Transicionar a una rutina de belleza sostenible

Hace un par de años, justo con la pandemia, Rosana Solvas y su sobrina Any Colussi decidieron hacer un emprendimiento conjunto basado en cosmética natural. “Yo había estudiado Aromaterapia aplicada a la cosmética y a ella le encanta y es muy buena vendedora, así que nos pusimos manos a la obra con esto que nos apasiona y beneficia mucho a nuestro cuerpo”, contó Rosana. 

Con ya un camino recorrido en el rubro, Solvas advirtió el notable crecimiento en la demanda de este tipo de productos naturales y se explayó sobre las virtudes tanto para la salud como para el medioambiente. 

“Por suerte mucha gente se está sumando y una vez que los prueban, los aman”, enfatizó. Dentro de la gama de este abanico es posible encontrar cremas faciales, corporales y para el cabello, además hay una línea terapéutica, como cremas para dermatitis, para dolores musculares, para piernas cansadas y fungicida. Asimismo, existe la línea Holística que trabaja sobre las emociones. 

“Algo impotente es la pasta dental, sin flúor y el desodorante sin sales de aluminio, que eso es cancerígeno y daña al planeta”, recordó, señalando la importancia de saber que no se está usando nada químico, nada sintético.

Algunos pasos a seguir

El impacto medioambiental de la industria cosmética convencional es significativo. Si bien es cierto que las pequeñas cantidades de sustancias químicas presentes en los convencionales no son dañinas si se evalúan individualmente, sí lo son cuando se contempla a nivel global. Por ejemplo, un envase de 150 ml de producto cosmético puede contener entre 130.000 y 2.800.000 microesferas de plástico.

Entonces, las sugerencias para volcarse a un consumo de cosmética consciente son:

1. Investigar marcas sostenibles: buscar marcas de belleza que se comprometan con prácticas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. Leer sobre sus políticas de ingredientes, embalajes y prácticas de fabricación antes de realizar compras. 
2. Optar por productos con ingredientes naturales: priorizar productos de belleza que contengan ingredientes naturales y orgánicos en lugar de químicos sintéticos. Los ingredientes naturales tienden a ser más suaves para la piel y menos dañinos para el medioambiente. Para ello, antes de elegir, se debe prestar mucha atención a la información del etiquetado, al INCI y a las certificaciones que posee el producto. 
3. Reducir el uso de productos de un solo uso: evitar productos de belleza que generen residuos de un solo uso, como toallitas desmaquillantes e hisopos de algodón. En su lugar, utilizar opciones reutilizables, como toallas de tela y discos desmaquillantes lavables.
4. Elegir embalajes sostenibles: optar por productos que utilicen envases reciclables, biodegradables o que estén hechos con materiales reciclados. Reducir el uso de envases de plástico es especialmente beneficioso para el medioambiente.
5. Reciclar adecuadamente: asegurarse de reciclar los envases y productos de belleza adecuadamente según las directrices del área. Al reciclar, se contribuye a la reducción de residuos y se ayuda al medioambiente.

La transición hacia una rutina de belleza sostenible puede llevar tiempo, así que no te sientas presionado para hacerlo de la noche a la mañana. Cada pequeño cambio que realices puede marcar la diferencia a largo plazo tanto para tu piel como para el planeta.