La escasa prueba recopilada hasta hoy abona al misterio por el homicidio de la mujer
Pasaron seis días y no surgieron avances que alienten a un pronto esclarecimiento sobre lo ocurrido el jueves por la noche en la casa de Pellegrini y Chacabuco. Para los investigadores se trata de un caso muy complejo a la hora de dilucidar qué pasó y cómo. Ni siquiera hay certezas sobre el móvil del asesinato.
A seis días del hallazgo del cuerpo sin vida de la mujer en su casa de Chacabuco y Pellegrini, poco se ha logrado avanzar en la pesquisa que eche luz sobre lo que a hasta aquí resulta un misterio.
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Además de aguardar por resultados periciales que permitan confirmar las causas del deceso (la hipótesis más firme es el estrangulamiento) sigue siendo un interrogante inmenso las circunstancias en que se habría cometido el asesinato, como así también el móvil, la causa de esa presunta acción violenta que terminó con la vida de Olga Sprovieri viuda de Urdampilleta (80).
Sin imágenes de trascendencia que permitan observar desde alguna cámara de seguridad (municipal o privada) el movimiento en adyacencias de la finca, sin testigos, con casi nula evidencia dentro de la casa, sin faltantes monetarios y elementos de valor (lo único que no se encontró aún es el celular de la víctima), la incertidumbre gana la iniciativa en una causa que, desde el inicio, los investigadores advirtieron como extremadamente compleja, precisamente por esa falta de prueba.
Las expectativas, entonces, se centra en lo que arrojen los exámenes que se practicarán sobre lo que se extrajo de la autopsia de la víctima (sin fechas sobre cuándo se realizarán y mucho menos los resultados de los mismos), y si aparece alguna imagen que de indicios de movimientos sospechosos alrededor de la casa.
Por lo que se especula en la pesquisa, la muerte dataría de unas ocho horas, lo que lleva a conjeturar que la muerte ocurrió en horas del mediodía. Horas previas a eso sí se pudo observar en una de las imágenes de cámaras de vecinos a la mujer en la puerta de la casa, como dicen que lo hacía habitualmente. No mucho más que eso.
La familia, en tanto, consternada por el fallecimiento, ha guardado respetuoso silencio al aguardo de lo que establezca la policía como los agentes judiciales. Es que hasta las primeras horas de aquella noche de jueves todo tendía a pensar en una muerte por causas naturales, pero con el paso de las horas fueron anoticiados sobre elementos de convicción que llevaba a pensar en una muerte violenta.
Como se expuso oportunamente, los especialistas advirtieron sobre las marcas que se evidenciaban en el cuello de la mujer, compatible con una compresión con algún elemento que incluso podía llevar puesto la propia víctima (un pañuelo).
Primeramente hubo alguna duda sobre el faltante de un dinero que la mujer guardaría, empero con el correr de los minutos la propia familia lo encontró.
Como se detalló, el mobiliario estaba donde siempre. No había ninguna escena adulterada. Tampoco la puerta de ingreso estaba forzada. Sí la puerta trasera que da al patio estaba sin llave, pero no más que eso.
Sobre la posibilidad de dar con alguna huella en el escenario del crimen, no hay expectativa alguna. Ya se informó sobre el ingreso de todos los familiares y allegados a la casa una vez anoticiados de la muerte, aunque tampoco nada había sido removido por lo que es casi imposible que se tuviera algún rastro de interés para la causa.