Caminata
En el Día de la Preservación de las Sierras reclamaron que se modifique la política que permite edificar en ellas
Tras la suspensión por el mal clima del sábado, finalmente se concretó la caminata organizada por la Asamblea ciudadana a fin de celebrar el Día de la Preservación de las Sierras en Tandil.
Así, un grupo de gente salió desde el monumento al Fundidor y compartió una jornada de recorrida el domingo para repasar la historia, importancia y valor del complejo serrano tanto para los ciudadanos como para todas las especies que allí viven, y también las problemáticas que lo están perjudicando en la actualidad.
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En la ocasión, luego del trayecto, compartieron algunas reflexiones que no dejaron de lado la preocupación por la reciente adjudicación de la obra para avanzar en una planta desnitrificadora de agua en la ciudad.
La inquietud ya había sido manifestada desde la Asamblea antes del 28 de septiembre, fecha en que el intendente Miguel Lunghi firmó el decreto de cesión de la licitación pública para la ejecución de la primera etapa de esa planta.
Así, el grupo ciudadano, reeditó su reclamo a las autoridades para que modifiquen su política de permiso de ocupación en las sierras y que se garantice el “acceso público y el cese de las construcciones”.
Al abrigo de los cerros
Un día, en representación de todos los días, la Asamblea celebró especialmente la existencia de las Sierras de Tandil y la vida que en ellas habita. Vale recordar que el 2 de octubre fue reconocido por Ordenanza Municipal 12445 en 2011 como el Día de la Preservación de las Sierras.
“Este día y cada día, hay razones para celebrar, para conocer más y también para luchar por su cuidado”, determinaron, resaltando su función en la identidad de los tandilenses. .
En la recorrida, como develó una de las referentes del grupo, Ana Fernández, repasaron un poco de la historia que tiene de protagonistas a las viejas rocas con más de 2.200 millones de años. Ya ellas existían incluso cuando no había plantas, ni animales, ni hombres.
Como mencionaron, ellas se formaron cuando aún África y América eran parte de un solo continente: Gondwana. Fueron habitadas por pueblos originarios que le pusieron de nombre Tandil.
“La ciudad creció al abrigo de los cerros y a la vera de los arroyos que se nutren de sus manantiales. Caminarlas fue siempre una forma de celebrar la relación amorosa con la naturaleza. El valor de las Sierras de Tandil es inconmensurable y nos precede. Valen en sí mismas, para nosotros y para la vida que albergan”, reflejaron.
Sin embargo, lo que tan poético suena, deja de serlo al advertir la cantidad de problemáticas que van afectando a ese ecosistema y de las cuáles quiénes integran la Asamblea para preservarlas se hacen eco.
“Reclamamos a las autoridades que modifiquen su política que, por acción u omisión, está permitiendo la ocupación de las sierras de Tandil, que se garantice el acceso público y el cese de las construcciones”, aseveraron.
Asimismo, convocaron a la gente a elegir servicios que no degraden el ambiente serrano y a sumarse en las acciones por la preservación para poder disfrutar tanto hoy como en el futuro de la belleza natural de las sierras.
La planta desnitrificadora
Al conversar con El Eco de Tandil, Fernández reveló que luego de la caminata y analizar lo que está sucediendo con la planta desnitrificadora de agua, arribaron a una serie de conclusiones que compartió.
En primer lugar, consideraron que la información del Municipio presenta la Planta como una necesidad dada por la antigüedad de los pozos acuíferos. Pero, en ese sentido, señaló que el hecho de que un pozo sea añejo no significa que necesariamente tenga que tener un porcentaje de nitratos y nitritos superior a lo normal.
“No es una cuestión de antigüedad, sino de prevención de todas esas causas que pueden generar la nitrificación”, explicó y lamentó que se esté buscando atacar al problema sin proponer una solución a la causa.
Al respecto avaló la necesidad de “hacer algo” si es que hay agua con más nitritos de los que corresponde, para que sea totalmente potable y no resulte nociva para la población. Aunque, identificó que si no se aborda una solución de fondo, todos los pozos terminarán teniendo el mismo problema.
Para entender, enumeró que las causas que llevan a esas consecuencias son en primerísimo lugar, el tratamiento inadecuado de efluentes que surge de la cantidad de construcciones ejecutadas en lugares que no tienen cloacas y particularmente sobre las sierras.
“Las sierras son el principal área de recarga del acuífero”, informó y destacó que es muy difícil establecer sistemas de desagües eficientes allí, por lo que inevitablemente incurre en la nitrificación.
Entonces, evaluó que novan a alcanzar las plantas que pongan para desnitrificar y seguirá siendo un inconveniente “constante”, donde la población termina haciéndose cargo de un problema ambiental y de obra pública, ya que como recordó para esto se destinará un fondo cercano a los 60 millones de pesos.
En la oportunidad, Ana Fernández reiteró que en gran parte de la cuenca de la cual se abastece el acuífero que provee de agua a la ciudad, también está sujeto a la complicación que le generan otros tipos de efluentes orgánicos como los inadecuados tratamientos a residuos industriales y el uso abusivo de fertilizantes en la agricultura.
“En definitiva, lo que creemos es que hay un mal manejo de algunas actividades y de algunas decisiones, como el Plan de Ordenamiento Territorial que no se cumple y se permite la construcción sobre las sierras y lugares sin cloacas, y también el tipo de modelo de agricultura”, sintetizó, considerando firmemente la necesidad de abordar el problema desde la causas.