ECO SALUD
El juego y el arte como abordajes terapéuticos en niños y adolescentes
La escucha de lo que les está pasando, el trabajo con las familias y los dispositivos disponibles en espacios individuales o grupales. El objetivo es que los impulsos puedan tramitarse a través del juego y la palabra.
Las situaciones de duelos, inhibiciones, separación de padres, miedos, dificultades al dormir o cuestiones de apego son algunas de las cuestiones que se pueden abordar de manera terapéutica a través del juego y el arte en niños y adolescentes, explicó la licenciada Florencia Belgrano, psicóloga y coordinadora del espacio “La Lumbrera, arte y psicoanálisis”.
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En diálogo con Eco Salud de El Eco Multimedios, la licenciada manifestó que en el trabajo diario en consultorio “me di cuenta que el arte permite otras formas de decir, de expresarse, de poner los sentimientos, no sólo la palabra, sino la palabra dicha en una canción, simbolizar a través de un cuento, un dibujo o alguna producción personal”.
Y así nació “La Lumbrera” en el 2020 donde “me encontraba con ciertas dificultades que dejó la pandemia, sobre todo, en la niñez y adolescencia”.
Por ello “estuvo la idea de cómo unir el psicoanálisis y el arte y convoqué a artistas locales, profesores de arte que me acompañan en los distintos dispositivos. Y fue maravilloso lo que se fue generando, sobre todo, los efectos terapéuticos que se pudieron ver”, remarcó la psicóloga.
“La Farolera”, un trabajo grupal para niños
Las edades que abarca el espacio van desde los 3 años hasta adolescentes. “Para los más chicos tenemos un dispositivo especial específico que es ‘La Farolera’ que tiene esto de ronda, de encontrarnos, por eso trabajamos con la música, la expresión corporal, artes visuales y plásticas y mucho juego simbólico”, detalló.
Los chicos llegan por diferentes motivos al espacio donde se hace una admisión previa con los papás o el cuidador que esté a cargo del niño y “se define si está para un dispositivo grupal terapéutico o es un abordaje de psicología individual, o es un acompañamiento a las familias a través del programa ‘Acompañando infancias´ donde trabajamos con los padres”, indicó la profesional.
“Siempre es con la familia que trabajamos, esto es importante. Escuchamos el motivo de consulta, cómo acompañar de acuerdo a las necesidades que plantean y se ofrecen las distintas alternativas que tenemos”, detalló.
El equipo de trabajo está integrado por psicólogos, psiquiatra infanto juvenil, psicopedagogos, además del equipo de arte que acompaña para articular y “dependiendo de lo que vayan necesitando es que vamos ofreciendo la forma de trabajo”, puntualizó.
“Hay muchos niños que llegan derivados de las escuelas y ahí se ve más que nada las cuestiones vinculares, conductuales o de inhibiciones para establecer un vínculo, o porque hay una dificultad para dominar los impulsos, entonces, este dispositivo que es grupal nos permite ver y trabajar desde el abordaje del grupo de pares”, manifestó Belgrano.
El nombre de "La Farolera" remite a un juego en la infancia ya que "enseguida recordamos la canción", un juego que se canta invita a los niños y las niñas a ponerle palabras y el cuerpo. “Y se juega en ronda, nos encontramos con las miradas y nos escuchamos, un todos que somos cada uno, compartiendo el mismo centro, lo que nos pasa”, describió.
“Aquí se tejen, y se comparten historias, descubrimos nuevos sentidos, y nos animamos al ‘como si´, y al ´dale que sos´. El compartir supone al mismo tiempo ser afectados y afectar. El analista ofrece su presencia, y escucha atenta. Aquí el arte en su multiplicidad de manifestaciones junto con el juego se convierte en el lenguaje de intercambio entre quienes estamos presentes”, agregó.”
“La Farolera”, brinda un espacio cuidado +para jugar, un "tiempo no apurado" como diría María Elena Walsh.
El juego y el arte, qué despiertan
La psicóloga explicó que el juego y el arte “despiertan en cada quien algo distinto, por eso es importante tener esa escucha y esa lectura de qué está tocando ahí por lo que estamos muy atentos a qué objetos tocar, qué tipo de arte”.
Y entre las opciones se evalúa “si es más desde la expresión corporal para regular un impulso desde lo motriz, o desde una escritura, un dibujo, de algo plástico más manuable, pero dependerá de cada caso y también escuchamos que los motiva a cada uno”.
Y esa es una pregunta que se realiza en el ámbito de trabajo “a qué juega, cuál es su juguete preferido, si papá y mamá juegan en casa, y lo tomamos en cuenta para armar este dispositivo grupal de acuerdo con los intereses y motivaciones de cada uno”, describió.
“Y además tenemos diferentes grupos de acuerdo con lo que creemos que se necesita por cada grupalidad. No depende sólo de la edad cronológica sino de la edad subjetiva lo que está necesitando ese niño”, destacó la psicóloga.
“Una vez que se forman los grupos son cerrados, se trabaja por cuatrimestre, luego se hace una evaluación y se replantea si continúa en el dispositivo, o si se hace un abordaje individual”, apuntó.
En la forma de abordaje que se trabaja en el espacio se tiene como uno de los objetivos “los impulsos que puedan tramitarse a través del juego y la palabra, que lo que no es elaborado pueda hacerse y no quede en el cuerpo somatizando, que tenga un medio de expresión posible”.
El trabajo con adolescentes
La profesional indicó que en el abordaje con adolescentes en este momento “estamos trabajando mucho lo vincular, las inhibiciones, el control de los impulsos, algo que tiene mucho que ver con las huellas de la pandemia, cuando hubo mucho encierro”.
“Cuando empezamos en el 2020 teníamos adolescentes que venían a pedir esto y ahí surgió esta idea, desde la clínica. En consulta individual, por ejemplo, un adolescente me planteó que quería leer y no tenía con quién compartirlo entonces armamos el ´Club de lectura adolescente´. Otro manifestó que le gustaba tocar la guitarra y se armó ´La banda adolescente´, por lo que convoqué a un profesor de música”, detalló.
En otro caso, “una nena que tenía miedos los trabajamos desde una película de terror, pensar cómo serían los personajes y llamé a una profesora audiovisual y se armó la historia, ciertos videos, pero siempre partió de la clínica individual, de esa escucha particular y singular que me permitió ver esto de acuerdo con las motivaciones de cada quien”, remarcó Belgrano.
A qué hay que estar atentos
A la hora de evaluar una consulta con niños y adolescentes es importante estar atentos a algunas señales. “El signo más importante cuando es una alerta es la angustia, un niño que llora y no sabemos el motivo, o cambia su temperamento, o está muy irritable, impulsivo, inhibido, cuando hay un cambio notorio en algo de su forma de ser me parece que es importante consultar para ver que le está pasando”. “Es escuchar las infancias”, concluyó la licenciada Belgrano.
El espacio “La Lumbrera” funciona en España 527 y también lo pueden encontrar en Instagram como lalumbreratandil.