EL ECO PODCAST
Las nuevas demandas del mercado del trigo y la cebada son generadoras de oportunidades
La comercialización de cereales evoluciona, con el surgimiento de nuevos requisitos que implican a toda la cadena, según lo comentado en un nuevo podcast de El Eco Campo por un referente del cultivo.
La evolución del cultivo del trigo y la cebada no sólo pasa por la cuestión productiva, sino que tiene una arista común en toda la cadena, por lo que es necesario que los diferentes eslabones expresen sus necesidades y muestren el camino actual y futuro.
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El tema fue abordado en un nuevo podcast de El Eco Campo durante un diálogo con el ingeniero agrónomo Pablo Panza, uno de los más experimentados asesores en trigo y cebada del país.
Explicó que bajo ese concepto nació Expocereales, la primera exposición específica sobre cereales, a concretarse los días 30 y 32 de octubre en La Ballenera, Miramar.
“La idea es unir las puntas de la cadena de valor. Vamos a propiciar que todos estén presentes. Los productores, indicando cuál es su necesidad en cuanto a transparencia de la parte comercial, de diferenciación de precios cuando tienen distinto tipo de mercaderías y poder hacer algunos negocios diferenciados por calidad. Además, queremos tener a la industria, que está demandando mercadería de distintas calidades, trigos con distintos niveles de proteína o gluten o cebadas malteras que tengan otra calidad”, planteó inicialmente.
El especialista señaló que “siempre hay un valor diferencial” y agregó que “lo que viene ahora es una agricultura con una demanda de la sociedad un poco más moderna, hacia productos con menor huella de carbono”.
Panza añadió que “es necesario que cuando uno va y compra una barrita de cereal sepa que se produjo con cereales que están teniendo un impacto en huella de carbono y cuidando el medio ambiente”.
El rumbo
La idea es “mostrar hacia dónde vamos”, ya que el proceso “viene más rápido de lo que uno cree, con nuevos modelos de producción”.
El profesional ejemplificó que hay casos concretos de producción de cebada maltera “que tienen un premio por cumplir con un protocolo que certifica que tiene una huella de carbono menor. Año a año va creciendo y a futuro va a ser todo así”.
Ello se debe a que “todas las industrias de alimentos hoy están demandando tener en sus productos una certificación de que todo el modelo productivo viene generando un impacto positivo hacia el medio ambiente”.
Panza señaló que ello obliga a “cambiar un poco los modelos y buscar productos menos agresivos, con modelos productivos donde no haya contaminación ni deforestación. Hoy se está valorando en el mundo todo eso y es hacia donde vamos, más rápido de lo que uno cree”.
La diferenciación
Panza durante mucho tiempo impulsó la diferenciación de los trigos por calidad, para responder a las diversas demandas y monetizar los valores diferenciales.
Actualmente considera que “hay que darle un refresh a todo esto. Venimos de muchos años complicados, donde fue difícil exportar, pero sigue habiendo demanda de los países que tenemos cerca y en el mundo con diferenciales por esos trigos”.
En el país hay capacidad de producir trigos distintos, por lo que a la Expocereales también han sido convocados molinos y malterías de Brasil “para presentar cuáles son sus requerimientos, que -obviamente- Argentina los puede cumplir”, dijo Panza.
Están invitados también exportadores y acopios para que presenten su visión, de forma tal de fomentar la producción y la venta con diferenciación. “Un trigo que tienen alta proteína tiene que tener un precio especial y la demanda global existe para ese tipo de trigos”, recalcó el entrevistado.
Tecnología
También habrá aportes de empresas que mostrarán su oferta de tecnología, con el eje central en el menor impacto de huella de carbono, el cuidado del medio ambiente y las buenas prácticas agrícolas.
Junto a industrias y técnicos referentes en la zona, se conocerán los avances tecnológicos que incluyen el uso de drones y máquinas aplicadoras con sistemas de inteligencia para identificar malezas y aplicar productos solo donde hace falta.
“Todo lo nuevo lo vamos a estar mostrando en un formato muy novedoso. No se ha hecho algo así hasta ahora en Argentina y tenemos mucho apoyo de las empresas, mientras que en los productores estamos teniendo buena repercusión”, señaló Panza, tras lo cual destacó que el evento será con acceso libre y gratuito.
Lo novedoso de la propuesta es que “generalmente se han hecho cosas un poco más aisladas. El foco será la producción con más sustentabilidad, mostrando que se pueden generar alimentos con un bajo impacto ambiental y uniendo a la industria y a todo lo que son cereales de invierno”.
Los biológicos
Consultado el especialista acerca del rol actual de los biólogos en la producción de trigo, Pablo Panza admitió que “cuando comenzamos a delinear esta expo la pensamos en el tema de biológicos, pero la realidad es que hoy no se puede producir cereales cien por ciento con productos biológicos”.
Recalcó que “hay muchos problemas que no se pueden cubrir con biológicos, pero sí aportan mucho y es un segmento que está creciendo mucho”.
Para marcar tendencias, en la muestra estarán presentes empresas con oferta de productos biológicos y bioestimulantes, junto a muy conocidas multinacionales que se dedican básicamente a productos de síntesis química y también van a estar mostrando biológicos y nuevos, “con una categoría toxicológica muy baja, con lo cual está todo apuntado a producir con menor impacto y menor cantidad de residuos, cuidando el suelo y el medio ambiente”.
El proceso de los biológicos en los cereales “comenzó con bacterias que trabajan en el suelo y actúan como biofungicidas. Después se comprobó que trabajan también en la parte radicular, generando un montón de hormonas que producen una bioestimulación en las plantas”.
De tal forma se logra “más vigor, con raíces más grandes que le permiten absorber más agua y un crecimiento aéreo mayor. Se sumaron los consorcios, asociaciones de bacterias con algunos hongos benéficos para trigo y cebada y que también trabajan hasta en solubilización de fósforo, en disponibilidad de nutrientes. Eso en lo que respecta a semillas”.
Además “hay otra línea que son productos bioestimulantes, a base de vitaminas, minerales y polifenoles. Son productos antioxidantes que promueven el sistema inmunológico de la planta. Uno ve en el campo que son antiestrés. Ante una helada, daño por un virus o por insectos, la planta está mucho mejor y se defiende mejor”.
Se suman “algunas bacterias y hongos, así como subproductos de -por ejemplo- las industrias de la marina (algas o de la producción de peces) o de la ganadería, que son subproductos que son destilados y utilizados ya sea en semillas, en el suelo o en la aplicación foliar a las plantas y producen un reverdecimiento, como si fuera una fertilización”.
Pablo Panza sentenció que “hay mucho desarrollo en el tema”.