Bodegas bonaerenses
Degustar sabores para imaginar paisajes
Hace aproximadamente dos décadas parecía extraña la posibilidad de producir vino en la provincia de Buenos Aires y se miraba con cierta desconfianza a quienes se aventuraban a ese proyecto. Sin embargo, el tiempo les dio la razón y la vitivinicultura comenzó a desarrollarse en distintas regiones del territorio provincial.
Las primeras experiencias se llevaron adelante en los inicios de este siglo en el sudoeste bonaerense y luego, con los años, se extendieron hacia otras zonas.
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En este sentido, Daniel Di Nucci de “Al Este bodega y viñedos”, ubicada en la ciudad de Médanos, partido de Villarino, afirmó: “Somos la primera bodega en esta segunda etapa en la provincia de Buenos Aires”. ¿Por qué segunda etapa? Porque, según explicó este ingeniero agrónomo, hace 120 años inmigrantes españoles e italianos replicaron en esas tierras los viñedos que tenían en sus propios países hasta que “en 1934 se sancionó la ley nacional 12.137 que prohibió la vitivinicultura en la provincia de Buenos Aires y Entre Ríos”. Finalmente, a mediados de la década del 90 esa restricción quedó sin efecto y muchos retomaron la actividad.
“Me inspiré en los viñedos de Francia y llegué con esa idea”, relató Di Nucci, quien en el 2000 comenzó con la etapa experimental. Actualmente, produce diferentes varietales: malbec, cabernet sauvignon, merlot y tannat, en la gama de tintos; chardonnay y sauvignon blanc, en la de los blancos.
En 2009, su chardonnay fue reconocido con una medalla de plata en el certamen internacional Decanter World Wine Awards.
Los vinos de esta bodega se comercializan en Rosario (Santa Fe), Ushuaia (Tierra del Fuego), Ciudad de Buenos Aires y Bahía Blanca.
La ciudad también
Tandil se sumó a la nómina de regiones productoras de esta bebida y la bodega “Cordón Blanco” es una demostración de ello. Matías Lucas, junto con sus hermanos Valeria y Mariano, empezó con este proyecto en 2008 cuando su profesor de enología le sugirió que este territorio podía ser una “zona amigable” para la vitivinicultura.
Así, Matías empezó un camino de autodidacta, “de prueba y error con respecto a la poda de las plantas y al tipo de cepas”, contó. En ese trayecto, se desarrollaron los viñedos “La Elena”, y luego en 2011, “Don Bosco”. Ambos se encuentran a 260 metros sobre el nivel del mar, en un clima de gran amplitud térmica, viento y lluvias repartidas, por eso implementaron el trabajo en secano, es decir, sin riego.
En el primero de los viñedos se produce merlot, sauvignon blanc y cabernet franc, mientras que en el segundo se elaboran syrah, sauvignon blanc y carmenere.
“El cabernet franc es el que más sale por su relación precio-calidad”, indicó Matías Lucas quien informó que sus vinos pueden encontrarse en Tandil, Ciudad de Buenos Aires y La Plata.
Vinos y turismo, una atractiva combinación
Además de la producción de vino, las bodegas bonaerenses proponen diversas actividades turísticas como visitas guiadas, catas dirigidas, degustaciones, charlas técnicas y gastronomía temática con maridaje, que si bien hoy están suspendidas debido al aislamiento social obligatorio, se preparan para cuando puedan reactivarse estos circuitos.
Los productores de “Al este” y “Cordón Blanco” integran el catálogo “Vinos Buenos Aires” de la Subsecretaría de Turismo bonaerense, junto con las bodegas Saldungaray (Tornquist), Ital Malal (Saavedra), Costa y Pampa (General Pueyrredón), Myl Colores (Coronel Pringles), Finca Don Atilio (Cañuelas), Bodega Gamboa (Campana), Cooperativa de la Costa de Berisso (Berisso), Las Antípodas (Junín), Cercano Sur (Coronel Suárez) y La Blanqueada (Las Flores).
El vino bonaerense con sus tonos y aromas invita a experiencias singulares. La diversidad de los paisajes, climas y suelos donde se cultivan las diferentes variedades de uvas permiten la elaboración de excelentes vinos, cada uno de ellos con el sello distintivo de su zona geográfica.
Las bodegas brindan circuitos de enoturismo que incluyen visitas guiadas, catas dirigidas, charlas técnicas, cosecha de las vides, recorridos por las fincas y gastronomía temática con maridaje. Visitarlas es una sensación inolvidable.