EL ECO PODCAST
Las reservas pastoriles aportan alimento y se traducen en kilos y en litros de leche
Un nuevo capítulo de los podcast de El Eco Campo aborda cuestiones relacionadas a la producción de reservas desde la óptica de un ingeniero agrónomo de la zona norte de la provincia.
El entrevistado de la semana fue el profesional Nicolás Heinrich, quien vive en Venado Tuerto y se ha especializado a lo largo de los años en el manejo de pasturas.
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“Tenemos la suerte de tener mucha variabilidad y situaciones distintas” comenzó diciendo para explicar que se refería a cuestiones relacionadas con el clima, el suelo y “el tipo de producción que se lleva adelante, pensando en el pasto, como son producción de carne, de cría, de recría, invernada, tambo… así que el panorama es amplio”.
Nicolás Heinrich dijo que “a grandes rasgos, en general, nos estamos recomponiendo de un verano pasado muy complicado con respecto a lo que fuera persistencia de pasturas perennes, pensando en alfalfa, festuca, tréboles, lotus, agropiro… Eso desestabilizó un poco. Vinieron los verdeos de invierno, siempre un fusible muy necesario para poder otra vez levantar el piso de lo que es la producción, y también se empezaron a sembrar pasturas perennes en todo el otoño 2023”.
El ciclo continúa “a partir de la primavera y ya se empiezan a hacer los primeros aprovechamientos, así que está variado el panorama”.
Novedades
Consultado acerca de la evolución de las especies, Nicolás Heinrich señaló que “hay un poco de novedades con respecto a genética general. Hay muchas empresas que siguen trabajando y apostando a lo que es el mejoramiento de especies ya tradicionales y conocidas, como la alfalfa, pero lo que se busca siempre es darle una vuelta de tuerca en base a las condiciones locales donde después efectivamente se van a usar esos productos”.
La meta es “tener siempre un material superador con respecto a los anteriores en producción de materia seca, en perfil sanitario, en cantidad de raíz que puede generar, en persistencia en condiciones de anegamiento o de sequía o de altas temperaturas, es decir hay siempre novedades con respecto a eso”.
El ingeniero agrónomo dijo que la alfalfa “es una especie que estamos trabajando nosotros desde Produsem y tenemos novedades a partir del año que viene referidas principalmente a esos atributos”.
Añadió que “algo importante es todo lo referido al manejo. Hay avance con respecto a la genética, pero para que todo eso pueda expresarse requiere del manejo adecuado de cada una de las especies. A priori parece sencillo, pero tiene sus particularidades en los distintos momentos del año para poder sacar el provecho que cada uno necesita”.
Por lo tanto “hay que hacer siempre un buen acompañamiento de parte de los técnicos asesores para que se pueda expresar todo lo que uno tiene en mente o todo el potencial que puede llegar a tener una semilla”.
Consultado si se debía pensar en kilos de carne o litros de leche en lugar de pasto, señaló que “eso sería la película que vemos al final, pero para todo eso hay que hacer como un laberinto al revés y ver desde donde uno larga para llegar a eso. Tenemos que pensar en kilos de materia seca, pero kilos de materia seca digestibles y de vuelta al manejo es clave para poder aprovechar en el momento que corresponde o sea no tratar de juntar 5000 kilos de pasto de cualquier especie y después tratar de comerlo. El animal capaz que lo termina comiendo, pero de eso lo digestible va a ser poco comparado a si lo hubiésemos aprovechado en otro momento”.
La planificación
Más adelante hizo referencia a que “cuando hablamos de la planificación, hablamos de construir una cadena forrajera: ver cómo podemos ir cubriendo los distintos momentos sabiendo que tenemos especies que son otoño-invierno-primavera, las que van a depender mucho de la zona”.
“Tenemos que saber que la producción de verano, por ejemplo, según las condiciones del lote, las podemos tener con alfalfa si tenemos suelos profundos, bien drenados sin muchas limitantes y le podemos dar buenos niveles de fósforo; cuando nos vamos a lugares más de la Cuenca y esas condiciones no las tenemos, la leguminosa en verano va a ser el Lotus; y el trébol rojo en algunos ambientes intermedios”.
En tanto, “cuando pasamos a lo que es otoño/invierno/primavera, el trébol blanco, en general lo podemos llegar a ver todo el año; y pensando en gramínea, tenemos que ver si nos acompaña una festuca y si también podemos meter alguna cebadilla; y después un pasto ovillo en otra situación del sudeste o el sudoeste, que es más primavera-verano”.
Sintetizó que “hay variabilidad y hay que conjugar todas esas especies según el objetivo que queramos de la producción y del momento del año en el que queramos tener esa producción”.
Los verdeos
Finalmente, Nicolás Heinrich dijo que en la zona sudeste hay mucho para trabajar, debido a la diversidad de la producción. Y “a todo eso que vimos de especies perennes hay que agregarle todo lo que son los verdeos, tanto de invierno como de verano. Los de invierno pensando los tradicionales como puede ser avena y se le suman en otras situaciones criticales, cebada y centeno”.
En tanto, enfatizó que “los verdeos de verano son fundamentales, como esos fusibles, para poder encadenar la producción sobre todo en pleno verano -cuando las pasturas aflojan un poco por un tema de temperaturas o disponibilidad hídrica- ahí entra el mundo de los sorgos (forrajeros, sileros, doble propósito); algunas hojas de pastoreo también y después todo lo que son maíces para silo. Por eso cuando empezamos en cadena forrajeras, hay que ver el panorama 360 y todas estas especies, algunas más medidas que otra, pero todas tienen un rol importante”, culminó.