desde el balneario que, desde luego, tuvo aquí la correspondiente replica. Y esto contribuyó a exacerbar la situación. A tal punto que culminó con la ruptura de relaciones entre las dos ligas.
Tras largos cabildeos, días más tarde el organismo rector del futbol del interior opto por un fallo salomónico, disponiendo que se jugaran los 23 minutos pendientes. en cancha neutral y a puertas cerradas designando a tal efecto la ciudad de Maipú.
Esos 23 minutos complementarios del tiempo de juego interrumpido en Tandil, se jugaron el 6 de septiembre del mismo año 54 en la ciudad indicada, donde más allá de la expectativa por la dilucidación del match, se formó un clima bastante enrarecido, al que contribuyó la reanudación de las acciones en campo neutral y a puertas cerradas. Y, también, la diferencia de jugadores 9 Tandil y 10 Mar del Plata, a consecuencia de la suspensión de los tres expulsados, Pastor, Carreño y Nery- el gol a favor del once tandilense, el escaso tiempo que restaba para modificar el score, la tensión derivada de los incidentes registrados aquí, la ruptura de relaciones entre las ligas y... la guerra periodística entablada entre ambas ciudades.
Todo esto conformó una situación muy especial, ya que los seguidores de uno y otro equipo viajaron a Maipú, aún sabiendo que si no lograban transponer el fuerte cerrojo que establecía la consigna de que el match debía ser a puertas cerradas... debían conformarse con quedarse afuera de la cancha.
A tanto llegó el afán por ver lo que estaba prohibido, que la barra "La Maquinita" de Mar del Plata, alquiló en 1.500 pesos el techo de una finca vecina, desde el que podía ver el partido por sobre el paredón del estadio. Y no fueron pocos -alrededor de 90- los que aparecieron con credenciales de periodistas" o "fotógrafos" - en muchos casos de máquinas sin rollos- "representando" a medios de comunicación que, también en muchos casos... ni siquiera existían.
Continúa.
NdlR: Esta nota fue publicada originalmente hace 25 años por El Eco de Tan