VIDA SOBRE RUEDAS
“Los chicos de la Ruta” dejaron todo para recorrer el mundo y en su paso por Tandil contaron su historia
Un matrimonio se propuso viajar de Argentina al Mundo en casa rodante. Los impulsó la pandemia y salieron de Buenos Aires para el Litoral, luego fueron al sur y pasaron por esta ciudad. A punto de cumplir un año en viaje, ya llevan más de 25 mil kilómetros recorridos. La intención del próximo tramo es unir Ushuaia con Alaska, aunque todavía les queda definir por dónde cruzarán la frontera. “Sin prisa, porque hemos aprendido a ser dueños del tiempo”, dijo la pareja.
Ellos son Guille y Mari , una pareja que en medio de la pandemia por Covid entendieron que era hora darle un cambio radical a la rutina que llevaban en Buenos Aires. Así fue que dejaron sus trabajos, vendieron sus cosas y salieron a las rutas en una casa rodante.
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A este nuevo proyecto de vida, en el que no están solos porque sus dos gatos se sumaron a la aventura, decidieron llamarlo “Los chicos de la Ruta, ¡de Argentina al Mundo!” y así lo van reconociendo por las distintas ciudades y pueblos por los que van pasando.
Hace un par de días que llegaron a Tandil y ya este sábado siguen rumbo a su próximo destino, Pinamar, unas semanas antes volvieron a pasar por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para saludar a los afectos. Ahora, además de seguir sumando kilómetros, les queda pendiente planificar el resto del viaje que los llevará a cruzar la frontera.
Soltar todo y largarse
Tal como compartieron con El Eco de Tandil, fue en abril del 2021, después del pico máximo de la pandemia, cuando tomaron la determinación de dejar su vida en la ciudad Capital. Así que vendieron cosas, renunciaron a los trabajos y se mudaron a un motorhome para continuar sus días viajando.
“Y no lo hacemos solos, sino en compañía de nuestros dos gatos”, agregaron con énfasis al referirse a Pelu y Gris, quienes bien se adaptaron a este nuevo rumbo.
Entonces, la intriga fue conocer cómo fue ese proceso de cambio, qué los inspiró a hacerlo, porque transitando su cuarta década de vida y en lo que consideraron “lo mejor” de sus carreras profesionales optaron por soltar todo y largarse. Ahí fue que Mari contó que con Guille ya venían madurando la idea de alejarse de la ciudad.
“Queríamos un cambio en nuestras vidas, sobre todo en lo que respecta al estilo y ritmo, tener más contacto con la naturaleza y vivir un poco más el presente”, describió.
Al comienzo de la pandemia empezaron a ver a otras personas que ya estaban transitando esa manera de vivir viajando, quienes de alguna manera oficiaron de musas inspiradoras para animarse y dar el paso. “¿Si ellos habían podido patear el tablero, porque nosotros no?”, se plantearon y así, llenos de miedos e incertidumbres, empezaron a pensar con más firmeza en esa alternativa para ellos.
Claro que, como afirmaron, fue todo un vértigo pensar en dejar los trabajos estables, las rutinas armadas y ese cierto confort que les daba la ciudad, pero la semillita del proyecto ya se había sembrado, estaba creciendo con fuerza y Mari y Guille ya habían decidido darle forma.
Austeros, pero libres
“Salimos el día de nuestro segundo aniversario de casamiento (26 de abril de 2021), rumbo al Litoral, y ya llevamos recorridos más de 25000 kilómetros”, relataron.
A lo largo de las extensiones visitaron las provincias de Entre Ríos, Corrientes, Misiones y Salta, Jujuy, Catamarca, Tucumán, San Luis, Córdoba, Mendoza, Neuquén, Rio Negro, Chubut, Santa Cruz, y Tierra del Fuego. En esos tramos, anduvieron gran parte de la famosa y “hermosa” Ruta 40 y desde hace algunas semanas, subiendo por la Ruta 3 hicieron una breve pausa en CABA para ver a familiares, amigos y continuar viaje.
Inevitablemente se busca querer saber de qué viven o cómo es que se sustentan desde que se lanzaron al cambio radical, y de hecho confirmaron que esa es “la pregunta del millón”.
Revelando el misterio, contaron que el objetivo cuando salieron era poder lograr financiarnos con la generación de contenido digital para Instagram y Youtube, y, a la vez, poder trabajar como sponsors de marcas que se quieran asociar al proyecto.
“Por suerte ambas cosas vienen creciendo, y seguimos apostando a poder autofinanciarnos con eso, aunque de momento lo hacemos con ahorros”, explicaron. En este sentido, destacaron que llevan una vida muy austera, por lo que gastan mucho menos que viviendo en la ciudad.
Sin prisa, hacia Alaska
Hoy, a pocos días de cumplirse un año de salida a la ruta, el viaje los encuentra en Tandil y se mostraron muy sorprendidos del crecimiento que advirtieron en la ciudad. Más allá de su expansión, identificaron que lo que les gusta de ella es que a solo tres kilómetros del centro “ya se encuentra paz”.
Además, en su caso, considerando que generan contenido de los lugares que visitamos, reconocieron que Tandil ha resultado muy generosa. “Nos ofreció muchos atractivos para mostrar con sus circuitos históricos, religiosos, de sierras y obvio gastronómicos”, exclamaron, invitando a todos a estar atentos porque en los próximos episodios a través de sus redes sociales se podrán ver rasgos de estas serranías y sus atractivos.
“¿Cómo sigue el viaje? Aún no lo hemos decidido”, confesaron. Si bien hay algunas alternativas, no saben si el destino los llevará por Brasil, Bolivia, Chile o Uruguay. Lo que si saben con certeza es que en una primera etapa quieren unir Ushuaia con Alaska, y seguir eligiendo este estilo de vida.
Esta manera de vivir, como dijeron, no solo les permite conocer lugares, sino personas y atesorar momentos inolvidables. “Sin prisa, porque hemos aprendido a ser dueños de nuestro tiempo, solo nos corre la curiosidad y el anhelo de conocer nuevos lugares e historias”, expresaron con felicidad.
Invitaron finalmente, a todos los que quieran acompañarlos en este viaje y seguirlos en susredes sociales, Instagram y Youtube donde se los puede encontrar como @loschicosdelaruta.
Vale destacar que en Instagram publican más lo relacionado con la rutina diaria e información de lugares que visitan. Luego, en Youtube, tienen estreno de nuevos episodios todas las semanas, donde comparten su “vanlife” (o vida rodante) y los destinos que van visitando.
Así, a lo largo de la ruta y los kilómetros, Mari y Guille siguen escribiendo esta historia de convicción y libertad, con una partecita compartida en Tandil donde se manifestaron agradecidos por el cálido recibimiento.