Cambio climático
La reducción de la huella de carbono se convirtió en uno de los objetivos primarios de la actividad productiva
El sector agroindustrial tiene el compromiso de abonar a un Tandil verde, protector del ambiente, con actividades económicas sustentables y sostenibles, y que pueda generar alternativas para acompañar los procesos productivos de aquellos sectores que necesitan mejorar sus índices en este aspecto. Los próximos años serán decisivos en la batalla contra el cambio climático y el éxito dependerá de nuestra capacidad para disminuir la huella de carbono.
La huella de carbono representa el volumen total de gases de efecto invernadero (GEI) que producen las actividades económicas y cotidianas del ser humano. Conocer el dato, expresado en toneladas de dióxido de carbono emitidas, es importante para tomar medidas y poner en marcha las iniciativas necesarias para reducirla al máximo, un plan global que ya ha comenzado y que también incorpora a cada individuo en el planeta Tierra día a día. A raíz de este plan de reducción internacional y con el objetivo puesto en la ampliación de conocimientos sobre las diversas maneras de mejorar la relación con el ambiente y la diversidad, el director de Asuntos Agropecuarios del municipio, Cristian Trevolazabala y el Ingeniero agrónomo, José Cano, dialogaron con este multimedio, sobre esta temática transversal a toda la sociedad.
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Días atrás integrantes de la Comisión Directiva de la Cámara Agroindustrial de Tandil mantuvieron un encuentro virtual con las investigadoras Paula Juliarena y Banira Lombardi, integrantes del grupo de fisicoquímica ambiental del instituto de física Arroyo Seco (IFAS), dependiente de la Facultad de Ciencias Exactas de la Unicen. El objetivo del encuentro fue continuar con la ampliación de conocimientos sobre las diversas maneras de mejorar la relación con el ambiente y la diversidad, en este caso específico sobre la temática Huella de Carbono.
Trevolazabala participó de dicho encuentro y señaló que, “estamos hablando del ciclo de vida de un producto, desde su producción hasta que se consume. En Tandil se está trabajando hace dos años en el tema, sobre todo en la ganadería y en la agricultura, a base de registros que se van calculando para medir el impacto ambiental de estos procesos productivos o el ciclo de un animal. El planteo es sensato y amplio para todos los niveles sociales, de cómo es el uso y consumo diario de un pantalón, un teléfono celular o el traslado en un vehículo por la ciudad. Ahí cada uno puede ir tomando conciencia del impacto que genera como ciudadano”.