¡Feliz año, feliz propósito!
Por Lorena Carmody
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Este fin de año nos propone un especial balance, que tiene como protagonista la pandemia que vivimos y afecta al mundo entero.
En este contexto incierto en todos los ámbitos de la actividad humana: lo social, lo económico, lo sanitario, lo institucional, muchos dirán entonces que pensar planes para el próximo año es una iniciativa que mejor postergar para cuando “la nueva normalidad” se haya instalado, para cuando la vacuna sea aplicada a un grupo importante de la población mundial, para cuando la economía se recupere, para……Todas atendibles razones para posponer la pregunta que late en nuestro corazón: ¿Cual es mi propósito? ¿Que estoy haciendo hoy para alcanzarlo, mejorarlo o superarlo?
A estas preguntas, les caben distintas respuestas, hay quienes encontraron su propósito y están en esa carrera; hay quienes se preparan para hacerlo y hay quienes aún lo tienen por descubrir
Parafraseando a un gran poeta: En tiempos oscuros, paradójicamente, tu ojo empieza a ver mejor. Los que sentimos así, creemos que hoy más que nunca, es el tiempo perfecto para mirar nuestro interior y hacernos esas preguntas, encontraremos allí un mundo de posibilidades que, sin lugar a duda, reemplazaran las restricciones, muchas veces auto-impuestas, que “nos tranquilizan” a la hora de ir a dormir y dejan nuestros proyectos para un “mejor momento”.
En lo personal, éste fue un año plagado de aprendizajes, llegué a Tandil en enero con un proyecto personal y profesional que venía gestando desde hacía casi tres años, Tu casa-Tu empresa, y rápidamente me encontré en la necesidad de tener que repensarlo todo, mis servicios de organización eran 100 por ciento presenciales, mi consultoría de procesos en empresas eran sólo 30 por ciento virtual y sólo mis sesiones de coaching eran ya 100 por ciento virtuales.
Lo cierto es que mi desafío principal tenía que ver con desembarcar en Tandil justo con el único servicio que era 100 por ciento presencial, el de organización de espacios, durante unas semanas me pregunté una y mil veces: ¿Por qué justo pasa esto ahora?, hasta que hubo un momento en el que deje de pelearme con la realidad y decidí “integrar”, sí, integrar mi ser coach, con la organización y los procesos y empezar a ofrecer todos mis servicios 100 por ciento virtuales, para Tandil y para cualquier lugar del mundo, ¿Que si funciono? No sólo funcionó, sino que superó mis expectativas ampliamente, teniendo que incluso redimensionarme como empresa.
Luego empezaron las organizaciones presenciales que se fueron multiplicando como un efecto dominó, en cada cliente que tuve el placer de ayudar; después vino este espacio en el Diario que tanto valoro y quiero porque me hace llegar a un público que quizá no es el de las redes sociales, luego el programa de los jueves en Informadisimas, que me puso a prueba en mi capacidad de exponerme y contar lo que hago en un medio nuevo para mi.. y así se fueron abriendo otras posibilidades de trabajo que me ilusionan y me dan mucho placer llevar a cabo, todas a partir de la pandemia y todas con un único propósito: Contribuir en mejorar la calidad de vida de las personas, a partir de la organización, el coaching y los procesos!
Este solo es un ejemplo de que siempre podemos elegir con qué lentes observar nuestra propia realidad y qué hacer a partir de ella.
Desde mi experiencia como coach, puedo afirmar que en ese proceso descubrimos, que todo tiene que ver con todo, que somos parte de un sistema, el universo nos habla y conspira en nuestro favor, que nuestro cuerpo y nuestra vida nos dicen cosas valiosas en todo momento, si nos proponemos escucharlos. Tiempos turbulentos como los que vivimos generan un contexto especial donde todas esas conexiones se expresan más claramente.
Mediante preguntas poderosas, que generan profundos silencios, podemos empezar a poner en marcha nuestro propósito; él siempre es un camino y un trabajo, que incluirá inevitablemente eliminar algo superfluo, romper un hábito y sentirnos algo más inseguros al avanzar sobre lo nuevo.
Seneca decía “que no es porque las cosas son difíciles que no nos atrevemos, sino que es porque no nos atrevemos que las cosas son difíciles”
Hoy siento que es tiempo de involucrarnos en nuestro propio bienestar y el del mundo todo, hacerlo aumenta las posibilidades no solo de estar mejor de forma individual, sino de contribuir al bienestar colectivo!
A partir de la organización de una casa, observo a mis clientes, hallar objetos que creían perdidos, dar aquello que ya no necesitan y empezar a definir como quieren habitar sus espacios (propósito)
Cuando diseño un proceso para una casa o una empresa, siempre el objetivo es estandarizar eso que hacemos todos los dias, las compras, las tareas operativas, siempre en pos de optimizar recursos, tiempo y energía. (Propósito)
En un proceso de coaching, es a partir de preguntas y recursos como por ejemplo “si tuvieras la varita mágica y pudieras hacer que las cosas sean como vos queres, ¿Cómo podrías describirlo? La mayoría de las veces, a esta propuesta le sigue un profundo silencio….y es a partir de ese silencio que emerge el verdadero sentido de lo posible y que casi siempre está mucho más alto de lo que creemos. (propósito)
En cada interacción con mis clientes, sean de organización o de coaching, reafirmo que el potencial de nuestra imaginación e intuición es infinito y que cuando nos decidimos a bucear en nosotros mismos y escucharnos se nos presenta un abanico plagado de oportunidades.
Los que vivimos, son tiempos de explorar nuevos territorios perdiendo de vista la costa por un largo rato, son tiempos de aprender mientras voy hacia donde me dirijo, tiempos de misterio y perplejidad, tiempos de “vender” parte de nuestra inteligencia para comprar asombro, regalarnos la posibilidad de descubrir y poner en marcha nuestro propósito, él nos guiará con pequeños pasos hacia una nueva orilla.
Ese es mi mayor deseo para todos ustedes, porque estoy convencida que cuando encontramos lo que queremos, no hay pandemia, ni fuerza externa, que nos pare!
Que tengan un gran año y feliz PROPÓSITO!!
