Funcionarios y propietarios de las cavas de Cerro Leones recorrerán el lugar para verificar las medidas de seguridad
Se llevará a cabo luego de intercambiar una serie de cartas donde se pedía que la empresa lleve adelante diferentes acciones para resguardar a las personas que ingresan en el predio. Falta definir la fecha para acceder al lugar y poder realizar la inspección ocular. Desde el Municipio sostienen que no se realizaron todos los puntos acordados previamente.
Con la llegada del verano y la importante presencia de vecinos que accede diariamente al predio privado de las cavas de Cerro Leones para hacer uso de los espejos de agua, en un entorno natural distinto y único en la ciudad, las acciones del Municipio se repiten para buscar llevar mayor seguridad al lugar.
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En diálogo con El Eco de Tandil, el secretario de Legal y Técnica del Municipio de Tandil, el doctor Andrés Curcio, informó que, a partir de la visualización propia de las cavas en los últimos días, enviaron una nueva carta documento a la empresa privada propietaria del lugar, Apilar S.A, con sede en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para que realicen el estricto cumplimiento de la propuesta elevada en su momento para brindar dotar de soluciones paliativas de seguridad en el lugar.
Curcio destacó que “este miércoles nos enviaron una respuesta a través de una carta asegurando que ellos habían cumplido con la propuesta presentada en su momento y, además, señalaron que el Juzgado Civil y Comercial 1 de la ciudad y la Cámara de Apelaciones, aún no se expidieron sobre la temática en particular”.
A principios del año pasado, la Cámara de Apelaciones solicitó que el Municipio coordine acciones con la empresa dueña del predio para evitar el acceso de personas ajenas al lugar, con el fin de prevenir que ocurra un nuevo accidente fatal, como el sucedido el 13 de enero de 2011 con Matías Ángel Correa, quien falleció ahogado mientras se bañaba en las cavas.
La empresa Pilar S.A y el Municipio presentaron un proyecto en conjunto, en el que la empresa se comprometía a tres cuestiones fundamentales: la colocación de cartelería, la reparación del tejido en caso de que esté roto y la construcción de dos paredes de piedra en la zona de acceso a la playa.
Desde el Municipio siempre se señaló que hasta el ingreso al lugar se puede tener algún control, pero que ya en el interior del predio de 55 hectáreas el Gobierno local no tiene injerencia por tratarse de un ámbito privado.
Inspección ocular
La novedad pasa ahora, según destacó Curcio, que la empresa habilita el acceso al lugar junto a funcionarios municipales para corroborar las medidas de seguridad tomadas en base al proyecto conjunto presentado en su momento.
“Mandamos una nueva carta documento para fijar finalmente una fecha para poder acceder al lugar y constatar el trabajo realizado”, dijo el secretario de Legal y Técnica.
El funcionario sostuvo que “ahora es tiempo de esperar la respuesta y que designen a una persona para poder realizar la inspección ocular. Ellos tienen un apoderado legal acá en Tandil, pero habrá que ver cómo resuelven el tema”.
Un peligro para la familia
Una y otra vez, Curcio remarcó el peligro latente que significa las cavas para los vecinos de la ciudad que acceden cotidianamente al lugar.
“No hay ningún tipo de seguridad. El espejo de agua es una cava, en el fondo hay piedras, musgos y cualquier persona que se tire al agua corre riesgos. No queremos volver a tener que lamentar un deceso como ya sucedió. Es importante tomar conciencia”, reclamó.
Caso omiso
El último recorrido que realizó El Eco de Tandil en el lugar fue en la agobiante jornada de calor del pasado 23 de diciembre cuando muchas familias, jóvenes en sus motos y grupos de amigos se hicieron presentes en las cavas.
Para Jorge, “el lugar está muy bueno. Desde hace un año que venimos con mi novia y pasamos el día al aire libre. Sería mucho mejor que al Municipio lo dejaran ocuparse de este predio, porque es mucha la gente que se acerca, quizás hoy no se vea tanto, pero con más calor son muchas las personas que vienen”.
“Antes íbamos al Dique, pero desde que nos enteramos de este lugar vinimos, nos gustó y lo disfrutamos”, indicó Mirta por su parte y agregó: “Es un sitio virgen, acá no hay nada, ni hay gente que quiera aprovecharse vendiendo a un alto precio una gaseosa. Nos cuidamos entre nosotros o con la gente que está a nuestro alrededor al momento de ir al agua. Con la comida, armamos sándwich, traemos agua, gaseosa y alguna cerveza en la heladera de camping y además, el mate que siempre acompaña”.
José, que estaba con un grupo de amigos, ir hasta Cerro Leones “está copado”, y añadió que “llegamos en moto con los chicos, nadie molesta, traemos un parlante y con bluetooth del celular ponemos música, nos bañamos y pasamos un día genial”.
En coincidencia con lo que muchos de los que asisten al lugar piensan, remarcó que “esto es mil veces mejor que el Dique”.