EL ECO PODCAST
La fórmula de cabaña Los Belchas volvió a lucirse y cubrió todas las expectativas
La cabaña dedicada a la producción de toros Angus tuvo su venta anual y uno de sus titulares fue protagonista de un nuevo podcast de El Eco Campo.
Con la primavera llegan los remates de reproductores de las diversas cabañas del país, ya que es el momento de la reposición de toros.
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Ejemplares de las diversas razas que integran la ganadería argentina salen a la venta en subastas especiales muy esperadas por los productores.
En una amplia región es muy aguardado todos los años el remate de la Cabaña Los Belchas, de Carlos y Juan Eyharabide, quienes desde hace 19 años ofrecen -junto a la consignataria Ledesma y Cía.- su subasta anual.
Los hermanos son fieles representantes de la rectitud y honestidad del hombre de campo, acompañados de un trabajo con bajo perfil, pero contundentes resultados.
Carlos Eyharabide es el protagonista de un nuevo podcast de El Eco Campo y comenzó el diálogo con una expresión que pinta la expectativa con la que se esperaba la fecha y también el valor que la familia le da al acompañamiento a lo largo de los años. Ese sincero “muy agradecido de que hayas venido” condecía absolutamente con la mirada y los gestos de la gente que habla sin dobleces.
El diálogo se dio antes del inicio del remate, mientras gran cantidad de interesados recorría la fila de corrales en las que se exhibían los reproductores que horas después pasarían por la pista principal, en una soleada jornada que hacía que los Angus lucieran toda su presencia.
“La expectativa es la de siempre, que se vendan”, planteó inicialmente Carlos Eyharabide, quien acotó que “los toros han llegado más o menos como siempre. Algunos me decían si tenía un molde…”, añadió para graficar que los compradores saben de antemano el perfil de animal que ofrece la cabaña.
“Veremos qué pasa, ojalá se vendan” acotó y agregó que “no vamos a decir cuántos años, pero hace muchos que estamos y nos sentimos muy contentos de seguir adelante. Tenemos una clientela bárbara, espectacular”.
Los entendedores en la materia saben que ese concepto engloba especialmente a productores que vuelven a comprar toros de la cabaña y significa que el producto dio los resultados esperados, que el toro funcionó en el campo y garantizó el cumplimiento de los objetivos productivos.
En familia
Cuando se lo consultó por la estructura de funcionamiento de Los Belchas, Eyharabide planteó que “somos tres: mi mujer, que está en los papeles y en todas las cosas; mi hermano Juan, que es un tractor y está en el campo; y yo que hago de comodín. Somos tres que estamos, en la parte visible”.
En cuanto al perfil del toro que busca la cabaña y que ofrece todos los años, planteó que “vivimos siempre de las vacas y trabajamos en campos bajos, para el lado de Ayacucho, así que siempre tratamos de tener una vaca que por lo menos todos los años o cosa que se le parezca largue un ternero”.
Carlos Eyharabide aclaró que “yo de un toro nunca digo que sea ni bueno ni malo, ni mejor ni peor… Pienso que en cada campo anda un animal distinto, por la cantidad de pasto y otros factores. Los nuestros son criados a campo y le damos tres meses y medio de ración, pero se crían a campo ´campo´”, enfatizó y reiteró la palabra para recalcar el concepto.
Además, destacó que los toros están “listos para salir a ´trabajar´. El estado lo tienen, así que de acá lo podés largar a trabajar con las vacas”.
Una larga relación
En cuanto al vinculo con la consignataria Ledesma y Cía., el cotitular de Los Belchas hizo referencia a que existe desde que se iniciaron los remates anuales e incluso antes. “Son los 19 años. Todo fue así; fue Luis (Ledesma) con un cliente de venta particular y lo llevo allá (por la cabaña). El comprador dijo `yo si tuviera estos toros -lo decía Luis el otro día- directamente me hago un picnic´. Y ahí medio como que nos abrió a decir hagamos algún remate y ya estamos con19 subastas”.
Sobre el tipo de producto que buscan en la cabaña al momento de la selección, Eyharabide mencionó que “es un tipo de animal de clase. No sé cómo definirlo y vuelvo a repetir: ni mejor ni peor. Es lo que nos sirve a nosotros. Siempre nos sirvió y seguimos con esta tónica”.
Concentrado en lo que los hermanos saben hacer, que es trabajar y producir toros de calidad, evitó entrar en el impacto sobre el sector de los diversos gobiernos a lo largo de la historia de Los Belchas. “De política ni idea, pero sí sabemos que hay que seguir trabajando. Gracias a Dios hemos tenido salud y es toda una vida. Trabajamos como se hace en todos rubros, si no trabajas….”, dijo con un gesto que claramente cerraba el concepto.
Un gran remate
Tras un concurrido almuerzo, las ventas fueron conducidas por Luis Ledesma, de Ledesma y Cía, con un trámite ágil y muchas ofertas que reflejaron claramente el interés despertado por el remate.
Luis Ledesma ha marcado en diversas oportunidades que se trata de una subasta que “es un clásico en Tandil y la zona. Es esperado por mucha gente que viene todos los años, que compra y vuelve a hacerlo”.
Es que los toros Angus de los Belchas “despiertan mucho interés y tienen una clientela muy fiel, de muchos años que repiten, lo que quiere decir que los toros funcionan y funcionan mucho”.
También destacó la presencia de la cabaña invitada, Villa Cristina, de Mársico, que presentó ejemplares de la raza Shorthorn.
Cabe destacar que los precios alcanzados cubrieron las expectativas y volvieron a estar al tope de lo que se observa en la región.
El valor máximo alcanzado por los Angus de Los Belchas fue de 16,5 millones de pesos, con un precio mínimo de 5,5 millones y un promedio para los 28 toros que salieron a la venta de 7.603.571 pesos.
En tanto, el máximo precio para los toros de Villa Cristina fue de 4,1 millones, con un mínimo de 2,5 millones y un promedio de 3.165.000 pesos.