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Yoga para niños, una disciplina con beneficios físicos que transmite valores
Una propuesta para chicos de 3 a 11 años que también une lo lúdico con la creatividad a través del arte. Permite poder mirarlos en su totalidad y los invita a frenar y adquirir instrumentos para la vida.
El yoga para niños es un proyecto que nace de unir dos grandes pasiones que por un lado es el yoga, toda su filosofía y lo que implica para la vida; y por otro lado la pedagogía de la expresión con su pedagogía ludocreativa.
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Así lo definieron Florencia Guerendiain y Agustina Mena, profesoras de Educación Inicial y de yoga, con especialización en infantil y animación ludocreativa. Son responsables de Alquimia, un espacio que nació en pandemia y les permitió unir lo pedagógico con la filosofía del yoga.
En diálogo con Eco Salud del Eco Multimedios, manifestaron que “el yoga es una filosofía de vida y dentro de nuestra propuesta lo sentimos como una actitud hacia la vida, y no sólo tiene beneficios físicos en cuanto a lo que es el cuerpo humano, como relajar los sistemas circulatorio, digestivo, respiratorio, hormonal, y que también transmite valores como la cooperación, el respeto, la humildad, la libertad”.
Ante la consulta de por qué para niños, las profesoras explicaron: “porque nos parece que faltaba eso en la educación, poder mirarlos en su totalidad, al ser. Y por eso el yoga une mente, cuerpo y alma. Integramos lo lúdico, lo pedagógico con esa filosofía. Tener un tiempo para frenar y adquirir instrumentos para la vida”.
Como se acercan los niños al yoga
La propuesta está pensada para chicos desde los 3 hasta los 11 años y “las familias llegan porque se trata de algo novedoso para tan temprana edad y la unión con lo lúdico y la creatividad a través del arte”.
“Y también las familias se acercan por algo físico que tengan los niños y que algún traumatólogo o médico especialista deriva para probar las clases de yoga, relajar y trabajar bien el cuerpo físico”, indicaron las docentes.
Modalidad de las clases
En el espacio hoy cuentan con tres grupos que van de los 7 a los 11 años, y los otros dos de los 3 a los 6 años. “Los fundamentos de las clases son las mismas. Las partes de las clases se inician con un trabajo lúdico, que es un juego, una parte fundamental para todas las edades”, manifestaron Florencia y Agustina.
“Es la primera fase de la metodología, invita al encuentro, a la alegría y predispone de otra manera para la siguiente parte y el movimiento. Luego se realiza un saludo al sol, que es clave en una clase de yoga, después se trabaja lo postural con ejercicios físicos y pasamos a la expresión creativa con un desafío. Lo hacemos a través del arte-expresión como plástica, música, teatro, juegos en movimiento e iniciación cultural”, describieron.
Además “se hacen ejercicios de respiración, meditación y terminamos con una relajación. Es una clase muy dinámica”.
Repercusión de esta práctica en el cuerpo
El impacto en el cuerpo físico “se ve en el sistema nervioso, las posturas van tocando distintas partes y centros de energía. Adentro somos órganos y energía, y eso para nosotras es muy importante. Que desde chicos puedan desarrollar esa conciencia de lo que son, que nos puedan contar de sus emociones, expresarse”, destacaron las docentes.
En cuanto a las emociones, “aparecen de todo, como enojo, alegría, gratitud. Siempre les preguntamos, los hacemos partícipes porque son los protagonistas”.
Y destacaron que “la ansiedad también está presente, los chicos son el reflejo del adulto, de lo que viven, de sus contextos, experiencias y lo manifiestan tan real porque no tienen la máscara social incorporada”.
La relación con las familias
Las profesoras destacaron que cuentan con un muy buen acompañamiento de las familias. “Tenemos consultas, comentarios, nos cuentan cómo ven a los chicos, determinadas situaciones, algunos de ellos les dicen a sus padres o familiares que respiren, que se concentren ante un evento, que se van a relajar, que van a poder”, apuntaron.
“Los chicos son esponja, absorben todo y también te están observando todo el tiempo como actuas, como sos, lo que decís”, concluyeron.
A Florencia y Agustina las encuentran a través de Instagram en la cuenta @alquimia.tandil