Quedó detenido el empresario que pergeñó un autosecuestro y privó de la libertad a su sobrino
Ayer por la mañana, por orden judicial, la policía arrestó a Mariano Vizcay, quien fingió un secuestro extorsivo para obtener dinero de su propia empresa familiar. Se le imputan los delitos de extorsión, hurto y privación ilegal de la libertad de un menor de edad. Asesorado por su abogado, se negó a declarar y quedó detenido.
Finalmente ayer, tras cumplimentarse una batería de diligencias procesales, la Policía procedió a la orden de detención emitida por el Juzgado de Garantías 1, a pedido de la fiscalía, y fue arrestado el joven empresario que fingió un secuestro extorsivo, poniendo como “carnada” a su propio sobrino, para quedarse con un dinero de la familia.
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“Privación ilegal de la libertad de un menor de edad”, “extorsión” y “hurto”, fueron las figuras delictivas con las que calificó el fiscal Luis Piotti a la hora de ejecutar la aprehensión del acusado, quien ayer por la mañana fue trasladado por las fuerzas de seguridad a la sede judicial, donde fue notificado de los hechos endilgados.
Acompañado por un abogado particular, el imputado se abstuvo de prestar declaración, al aguardo de la estrategia de su letrado en pos de factiblemente peticionar su excarcelación frente a los delitos que están en pugna.
El resonante suceso que puso en vilo a la seguridad local logró avances procesales, tras dilucidarse la competencia judicial que se presentaba frente al singular delito investigado. Una vez resuelto el entuerto y quedando la pesquisa en manos de la justicia ordinaria, el fiscal Luis Piotti evacuó distintas pruebas y tras escuchar el comparendo de la familia damnificada, dio por concluida la etapa que permitió el pedido de detención.
En efecto, por lo que trascendió del expediente, los hermanos de la familia que denunciaron el grave suceso que se presentaba como un secuestro extorsivo ratificaron sus dichos y responsabilizaron a Mariano Vizcay por los hechos que se caratulan como extorsión y hurto, como así también el suceso penalmente más gravoso que hace a la privación ilegal de la libertad de un menor de edad, su propio sobrino, quien fue sometido a un hecho de extrema violencia y estrés montado para aquel fin, cuyas consecuencias psicológicas no se conocen con certeza.
Tal como se vino informando a lo largo de distintas ediciones, el escabroso y delicado hecho denunciado por la familia Vizcay ocurrió en la noche del 18 de enero, cuando las fuerzas de seguridad lo tomaron como un secuestro extorsivo –así fue la Policía alertada- y con el correr de las horas, los días, desde la fiscalía Federal se concluyó en que todo había sido una farsa y mereció una causa que ahora arribó a sus primeras conclusiones.
El llamado del secuestro
De las actuaciones a las que tuvo acceso este Diario, los investigadores lograron confirmar parte de los trascendidos que oportunamente se informaron en medio de una pesquisa extremadamente hermética.
Se detalló que el policía Emilio Pehuen Geneux recibió alrededor de la 1.20 del 18 de enero un llamado del oficial Gutman de la Seccional Primera, quien lo pone en conocimiento que se estaba produciendo un secuestro extorsivo.
Refirió que arribados a colectora Sur y Caseros, en el comercio de venta de casillas rurales El Yunque, se entrevistó con Esteban Vizcay, titular de la firma, quien dio cuenta que instantes previos había recibido un mensaje vía whatsapp desde el teléfono de su hermano Mariano, desde donde le decían que su hermano había sido secuestrado y que le reclamaban la suma de 50 mil dólares para liberarlo.
El policía narró que Vizcay, habiendo escuchado gritos provenientes de una casilla, halló en el interior de la misma a su sobrino de 8 años, quien al rescatarlo de las ataduras contó que habían sido abordados a la salida del cine por tres personas, los llevaron hasta la colectora y lo dejaron atado en la casilla, yéndose del lugar con su tío Mariano.
La pesquisa
De las investigaciones llevadas a cabo ya por la fiscalía federal que había sido anoticiada del delicado suceso, se corroboró que en la noche del 17 de enero Mariano Vizcay junto a su sobrino concurrieron al cine de Caseros y Portugal. Al salir del cine, siendo los primeros minutos del 18, yéndose en el auto, Mariano se detiene a unas cuadras y desciende del coche porque siente que tenía una goma pinchada. En ese instante es abordado por tres hombres armados.
De allí, Mariano y el niño fueron trasladados en el mismo automóvil al local comercial de los Vizcay, donde maniatan con precintos plásticos y encierran al niño en una casilla, sustraen una suma de dinero y se llevan a Mariano en el propio auto.
A las 0.50 del viernes 18, Esteban Vizcay recibe aquel llamado telefónico del celular de su propio hermano, quien el mismo Mariano le dijo que concurra a El Yunque que estaba el sobrino encerrado en una casilla y que no llame a la policía.
Inmediatamente, Esteban comienza a recibir mensajes vía Whatsapp desde el mismo teléfono de su hermano, exigiéndole 50 mil dólares por la liberación de Mariano e indicándole que no dé aviso a la policía.
Esteban llamó igualmente al 101 dando cuenta del terrible suceso. Cuando él junto a la policía ingresan al local comercial, se advierte que la puerta de la oficina estaba abierta y la luz encendida. Al subir a la oficina, Esteban vio un mueble corrido detrás del cual solían ocultar dinero y al descender de dicha oficina, les dijo a los policías “me robaron”.
Allí fue que Esteban empezó a llamar en alta voz a su sobrino y hermano y fue cuando respondió el niño, que estaba dentro de una de las casillas, y allí el menor contaría lo padecido.
En esos instantes del relato del sobrino, Esteban recibió otros mensajes, entre ellos recibió una foto de Mariano con un gorro o capucha sobre los ojos. Allí siguieron las negociaciones por el mismo canal, hasta que Esteban informó el dinero que podía entregar, respondiendo desde el celular de Mariano que a las 4.30 enviarían una ubicación para hacer el pago.
La entrega del dinero y Mariano “a salvo”
A las 4.45, Esteban recibió la ubicación donde debía efectivizar el pago. La misma era en la ladera del Parque Independencia, hacia la calle Rondeau, a la altura de Fugl. Allí Esteban da cuenta de la cantidad de dinero que había logrado juntar y preguntó a dónde liberarían a su hermano, tras lo cual le responden que la plata se la daría al propio hermano, quien luego él mismo se la llevaría a los captores, no sin antes le envían un mensaje de voz de Mariano como prueba de vida.
Inmediatamente Esteban se dirigió al lugar convenido, dejó la plata en la vereda y se retiró unos metros. Mariano se acercó y le dijo que le alcanzara el dinero más, por lo que Esteban lo volvió a recoger y lo llevó unos metros más hacia los pastizales, no alcanzando a la senda aeróbica existente en el lugar.
En ese momento Mariano le dijo que retrocediera, volviendo hasta el auto. Mariano empezó a bajar, pasando la senda aeróbica, tomó el paquete (la bolsa con dinero) volviendo hacia los pastos donde había salido al principio. Esteban perdió de vista a su hermano unos segundos y luego vio como este empezaba a bajar con la luz del teléfono para orientarse.
Aproximadamente a diez metros del auto de Mariano comenzó a descender más rápidamente y se metió en el vehículo de Esteban, para partir del lugar raudamente, dirigiéndose a la sede de la fiscalía para dar cuenta de que Mariano estaba a salvo, pero que no quería hablar con nadie ni someterse a revisión médica, atento al estado de shock que presentaba.
Después devendría la investigación del tenso y delicado suceso ventilado y nada de lo descripto se condijo con buena parte de la realidad, al decir de los que llevaron adelante la pesquisa.
Conclusiones
Al decir de la fiscalía, se pudo determinar que Mariano Vizcay no fue víctima de un secuestro real y que nunca estuvo cautivo.
Para los actores judiciales, los elementos reunidos permitieron contar con pruebas independientes para arribar a la conclusión de que fue un autosecuestro, probablemente con la asistencia de terceras personas, quienes por estas horas están siendo investigadas.
En efecto, de las imágenes aportadas por el Centro de Monitoreo municipal (11 cámaras con 33 horas de filmación) como así también ocho cámaras privadas que suman otras cuatro horas de filmaciones, se determinó que Mariano Vizcay, a bordo de su auto, no fue monitoreado en ningún momento por vehículo alguno durante su tránsito, no observándose tampoco personas a pie que realicen vigilancia alguna sobre él o sobre su coche.
Asimismo, se advirtió que a las 4.03 se aprecia a una persona de fisonomía y vestimenta conteste a la víctima, dirigiéndose a pie por calle Fugl en dirección a Rondeau, continuando ese trayecto durante dos minutos rumbo a la zona del pago del “rescate”, con aparente despreocupación, caminando por la calle, no siendo seguida por terceras personas y /o vehículo alguno.
A la vez, quedó constancia en el relato del menor, que cuando fueron abordados por los tres sujetos estos en dos o tres oportunidades llamaron a su tío por su nombre. También sostiene el fiscal que Mariano nunca estuvo privado de su libertad habiendo dispuesto y manipulado él su teléfono celular.
Así, ahora la fiscalía logró definir la acusación por la comisión del delito por la privación de la libertad sufrida por el menor de edad, la sustracción de dinero del local, lesión a la libertad de autodeterminación y a la propiedad de Esteban Vizcay, como la posterior disposición patrimonial realizada por la familia.