A un año de la muerte de Romanela, su madre pidió que el culpable vaya preso y “pague por lo que hizo”
El único acusado por la muerte de la joven, Sebastián D'Angelo, espera el juicio en libertad. El expediente que investiga el luctuoso hecho fue elevado a juicio oral, pero la defensa interpuso un recurso ante la Cámara de Apelaciones de Azul para revertir la situación. Sus familiares y amigos volverán a marchar mañana para seguir pidiendo justicia.
Sin enjuiciamiento ni condenados, hoy se cumple un año del accidente vial que malogró la vida de la joven Romanela Ruiz Sánchez y tuvo una amplia repercusión en la sociedad tandilense. El único imputado en la causa caratulada como “Homicidio culposo agravado”, Sebastián D’Angelo, se encuentra en libertad esperando que se inicie la instancia de juicio oral que aún no tiene fecha. Vale reseñar que el acusado estuvo 45 días detenido con prisión preventiva y a fines de agosto del año pasado fue excarcelado por decisión de la Cámara de Apelaciones de Azul, que hizo lugar a un pedido de la defensa y revocó la decisión del juez de Garantías José Alberto Moragas.
Recibí las noticias en tu email
Con motivo de cumplirse el primer aniversario de la muerte, la familia encabezará mañana una marcha que partirá a las 18 del lugar del trágico hecho, en la intersección de Roca y Marconi, pasará por la sede del Ministerio Público Fiscal y desembocará en la municipalidad.
La madre de Romanela, Malvina Saénz Valiente, habló con El Eco de Tandil para reiterar su pedido de justicia. En el transcurso del derrotero que atravesaron desde entonces, los familiares y los amigos de la joven agitaron el avispero mediático y organizaron diversas movilizaciones en la ciudad para pedir justicia por el esclarecimiento del caso.
“Está todo lento, la fiscalía me dice que hay que esperar, sabemos que hay plata en el medio para demorar las cosas, pero no voy a aflojar”, expuso la mujer en conversaciones con este medio.
La dilación del juicio
Según confirmaron fuentes judiciales y el abogado querellante, Juan Pablo Bertucci, el juicio se celebraría recién en 2020 y no este año como se preveía.
De acuerdo a la información aportada, la UFI 8 de Tandil -cuyo titular es el fiscal Gustavo Morey- reunió las pruebas necesarias y elevó la causa a juicio el 17 de diciembre de 2018, pero la defensa del imputado a cargo del letrado Marcelo Argeri, interpuso un recurso para frenarlo. Si bien el juez Moragas reafirmó la elevación a juicio, la oposición de la defensa llegó a la Cámara de Apelaciones y Garantías de Azul, estamento que aún no se expidió al respecto.
“A mí me habían dicho que iba a realizarse este año y ahora lo estiraron al año que viene. Sé que la Justicia tarda pero esto ya es mucho. ¿Cómo puede ser si tienen todas las pruebas? Está todo comprobado, se hicieron los análisis, las pericias del auto, pero él sigue haciendo su vida normal, no sé qué se le pasa por la cabeza, si tiene conciencia, remordimiento, no sé cómo puede vivir, a mí me cuesta vivir, no sé cómo hace él que la mató”, disparó Sáenz Valiente, incrédula frente a lo que ella definió como un “lento” accionar del Poder Judicial.
Seguir viviendo sin tu amor
Haciendo fuerza para no quebrarse, relató que los dos pequeños hijos de Romanela la extrañan y aún preguntan por ella.
“Estamos como podemos, la extrañamos todos, los hijos están conmigo los fines de semana y en la semana también. Bautista pregunta por su mamá, si va a volver, anoche (por el sábado) me preguntó por ella, es duro, tiene cuatro años recién”, contó.
Si bien nunca se cruzó con D’Angelo, manifestó que no va a faltar oportunidad para que eso suceda y poder preguntarle por qué actuó como lo hizo.
“No sé cómo puede vivir, no se le hace eso a una persona, no la auxilió, todo lo que hizo estuvo mal, escondió el auto, si te mandas una macana ayuda a la persona, no la dejes tirada, ni a un perro se le debe hacer eso”, cuestionó.
“Yo no pude despedirme de ella, ese domingo fui a verla y justo estaba durmiendo, mi cuñado me dijo ‘dejala descansar porque tiene que trabajar de noche’ (el siniestro se produjo cuando se dirigía a su trabajo en un geriátrico) y al otro día ya no la tenía más”, recordó conmocionada.
Sin ansias de venganza, tras hacer carne el dolor más grande, con tranquilidad Malvina formuló su único deseo: “Sólo quiero que esté preso, que pague por lo que hizo”.
Crónica de un caso polémico
Todo comenzó la noche del 6 de mayo de 2018, cuando Romanela circulaba a bordo de su ciclomotor por la avenida Marconi y un automóvil Volkswagen Bora conducido por Sebastián D’Angelo, la embistió al girar en Roca de manera imprevista hacia la izquierda, en una encrucijada cuya vía semaforizada no lo permite. El autor del hecho se dio a la fuga y la chica de 23 años quedó tendida sobre el pavimento, siendo auxiliada por los ocasionales transeúntes. Producto del fuerte traumatismo que sufrió en la cabeza, falleció al día siguiente en el Hospital Santamarina.
Durante tres días, la Justicia y los familiares de la víctima encabezaron la búsqueda del vehículo misterioso que desapareció luego de cometer el ilícito, pesquisa que culminó el 9 de mayo con la aparición del Bora gris, dominio FHA 173, en un domicilio situado en Montiel al 600.
Desde entonces, la culpabilidad por el trágico episodio recayó sobre Sebastián D’Angelo, quien iba solo arriba del automóvil y tras efectuar la temeraria maniobra, hizo abandono de persona al verse apremiado por las circunstancias.
Tras efectuarse las pruebas y cotejos de rigor, el acusado fue detenido en la Seccional Primera el 12 de julio pasado. De acuerdo a lo establecido, debía permanecer privado de su libertad hasta tanto se celebre el juicio, tras el dictado de la prisión preventiva, por considerar el magistrado que existía un riesgo procesal si lo liberaban.
De acuerdo a los fundamentos esgrimidos por el juez Moragas para decidir la aplicación de la prisión preventiva, “huir del lugar a bordo del vehículo que conducía, con el fin de ocultar dicho rodado en su domicilio emplazado a escasos metros del lugar del hecho, cubriéndolo con una lona de color negro, siendo hallado en virtud de una orden de allanamiento tres días después del hecho, tiempo suficiente en que pudo reflexionar sobre la conducta asumida y deponer su actitud, robustecen los peligros procesales de elusión del proceso y entorpecimiento probatorio”.
Posteriormente, los magistrados Damián Pedro Cini y Carlos Eduardo Villamarin desestimaron los argumentos del juez local y tuvieron otra ponderación respecto a la actitud asumida por D’ Angelo. Consideraron que el encausado se presentó espontáneamente en la fiscalía el 12 de mayo, situación que entienden como una clara intención del imputado de estar a derecho. Además, de los fundamentos en los que se basa la excarcelación, se desprende que el hecho de haber colaborado con todos los requerimientos de la Justicia, no poseer antecedentes penales y haber continuado con su rutina y residencia en la ciudad, sirven para descartar cualquier riesgo de fuga.