Despedidos de Loimar marcharon y confirmaron que hay una minoría que estaría dispuesta a volver a la empresa
Los delegados ratificaron que Juan Loitegui estaría “tentando” a unos 25 trabajadores para reabrir la fábrica, pero sin ofrecer una propuesta concreta. Esperan que sus compañeros no lo hagan a cualquier costo y se genera la duda de qué pasaría con los otros 50. Piden la intervención de la justicia para que todos puedan cobrar lo que se les adeuda desde el año pasado.
Sin novedades hasta el momento, ayer los trabajadores de Loimar decidieron una vez más salir a visibilizar su situación, que se torna cada vez más incierta con el pasar del tiempo. Por esto, a las 10 unas 50 personas se reunieron en la esquina de Paz y Mitre y marcharon hasta Rodriguez y luego hasta el Municipio, manteniendo el distanciamiento social obligatorio, con tapabocas, haciendo sonar los bombos y su realidad.
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A dos semanas de haber efectuado la última manifestación pública, los empleados despedidos de la empresa liderada por Juan Loitegui salieron nuevamente a las calles, cubiertos por la sensación de que su reclamo ha quedado en segundo plano y ya no se atienden sus necesidades. Sin intención de ser recibidos por algún funcionario, expusieron que el objetivo era mantener el reclamo vivo.
“Los tiempos nuestros no son los mismos que tienen ellos, necesitamos que el Estado accione de manera urgente”, planteó Sebastián Gere, uno de los delegados gremiales de la Federación Obrera Ceramista de la República Argentina (Focra).
Una vez instalados en la explanada de la Municipalidad, se colocaron detrás de su ya tradicional bandera de “Empleados en Lucha” y levantaron otros carteles con dos mensajes claros: “Queremos trabajar todos” y “Que la Justicia le pida los libros contables a Loitegui”.
Tentar a la minoría
Como han ido, en la medida de lo posible por la cuarentena a hacer algunas guardias, pudieron garantizar que la planta sigue inactiva. Igualmente, desde la última protesta efectuada el mes pasado, trascendió que la empresa estaría a punto de abrirse con unas 25 personas a reincorporar.
Ante esto, Gere confirmó que el empresario estaría tratando de convocar a un grupo de trabajadores “aprovechándose de la necesidad que están pasando esas familias”.
Consideró que al no tener ningún ingreso de dinero, se hace difícil sostener la situación por lo que comprenden a esos compañeros, pero la intención es que “no se dejen apretar”. “Se está aprovechando de esa urgencia que tienen”, se quejó.
Si bien remarcó que respetan la decisión de cada uno de los trabajadores, porque el gremio representa a todos, lo que no quieren es que vuelvan a trabajar a cualquier precio. Incluso reveló que algunos no pudieron acercarse a la convocatoria por estar realizando changas.
Además, como la oferta sería para esa veintena de personas, se preguntan “¿qué pasará con el resto? ¿quién les va a pagar lo que se les debe?”. De todas formas, el delegado explicó que “no les ofreció ninguna propuesta concreta”, por lo que esperan poder asesorar ese grupo y evitar que sigan perdiendo.
Recordó que a todos se les adeuda mucho dinero de sueldos ganados y la intención es que se haga justicia para todos por igual. “Nos pasa a todas las familias que llegamos a un cansancio mental que no sabes qué futuro tomar, para dónde salir, si buscar otro trabajo; pero nosotros como delegados respetamos lo que se decide en asamblea que fue seguir defendiendo a los compañeros”, aclaró y agregó que no confrontarán con la minoría ni le prohibirán el derecho de trabajo, pero que exijan saber cuáles serán las condiciones.
La empresa quiere abrir
Aunque la respuesta desde los Estados últimamente siempre se escuda en la pandemia por coronavirus, están en conocimiento de que han llamado a Loitegui, sin embargo hasta el momento no hay respuesta sobre lo que pretende hacer con la fábrica.
“Si él quiere usar a los compañeros, como lo está haciendo, es porque quiere abrirla, entonces que se haga cargo y haga las cosas como debe”, planteó, indicando que debe hacerlo ante el Ministerio de Trabajo. Aseguró que el empresario está invirtiendo tiempo en romper la unión que han logrado entre los empleados. “No queremos confrontar entre nosotros”, subrayó.
Por esto es que los despedidos consideraron que la Justicia debe intervenir pidiendo los libros contables al dueño de la empresa, para que tenga la obligación de explicar por qué no puede pagar lo adeudado.
Gere recordó que prácticamente desde inicio de 2019 empezaron a dificultarse los pagos de sueldos, ya que recibían parte de las quincenas en cuotas hasta que a partir de julio todo empeoró. Incluso, no percibieron ninguno de los aguinaldos correspondientes al año pasado y la situación para muchos ya se está volviendo insostenible económicamente.
Por otro lado, desde el punto de vista de los derechos alcanzados, contó que desde el 2008 se lograron muchas condiciones de trabajo dignas y de seguridad, y no quieren perderlas.
En este tiempo, la economía se ha recrudecido mucho para las más de 80 familias que están directamente ligadas a Loimar. Desde el gremio se han movilizado para conseguir mercaderías y también, desde una gestión de la Focra, lograron que se le otorgue una ayuda de 10 mil pesos a cada uno de los trabajadores, “tanto de la minoría como de la mayoría”.
La lucha
Cabe recordar que en noviembre del año pasado, luego de fallidos intentos por llegar a un acuerdo, los empleados buscaron otra alternativa para alcanzar una negociación.
Ante la imposibilidad de avanzar en el diálogo y sin resultados en la conciliación obligatoria, el Sindicato de Ceramistas comenzó a manifestarse con un paro. En principio se posicionaron al frente de la fábrica con varias cubiertas desplegadas en el piso y algunas de ellas prendidas fuego.
Las medidas de fuerza se siguieron sucediendo a lo largo de estos ocho meses de distinta manera, con protestas, marchas, acampe y recolección de firmas.
Tal como destacaron los delegados, las manifestaciones se sucederán a lo largo de estos días e irán viendo de qué manera seguirán visibilizando su reclamo.