Violencia de Género
Tras purgar una condena por golpear e incendiar la casa de su mujer, casi mata a su nueva pareja a puños y puntazos
Tras cumplir apenas la mitad de la pena a la cual había sido sentenciado por violencia de género, recuperó la libertad y la vida en pareja con otra mujer, quien a mediados de mayo sufrió una brutal agresión en manos del mismo sujeto que la llevó al Hospital, en grave estado. El violento volvió a la cárcel, desde donde insistía con mensajes intimidatorios desde el celular. Ahora se le dictó la prisión preventiva.
En 2015, el Tribunal Criminal Oral 1 lo condenó a 16 años de prisión, computándole el grave suceso que en esos días se juzgaba, acerca de agredir salvajemente a quien entonces era su mujer y luego incendiar la casa donde vivían, además de pesar en su haber con un homicidio de 2007 ocurrido en Benito Juárez, más otra sentencia por un robo.
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Por razones que apenas los judiciales sabrán responder, el condenado ya estaba en libertad, hasta que ahora recibió el dictado de la prisión preventiva. Otra vez agredió a puños, patadas y puntazos a quien era su nueva pareja, quien terminó socorrida por sus hijas y la policía e internada en el Hospital. La historia de un violento que regresa a prisión.
Raúl Adelqui “Neco” Pérez (38) fue protagonista de varias crónicas policiales. Primero con sucesos delictivos contra la propiedad, incluso un homicidio. Más recientemente en el contexto de violencia de género, con varias víctimas en su haber.
El más reciente se remonta al 15 de mayo pasado, en el interior de la vivienda sita en calle Pasaje Uno entre calles Misiones y Chubut del Barrio La Movediza, cuando aproximadamente las 4.10, en el interior de la vivienda citada golpeó a su expareja en la cabeza con un objeto cortante, provocándole cortes y sangrado en el cuero cabelludo, como también un corte en la muñeca de su mano izquierda que merecieron su internación en el centro asistencial.
Asimismo, rezaron las actuaciones de ese día, inmediatamente posterior al hecho descripto y ya en el exterior de la vivienda, Adelqui Pérez amenazó a las hijas de la víctima, exhibiéndoles dos facas, expresándoles que “…las iba a matar…”, a quienes corría por la vía pública, para luego ser avistado por personal policial que procedió a su aprehensión.
Por el violento caso se le dictó la prisión preventiva por “Lesiones leves agravadas por la relación de pareja y por ser cometido por un hombre hacia una mujer mediando violencia de género; y amenazas agravadas por el uso de armas”.
La violencia que no para
A la hora de los argumentos que llevaron a la Justicia nuevamente a detener al reincidente, se señaló que se trata de un caso de “Violencia doméstica y de Género”, en el que el sujeto varón aparece situado en una posición de preeminencia en relación a la víctima mujer, vulnerable económicamente, a quien intimida, y agrede tanto física como psicológicamente”.
Asimismo, se añadió sobre la “intensidad del acometimiento”, dado que no sólo agredió a su exnovia con un arma blanca, si no también que posteriormente agredió a las hijas con un rebenque.
A más actos peligrosos, es dable reproducir parte de los mensajes vía WhatsApp supo realizar y cuyas capturas de pantalla fueron volcados al expediente. “...Ojala se te muera ahora tu hijo…; ojala tengas canser en la con… pu…. vas a ver cm t vas a arrastrar pu… acordate muerta de ambre…e...” (SIC).
Los rasgos de un violento
También se tuvo en cuenta los indicadores concretos de riesgo de violencia de género, señalados por psicóloga perito que intervino, quien calificó el caso como de “Extrema gravedad con valoración de alto riesgo, para de la víctima y la totalidad de su grupo familiar”.
Los indicadores de riesgo surgen del relato de la víctima, cuando relató sobre la violencia con arma blanca, palo, látigo o rebenque. Amenazas con perros peligrosos, exhibiciones obscenas, además de los antecedentes de violencia con otras parejas.
A más escalada de violencia, cabe destacar que una vez detenido, el imputado siguió enviando mensajes intimidatorios a la víctima desde la celda. “(…) Anda pedazo de pu… te cag… en mi familia, a mí no me importa pero te cag… en mi familia pero sabes cómo la vas a pagar pedazo de pu… muerta de hambre no tenes dónde caerte muerta bol… que si no te da de comer tu hija changando no podes no podes sobrevivir pedazo de pu… reventada(…)”; “(… ) Lo que a mí me parece ahora que vos tenes miedo, porque en un mes y medio a me van a sacar la pulsera, pero yo vos quédate tranquila que yo no te voy hacer nada, el que se va a encargar va a ser mi amigo, me entendes? el que se va a encargar va a ser mi amigo yo lo único que tengo que hacer es apuntar la casa no más, así que cuídate hace las cositas bien no sea cosa que un día te despiertes con dolores que no sepas lo que es y te retuerzas por qué ese día que pase eso te vas acordar que es de mi parte(…)”; “(…) Ya me van a sacar la pulsera y te voy a arrancar la cabeza te lo juro, vas a ver voy a ir en cana pero te voy a arrancar la cabeza sabes?”, resultaron alguno de los mensajes reproducidos en la instrucción y que valieron para la primera aprehensión, su nueva liberación con pulsera de restricción hasta los hechos ahora reproducidos.