Junto al monumento a Martín Rodríguez
A un paso del Bicentenario, la ciudad celebró su 199 aniversario en la cima del Parque Independencia
Recobrando una de las tradiciones interrumpidas por la pandemia, Tandil volvió a festejar su cumpleaños con un acto junto al monumento de su fundador. Con repaso de la historia caminada y fuerte énfasis en el futuro, el intendente auguró un futuro promisorio, de trabajo, donde los protagonistas siempre son los ciudadanos que día a día construyen la ciudad.
En la mañana de ayer, y tras dos años de pandemia que imposibilitaron los festejos, la ciudad pudo volver a celebrar su aniversario en el sitio emblema. En lo alto del Parque Independencia, a los pies del monumento a su fundador, Martín Rodríguez, la comunidad se reunió a aplaudir los 199 años, a recordar la historia, homenajear la expansión y augurar buen trabajo en el último tramo hacia el Bicentenario.
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Para comenzar, la Banda Municipal entonó el Himno Nacional Argentino y el Feliz Cumpleaños al final. Entre medio, diferentes personalidades políticas, militares y referentes de comunidades otorgaron ofrendas florales a la memoria del brigadier Rodríguez.
Luego, como la fecha también fue punto de encuentro para la reunión del consejo de la Red de Mercociudades, el actual presidente del grupo otorgó un presente a este Municipio y ofreció palabras de reconocimiento. Fernando Grey, intendente de Esteban Echeverría la consignó como una localidad "pujante y emprendedora".
Para finalizar, el jefe comunal de los tandilenses, Miguel Lunghi, se manifestó contento por haber recobrar la celebración en la cumbre del Parque y puso énfasis en que la construcción de la historia la hacen todos los ciudadanos, donde ninguno vale más que otro.
“Yo les vengo a proponer, a la hora de desandar el camino hacia el bicentenario, que además de prepararnos como lo estamos haciendo para celebrar el acontecimiento, sepamos que lo más importante sigue siendo la historia de todos los días. El hombre común y la mujer común de todos los días”, pronunció.
Una ciudad de gala
Ni una sola nube decoraba el cielo tandilense al rondar el mediodía, el celeste impoluto permitió que todos los rayos del sol cayeran sobre el Partido, desde la cima del Fuerte la ciudad resplandecía, como vestida de gala.
Autoridades municipales, eclesiásticas, civiles y militares, instituciones, grupos tradicionalistas y representantes de las colectividades, entre otros, se dieron cita en la ocasión para compartir el acto del cumpleaños número 199 de Tandil.
Para iniciar, el Jefe de la Agrupación 4 de Abril, primer Teniente Emmanuel Salvador, presentó formalmente las tropas para dar paso luego al izamiento de la bandera, acto acompañado por la Banda Militar que entonó los acordes de “Aurora” y seguidamente del Himno Nacional Argentino.
A pesar del otoño, la calidez prevaleció a lo largo del acto, en el que de acuerdo a la costumbre brindaron ofrendas florales al creador de esta ciudad. En primer lugar, la acción estuvo en manos del Intendente y del presidente del Concejo Deliberante, Juan Pablo Frolik, seguidos del comandante de la Primera Brigada Blindada, coronel Miguel Ángel Salguero y por la Sexta Brigada Aérea, el comodoro Aníbal Hernán Leiva.
En la secuencia se sucedieron el titular del Consejo Escolar Fabián Riva, Héctor Almada en representación del Centro Veteranos de Guerra, los referentes de la asociación civil de exSoldados del Batallón de Infantería de Marina 1, José Luis de la Torre y Oscar Mastropierro.
Luego llegó el momento de los titulares de la Unión de Colectividades Germán Menacho y Clarisa Rodríguez, los respectivos a la Asociación de Regiones Italianas Carlos Alcobruni y Rodrigo Espelozzo; y finalmente en representación del Museo de Malvinas el vicepresidente Guillermo García.
Municipios hermanados
El acto continuó con la participación del intendente de la localidad de Esteban Echeverría, Fernando Grey, quien junto a Lunghi descubrieron una placa que obsequió dicho Municipio a esta ciudad y será colocada en el hall de entrada al Palacio Municipal.
En sus palabras de saludo por el aniversario, Grey, también presidente por el año en curso de la Red de Mercociudades, reconoció el espíritu pujante y emprendedor de Tandil y reveló aspectos que hermanan a ambas localidades.
Resulta que la familia Santamarina, precursora y con sustanciosa incidencia en el desarrollo de estas tierras, también marcó los inicios de Esteban Echeverría. De esta manera, remarcó que son pueblos que están entrelazados desde hace muchos más años que los pensados.
Con estos trazos históricos, celebró el 199 aniversario, resaltó la importancia de la Red de Mercociudades y homenajeó a los veteranos de Malvinas.
Por otro lado, la Comuna también recibió un presente por parte del Municipio mendocino de General Alvear, de manos de su intendente Walther Marcolini.
El valorado entramado vecinal
Dirigiéndose a los presentes y vecinos en general, el intendente Lunghi valoró el poder haber retornado a la histórica y querida cumbre del Parque Independencia, luego de que la pandemia clausurara sueños, vidas, seres queridos, emprendimientos y proyectos, para empezar a palpitar la cuenta regresiva hacia el bicentenario de Tandil.
Así como recordó a las generaciones pasadas que fueron parte del centenario de la ciudad, pidió alejar de los actuales “cualquier idea grandilocuente”. “Nos tocará, si Dios quiere, estar en el momento de las doscientas campanadas, o de las doscientas velitas y viviremos ese día con la emoción y la responsabilidad que merece”, sostuvo, resaltando que “cuanto más brilla el bronce de la historia delante de nuestros ojos, más sencilla y más humilde y más terrenal tiene que ser la lucha”.
En este sentido, propuso que camino a los 200 años, se ponga el foco en reconocer que lo más importante sigue siendo la historia de todos los días, creada a través del hombre común y la mujer común de todos los días que comprenden el entramado de vecinos.
Enumeró así al “albañil que canta en el andamio mientras hace la casa de los otros, la maestra que empuña la tiza, el bombero que apaga el fuego, el actor que crea una ilusión, el emprendedor que hace de su sueño personal el trabajo de muchos, la enfermera que hace el trabajo de pocos, el médico que cura, el colectivero que recorre la ciudad llevando cada día decenas de historias, la repostera, el cocinero, el mozo, la abogada, el contador, el zapatero remendón, el empresario, el camionero, el almacenero del barrio, la modista, el metalúrgico, el ingeniero, el estudiante”.
El jefe comunal invitó a mirar el valle desde la altura y poder observar a la ciudad que ha crecido pujante y que no deja de expandirse. “Vemos un pequeño mundo, el nuestro, y vemos que ese pequeño mundo está habitado por 140 mil almas. Ninguna es más importante que la otra, ningún vecino vale más o menos que otro”, señaló como idea fundamental de justicia e igualdad, que confesó sigue siendo “el norte” de su gobierno.
Su alivio se respaldó en saber que, incluso inmersos en la globalidad, los tandilenses han sabido preservar la identidad, las costumbres y hacer de la energía del localismo una fuente de progreso. Al respecto preponderó la Marca Tandil y lo que hoy significa en el país.
“Defender la sustancia de nuestra identidad es entender que simplemente estamos trabajando con un sentido de proyección: queremos que esa ciudad que hoy disfrutamos también sea más disfrutable por nuestros hijos y nietos y bisnietos”, planteó.
Lo que ninguna grieta podrá lastimar
A lo largo del discurso, Lunghi ratificó que la peor tragedia ocurrida en estos 199 fue la pandemia de coronavirus. Sin embargo, aun remando contra el dolor y las pérdidas, enfatizó la “muestra cabal” de fortaleza que dejó a las claras la ciudad. “Se lo ve en el crecimiento de la industria del turismo, en la construcción incesante”, indicó.
Enumeró que esto es posible reconocerse en la industria del software, en la dinámica de la producción y el campo, en el emprendedorismo y la capacidad de reacción de los sectores más castigados. Conscientes de todo lo que falta, aseguró que se trabaja por ello, pero con el orgullo de saber todo lo que se es y lo que se tiene.
“No hay un solo metro cuadrado de Tandil que no responda al legado cultural de nuestros pioneros y precursores: el legado de la cultura del trabajo”, identificó, proponiendo aferrarse a eso rumbo al bicentenario, siendo mejor vecino con el vecino, entendiendo que desde la fundación hasta el presente hay por lo menos diez generaciones de tandilenses que vieron este mismo cielo, el mismo empedrado, que caminaron las mismas calles y plazas.
La mayoría de aquellos nunca apareció en los diarios ni están en los libros de historia, sino que son esos seres anónimos que hicieron Tandil, así que incentivó a portar su memoria “como un estandarte”. “Con todos ellos y con todos nuestros contemporáneos vayamos hacia el bicentenario con la camiseta de Tandil en el corazón, ese sentimiento que ninguna grieta puede lastimar”, concluyó.