Jubilados en temporada
La edad no es un límite para los que forman parte de la Colonia de Adultos Mayores
Los grupos de retirados mayores a 55 años desde principios de enero pudieron empezar a disfrutar de la pileta de la temporada. Guiados por docentes de educación física y guardavidas se animaron a la pileta un año más.
El dos de enero comenzaron variadas actividades acuáticas en la ciudad dentro de las cuales están las colonias de verano. Particularmente, El Eco de Tandil visitó aquella conformada por adultos mayores, jubilados que se reúnen en el centro de jubilados ubicado sobre la calle Figueroa 840.
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Además de proveer de clases de natación en la pileta del lugar, los integrantes que tienen más de 55 años, tienen un espacio para jugar a las bochas , tejo y tablones con sillas para compartir juegos de mesa como el “Buraco” o “Roaming”.
El espacio abre sus puertas durante todo el año y todas las jornadas son coordinadas por la Dirección de Deportes del Municipio, guardavidas y docentes de educación física. El Eco de Tandil conversó con la profesora de educación física y coordinadora del lugar, Lucía Díaz, que amplió información sobre los diferentes aspectos que toman este tipo de jornadas sobre los más grandes.
Los inscriptos están divididos de acuerdo a la zona de su domicilio por cercanía y desde el área de desarrollo social tienen el servicio de transporte que los acerca a la sede.
A su vez los grupos se encuentran organizados en categorías determinadas para realizar actividades con distintas dificultades durante las clases, de acuerdo a sus condiciones físicas y de salud con la que cuenta cada uno.
Por un lado los considerados principiantes, ubicados en la parte más baja de la pileta donde están aprendiendo a meter la cabeza abajo del agua y quitarse el miedo de nadar. “Hacemos todo lo que es movilidad articular, juegos en grupos grandes, flotación y una vez que están medianamente listos y vamos probando con los otros profes probamos de ir a la parte media”, detalló Diaz.
Una vez pasada esta etapa, en la sede “hay profes que enseñan distintos estilos según lo que puedan ir haciendo de acuerdo a las condiciones de salud. Y ya en la parte más profunda están los más avanzados que algunos vienen hace varios años y hacen más que nada flotación y las técnicas de nado propiamente dichas.”
Asimismo es importante destacar que los cupos para inscribirse son limitados, y luego de la pandemia se observó un aumento de matriculados que fueron consecuencia de cambios requeridos en materia de edades que podían asistir, por lo que a partir de este verano los adultos podían ser desde mayores a 55 años, mientras que años anteriores eran desde los 65.
El docente y preparador físico Mauro Castronovo agregó que “la realidad que no hay muchas opciones para el adulto mayor y que en el verano se abra esta posibilidad es hermoso. Y también tienen la posibilidad de viajar con el grupo que se forma y vamos a un campamento en San Cayetano”, donde también se comentó que muchos tuvieron la posibilidad de conocer por primera vez el mar.
En la misma línea, una alumna contó su experiencia que aprendió a nadar en el lugar, la jubilada María Santoro, de 74 años, detalló que “empecé a los 60 años más o menos, con un profesor que fue un divino, que me tenía una paciencia porque le tenía terror al agua. Desde ese momento, empecé de a poquito a meterme a la pileta, hasta que ahora mirá donde estoy, soy parte de los grupos de avanzado ya nadando en la parte profunda. Y la verdad me siento bárbara. Incluso tengo problemas de columna y en el manguito rotador, pero los profes ya los conocen y adaptan las clases para poder hacer todo.”