La Justicia rechazó la excarcelación y el joven empresario seguirá preso por el falso secuestro
Ayer por la mañana, la defensa del detenido Mariano Vizcay, quien fingió un secuestro extorsivo para obtener dinero de su propia empresa familiar, fue notificada de la resolución judicial. Se rechazó la excarcelación extraordinaria. El acusado cambió de abogado. Se le imputan los delitos de extorsión, hurto y privación ilegal de la libertad de un menor de edad.
Tal como se anticipara en éstas páginas, tras la detención del joven empresario que fingió un secuestro privando de la libertad a su propio sobrino menor de edad, la defensa había interpuesto un pedido de excarcelación extraordinaria frente a los delitos endilgados. Solicitud que no tuvo eco en la Justicia.
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En efecto, el juez de Garantías 1, a cargo de José Alberto Moragas, rechazó el planteo, manteniendo la detención que había impuesto a pedido de la fiscalía interviniente. Mariano Vizcay seguirá apresado mientas avanza el proceso que, su confió, contó con otra novedad judicial: asumió la defensa el abogado y actual concejal Gustavo Ballent.
Como se vino detallando, el joven empresario que fingió un secuestro extorsivo, poniendo como “carnada” a su propio sobrino, para quedarse con un dinero de la familia fue arrestado el lunes, por pedido del fiscal Luis Piotti, quien tras avanzar el instrucción penal preparatoria que primeramente había estado en manos de la justicia Federal y una vez descartado el secuestro que oportunamente había sido denunciado, consideró que frente a los delitos enrostrados el falso secuestrado debía quedar detenido, consideración que encontró eco favorable en el Juzgado de Garantías.
“Privación ilegal de la libertad de un menor de edad”, “extorsión” y “hurto”, fueron las figuras delictivas con las que calificó el Ministerio Pública a la hora de ejecutar la aprehensión del acusado, quien una vez sentado frente al funcionario judicial optó por atenerse al derecho que le asiste de no declarar.
Por lo que trascendió del expediente, la familia que denunció el grave suceso que se presentaba como un secuestro extorsivo ratificaron sus dichos y responsabilizaron a su propio hermano, Mariano Vizcay, por el delicado engaño que se caratulan como extorsión y hurto, como así también el suceso penalmente más gravoso que hace a la privación ilegal de la libertad de un menor de edad, su propio sobrino.
El escabroso suceso denunciado por la familia Vizcay ocurrió en la noche del 18 de enero, cuando las fuerzas de seguridad lo tomaron como un secuestro extorsivo –así fue la Policía alertada- y con el correr de las horas, los días, desde la fiscalía Federal se concluyó en que todo había sido una farsa y mereció una causa que ahora arribó a sus primeras conclusiones, con la aprehensión del empresario.
El caso
De lo que consta en las actuaciones, trascendió que el policía Emilio Pehuen Geneux recibió alrededor de la 1.20 del 18 de enero un llamado del oficial Gutman de la Seccional Primera, quien lo pone en conocimiento que se estaba produciendo un secuestro extorsivo.
Refirió que arribados a colectora Sur y Caseros, en el comercio de venta de casillas rurales El Yunque, se entrevistó con Esteban Vizcay, titular de la firma, quien dio cuenta que instantes previos había recibido un mensaje vía whatsapp desde el teléfono de su hermano Mariano, desde donde le decían que su hermano había sido secuestrado y que le reclamaban la suma de 50 mil dólares para liberarlo.
El policía narró que Vizcay, habiendo escuchado gritos provenientes de una casilla, halló en el interior de la misma a su sobrino de 8 años, quien al rescatarlo de las ataduras contó que habían sido abordados a la salida del cine por tres personas, los llevaron hasta la colectora y lo dejaron atado en la casilla, yéndose del lugar con su tío Mariano.
De las investigaciones llevadas a cabo ya por la fiscalía federal que había sido anoticiada del delicado suceso, se corroboró que en la noche del 17 de enero Mariano Vizcay junto a su sobrino concurrieron al cine de Caseros y Portugal. Al salir del cine, siendo los primeros minutos del 18, yéndose en el auto, Mariano se detiene a unas cuadras y desciende del coche porque siente que tenía una goma pinchada. En ese instante es abordado por tres hombres armados.
De allí, Mariano y el niño fueron trasladados en el mismo automóvil al local comercial de los Vizcay, donde maniatan con precintos plásticos y encierran al niño en una casilla, sustraen una suma de dinero y se llevan a Mariano en el propio auto.
A las 0.50 del viernes 18, Esteban Vizcay recibe aquel llamado telefónico del celular de su propio hermano, quien el mismo Mariano le dijo que concurra a El Yunque que estaba el sobrino encerrado en una casilla y que no llame a la policía.
Inmediatamente, Esteban comienza a recibir mensajes vía Whatsapp desde el mismo teléfono de su hermano, exigiéndole 50 mil dólares por la liberación de Mariano e indicándole que no dé aviso a la policía.
Esteban llamó igualmente al 101 dando cuenta del terrible suceso. Cuando él junto a la policía ingresan al local comercial, se advierte que la puerta de la oficina estaba abierta y la luz encendida. Al subir a la oficina, Esteban vio un mueble corrido detrás del cual solían ocultar dinero y al descender de dicha oficina, les dijo a los policías “me robaron”.
Allí fue que Esteban empezó a llamar en alta voz a su sobrino y hermano y fue cuando respondió el niño, que estaba dentro de una de las casillas, y allí el menor contaría lo padecido.
En esos instantes del relato del sobrino, Esteban recibió otros mensajes, entre ellos recibió una foto de Mariano con un gorro o capucha sobre los ojos. Allí siguieron las negociaciones por el mismo canal, hasta que Esteban informó el dinero que podía entregar, respondiendo desde el celular de Mariano que a las 4.30 enviarían una ubicación para hacer el pago.
A las 4.45, Esteban recibió la ubicación donde debía efectivizar el pago. La misma era en la ladera del Parque Independencia, hacia la calle Rondeau, a la altura de Fugl. Allí Esteban da cuenta de la cantidad de dinero que había logrado juntar y preguntó a dónde liberarían a su hermano, tras lo cual le responden que la plata se la daría al propio hermano, quien luego él mismo se la llevaría a los captores, no sin antes le envían un mensaje de voz de Mariano como prueba de vida.
Inmediatamente Esteban se dirigió al lugar convenido, dejó la plata en la vereda y se retiró unos metros. Mariano se acercó y le dijo que le alcanzara el dinero más, por lo que Esteban lo volvió a recoger y lo llevó unos metros más hacia los pastizales, no alcanzando a la senda aeróbica existente en el lugar.
En ese momento Mariano le dijo que retrocediera, volviendo hasta el auto. Mariano empezó a bajar, pasando la senda aeróbica, tomó el paquete (la bolsa con dinero) volviendo hacia los pastos donde había salido al principio. Esteban perdió de vista a su hermano unos segundos y luego vio como este empezaba a bajar con la luz del teléfono para orientarse.
Aproximadamente a diez metros del auto de Mariano comenzó a descender más rápidamente y se metió en el vehículo de Esteban, para partir del lugar raudamente, dirigiéndose a la sede de la fiscalía para dar cuenta de que Mariano estaba a salvo, pero que no quería hablar con nadie ni someterse a revisión médica, atento al estado de shock que presentaba.
Después devendría la investigación del tenso y delicado suceso ventilado y nada de lo descripto se condijo con buena parte de la realidad, al decir de los que llevaron adelante la pesquisa.
Al decir de la acusación fiscal, se pudo determinar que Mariano Vizcay no fue víctima de un secuestro real y que nunca estuvo cautivo. Los elementos reunidos permitieron contar con pruebas independientes para arribar a la conclusión de que fue un autosecuestro, probablemente con la asistencia de terceras personas, quienes por estas horas están siendo investigadas.
En efecto, de las imágenes aportadas por el Centro de Monitoreo municipal (11 cámaras con 33 horas de filmación) como así también ocho cámaras privadas que suman otras cuatro horas de filmaciones, se determinó que Mariano Vizcay, a bordo de su auto, no fue monitoreado en ningún momento por vehículo alguno durante su tránsito, no observándose tampoco personas a pie que realicen vigilancia alguna sobre él o sobre su coche.
Asimismo, se advirtió que a las 4.03 se aprecia a una persona de fisonomía y vestimenta conteste a la víctima, dirigiéndose a pie por calle Fugl en dirección a Rondeau, continuando ese trayecto durante dos minutos rumbo a la zona del pago del “rescate”, con aparente despreocupación, caminando por la calle, no siendo seguida por terceras personas y /o vehículo alguno.
A la vez, quedó constancia en el relato del menor, que cuando fueron abordados por los tres sujetos estos en dos o tres oportunidades llamaron a su tío por su nombre. También sostiene el fiscal que Mariano nunca estuvo privado de su libertad habiendo dispuesto y manipulado él su teléfono celular.